sábado, 1 de julio de 2017

JULIO 2017


LA MUJER EN LA FAMILIA
El rol que Dios le dio a Eva fue el de fortalecer la familia. Adán no estaba completo en sí mismo y Eva recibió la capacidad de ayudar a desarrollar esa totalidad. El papel de la mujer no es menor ni inferior, sino diferente al del hombre. Ella está dotada de cualidades que le permiten desarrollar su misión. Es verdaderamente generadora de vida. Dios la diseñó integral, para que en complemento con el hombre, constituyeran un hogar feliz, la hizo  amorosa, sabia, tierna, cálida, recursiva, prudente, fuerte, mujer de fe, ingeniosa y con una capacidad de entrega sin límites, para que pueda en conjunto con su esposo y sus hijos, hacer del hogar un verdadero centro de amor, paz, regocijo, justicia y gozo permanente. La mujer buena es bendición para el hombre (Prov.31). “El que haya esposa halla el bien” (Prov.18:22).
La Palabra del Señor nos habla de un sometimiento de la mujer a su marido, (Efesios 5:22, Colosenses 3:18), pero Dios no quiere un sometimiento sin sentido, ni esclavizante, Él no creo a la mujer para que se sometiera al comportamiento abusivo o perverso de su esposo, la Palabra de Dios habla de un sometimiento como algo que debe llevar a un ordenamiento de los roles en un hogar, sin olvidar que el matrimonio es un acto de amor y respeto, que Cristo invita al hombre a someterse a su  autoridad  y desde ahí en un ordenamiento correcto, amar, respetar a su mujer y a sus hijos para que cada uno ocupe el rol que les corresponde dentro de la familia, permitiendo de esta manera una vida en completa paz y armonía.
En Proverbios 31: 11 y 12 leemos que ella es digna de  confianza por parte de su esposo  porque él sabe que ella no hará nada que perjudique a su familia. Esta clase de confianza y entendimiento no podría darse si no hubiera una gran comunicación entre ellos. Trabajan juntos para cumplir las metas de la familia. Ella con su amor y ternura guía a sus hijos en el respeto y obediencia a su padre y a ella misma.
“La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba”. (Prov. 14:1). Es muy cierta esta afirmación, pues la mujer sabia edifica y estabiliza la familia. Su presencia es vital en el hogar, pues con su sensibilidad y amor dados por Dios hace que cada miembro se sienta amado y valorado. Ella sabe que para poder generar un bello hogar debe cultivar permanentemente su relación con Dios, porque sólo de Él proviene la sabiduría. Ella sabe delegar funciones de las labores al interior de su casa, procurando enseñar y formar a sus hijos, porque entiende que en la medida que ellos se instruyen y ejecutan, aprenden y desarrollan la capacidad que cada uno tiene para cumplir sus roles. Hace de su esposo el gran colaborador y transmisor del ejemplo para sus hijos. Valora su autoridad y junto a él procura desarrollar estrategias adecuadas para la marcha armónica de su hogar. Ella sabe que la base fundamental es el amor y procura siempre mantenerlo vivo.
Es recursiva, reconoce sus talentos y los usa bien. Es maestra y consejera, los escucha y les da consejos sanos. Es compasiva con ellos y también les disciplina cuando lo necesitan. Ella sabe que su influencia  sobre el desarrollo de los suyos es valiosa e importante, por eso comparte con su esposo la dirección del hogar. Sabe que puede realizar múltiples funciones, ser empresaria, profesional, ejecutiva, deportista y mucho más. Si bien es cierto que está involucrada en muchas actividades tanto fuera como dentro del hogar, el centro de todo sin embargo, alrededor del cual gira todo, es su familia.
Mujeres, vale la pena preguntarnos ¿cómo estamos ocupando el rol de mujer esposa y madre en nuestro hogar?.  Somos parte de una sociedad a la que le urgen cambios que eviten la destrucción de la célula fundamental “la familia” y esto no significa que no podamos ocupar grandes cargos, tener múltiples funciones, desarrollarnos en diferentes campos, pero no olvidemos que antes de ser constructoras de grandes empresas, somos constructoras de  lo más valioso que Dios nos ha confiado, nuestro propio hogar. Recordemos que es allí donde se siembra, se cultiva, se cosecha la vida de los mejores seres humanos y construir vida, bajo el proyecto de Dios significa desarrollar todo un trabajo en equipo donde la mujer como buena administradora de sus talentos involucra sabiamente a cada uno de los miembros de su hogar para que los talentos de ellos sean desarrollados y puestos en común para el objetivo concreto de una familia sana, próspera y feliz.
Oramos a  Dios para que nos permita entender cada día que no existe nada que se pueda igualar a la satisfacción de tener una familia sana y unida, verdadera y única respuesta en la búsqueda de soluciones ante la crisis de la sociedad actual. Es en la familia donde se tiene esperanza de un mundo sin odio, sin violencia y para ello la mujer, de cara a Dios, interviene directamente en este propósito. Un llamado entonces para que la mujer actual busque un equilibrio en el ejercicio de sus diferentes roles, ordenando sus metas pero ante todo
priorizando  su vida en el hogar.

Marta Ochoa
Servidora Casa Abierta


ISABEL Y ANA

ISABEL: LA ALEGRÍA DE UNA MUJER ESTÉRIL CONVERTIDA EN MADRE

Después de haber hecho un corto recorrido con algunas mujeres del Antiguo Testamento, les invitamos ahora a reflexionar caminando también con algunas pocas mujeres del Nuevo Testamento.
El ambiente que rodea la infancia de Jesús (Lucas 1-2), exhala todo el perfume fresco del Espíritu de Pentecostés y el gozo de los días pascuales; Se destaca de sobremanera la figura del Dios de los pobres, que, para hacer corona al Niño Salvador, junto con la joven virgen de Nazareth y su fiel esposo José, atrae a los pastores, a los simpáticos viejitos Simón y Ana, y al venerable matrimonio de Zacarías e Isabel. Frente a su escéptico esposo el anciano sacerdote Zacarías a quien los años le habían robado ya la alegría de una posible paternidad, aparece la imagen de una gran mujer Isabel, culminando, como ya lo dijimos anteriormente la procesión de tantas mujeres valiosas del Antiguo Testamento, humilladas por esa especie de maldición que para la cultura religiosa de la época suponía la esterilidad de una esposa, pero en quien la bendición divina realizó la promesa de la comunidad orante del Salmo (113,9) de sentar a la mujer estéril como una reina victoriosa en medio del hogar convertida en madre jubilosa de hijos.
Isabel significa en arameo “Perfección de Dios” y eso es precisamente lo que hace Dios, todo lo hace perfecto. A Isabel le cae muy bien ese nombre porque Dios le hace una gran misericordia, suscitando en sus entrañas secas el fruto de un hijo, Juan el Bautista. Los cinco primeros meses de embarazo en que Isabel permaneció oculta, le debieron servir para entender que su hijo era un regalo del poder y del amor divino: “Se llamará Juan, porque en su lengua ese nombre significa favorecido, agraciado por la misericordia de Dios”. Pero no acaba allí la bendición, cuando Isabel salió orgullosa de su encierro al encuentro de otra madre, su prima María, la presencia del Espíritu la invadió y la hizo comprender el tesoro divino que María cargaba en sus entrañas para adelantarse a toda la tradición cristiana llamando a su prima : “Madre de Dios” (Lucas 1,43). Isabel representa a la mujer que siempre sabe bendecir, esta bendice a María,  y María devuelve  también la bendición, es decir “bendición con bendición se paga”. La maternidad de esta mujer ya anciana colma de alegría todo el ambiente. Tanto que, sus familiares y vecinos se contagiaron de esta alegría. Se hizo realidad el anuncio del ángel y una vez más, el evangelio fue una grata noticia.
Isabel: Anciana, creyente, madre humilde y sencilla. Al bautizar al niño, ella fue la que le dio el nombre, se rebeló porque en ese tiempo eran los hombres que los que ponían el nombre. Su aporte a la historia fue en reconocer en María a Jesús. Fue formadora de acuerdo a lo que ella creía, fue considera una puerta abierta porque ella siempre estaba abierta a la acción de Dios.

ANA: LA PROFETIZA OCTOGENARIA

Entre la gente humilde y sencilla que acogió cariñosamente al Niño Jesús, aparece la figura simpática de una mujer ochentona, que nos la imaginamos un poco encorvada y temblorosa, pero que en realidad estaba llena de vitalidad, recordándonos la ternura de las alegres abuelitas con el nietecito entre sus brazos.
Al gran narrador que es el evangelista Lucas(2,26-38) le basta solo la pincelada de tres versículos para describirla: Se llamaba Ana, como la madre milagrosa del niño Samuel en el Antiguo Testamento; se casó en la adolescencia, vivió siete años con su marido, y permaneció viuda  hasta los ochenta y cuatro, siempre sirviendo a Dios, día y noche, alrededor del templo con ayuno y oración. Pero para Lucas sin embargo, el rasgo principal era otro: La veía como a María la hermana de Moíses, como Deborah, la gran matrona y salvadora del pueblo de Israel y como la clarividente Juldá (2da Reyes 22,14-20), también una anciana que era profetisa. Llamada y favorecida con la gracia divina, eso precisamente en hebreo significa su nombre. Ana tuvo la bendición de encontrar un día a María y a José donde presentaban al niño Jesús en el templo de Jerusalén. Esta anciana mujer como muchas mujeres de la Biblia no era lo que algunos se imaginan o piensan: Una beata, o ancianita rezandera, alienada en sus rezos y ajena a la realidad de su pueblo empobrecido; lo digo y lo repito, que quisiera quitar esa venda de muchos llamados creyentes que se imaginan a la virgen María y a las otras tantas mujeres como unas creyentes lambe ladrillos, espiritualistas o simplemente grandes rezanderas. Ana con su intuición de mujer y viveza sorprendente venida del Espíritu Santo descubrió en el Niño Jesús al Salvador de su pueblo  y al unísono con el viejo Simeón, estalló en alabanza, contagiando de alegría a los pobres peregrinos que acudían al templo, anunciándoles que este niño era el gran liberador de Israel y de todo el mundo. El entusiasmo profético de aquella anciana carismática se adelanto al fervor misionero que invadiría a la primera comunidad cristiana, después de Pentecostés; como lo habían hecho Zacarías, Isabel, los pastores y Simeón, y como lo harían después los muchos favorecidos de Jesús.  Ana la profetisa y testigo alaba a Dios y llena de esperanza a todos los pobres que soñaban con la liberación. Todo un perfecto modelo de cristianos, que a pesar de su edad avanzada  dejan que llegue a su vida la Buena Noticia, del amor de Dios y se hacen anuncio de alegría y esperanza para el mundo.

Con estas dos mujeres queremos iniciar un vistazo sencillo al mundo femenino del Nuevo Testamento y las primeras comunidades cristianas. Como gran señal del tiempo del Espíritu o de Pentecostés que es el que estamos viviendo, empieza emerger por la gracia de Dios la voz de la mujer que trata de hacerse oír para poder ser considerada como persona  protagonista de la historia y de la sociedad, aunque ya desde antes por naturaleza la mujer fue muy religiosa. En el movimiento Jesús, las mujeres tenían una participación igualitaria. Esta situación perduró durante muchos siglos. Después la religión constituyo un espacio intermediario entre lo público tradicionalmente masculino y lo privado-casa-hogar, (tradicionalmente femenino) que hizo posible la participación activa de la mujer. En concreto la propuesta de Jesús en el Nuevo Testamento y de la iglesia en los primeros siglos es que la vivencia desde la fe bíblica, los seres humanos somos iguales; que el sometimiento que esclaviza no está en el plan de Dios para cada uno de sus hijos. En nuestros tiempos en la medida en que se va profundizando en la experiencia de Dios, las mujeres que siempre fueron mayoría de la iglesia, cada vez sienten la necesidad de estudiar, prepararse para entender mejor su fe para oír mejor y más eficazmente a Dios.  Todas estas mujeres desde el movimiento de Jesús entran a formar la comunidad del “Discípulado de iguales”, contribuyendo así a romper el sistema patriarcal cerrado de la iglesia y de la sociedad.

Roberto Zamudio

                                   
PROMESA BÍBLICA DEL MES

“La mujer ejemplar está atenta a la marcha de su casa, sus hijos y su esposo la alaban diciéndole: “Mujeres buenas hay muchas pero tú eres la mejor de todas” Proverbios 31, 27-29

ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Dios de la paz y de la victoria al comenzar este nuevo día quiero darte gracias por esta nueva oportunidad de seguir viviendo que tú me das; gracias por este nuevo semestre que estamos iniciando, gracias por el anterior. Quiero descubrirte vivo y presente, amoroso y misericordioso en cada circunstancia que hoy voy a vivir. Quisiera que mi oración como incienso puro suba a tu presencia. Fortaléceme y dame de tu paz, para poder enfrentar cualquier sinsabor y adversidad que pueda atravesar en este día. Ayúdame a levantarme de mis caídas y ojalá que tu Espíritu Santo me coloque en sintonía con cada una de las reflexiones diarias que en este mes voy a tener. Te pido confiando en tu amor, que me rodees y me protejas con tu misericordia y que derrames la abundancia de tus dones y bendiciones sobre mi vida y sobre mi familia. Tú me conoces muy bien y sabes en qué medida te necesito; por favor Buen Señor Jesús regálame lo que me haga verdaderamente feliz, dame siempre según tu voluntad, enséñame a ser feliz  con lo que soy y tengo; enséñame a valorar a las personas y a los bienes que en tu amor y generosidad me has dado, que me sienta en este día, animado y soportado por la fuerza que viene de ti. Capacítame en tu bendición y úsame en este día para bendecir a todos los que coloques en mi camino. Amén

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Al finalizar este día quiero acercarme a ti, de todo corazón, para agradecerte, alabarte y bendecirte, por cada bendición que me has regalado a lo largo de este día. Gracias Señor por darle sentido a mi vida, por ser tú el motivo de porque seguir luchando. Gracias por darme las fuerzas y el ánimo para enfrentar los momentos difíciles que tal vez tuve que enfrentar. Sigue teniendo misericordia y bondad de mí y de los que me rodean. No te pido a esta hora que hagas el trabajo que me corresponde a mí, sino que estés a mi lado, y me animes para tener en el corazón la certeza del vencedor y la humildad del discípulo. A esta hora te presento todos los pensamientos y sentimientos que me agobian y que me quieren robar la paz y me preocupan. Aún en medio de mi necesidad y limitación, ayúdame a ser generoso con los demás, a no ser indiferente ante las necesidades y tristes realidades que a veces me rodean; el dolor y sufrimiento que atraviesan personas cercanas y distantes de mi vida. A esta hora de la noche te suplico que avives en mí el fuego de tu Espíritu en una renovada comunión contigo, de amistad, de oración; si mi comunicación contigo y la relación con alguna persona en mi vida se a enfriado y se está secando, avívala por favor Señor. Me abandono en ti en este día cuando me dispongo al descanso; acompaña nuestro sueño y los de los que me rodean.  Que con este reposo restaurador tu de antemano me prepares con nuevas fuerzas y ánimo para el día de mañana, realizando con ánimo e ilusión y entusiasmo mi trabajo, la tarea que tú has colocado en mis manos. Te amo Buen Padre Dios, presentándote a esta hora mi oración en el nombre de tu hijo Jesucristo con la intercesión de la fuerza renovadora de tu Santo Espíritu. Amén            

CUMPLEAÑOS
1. Santiago Parales
7. María Cristina Cortés y Catalina Ruiz
8. David Alejandro Franco

DÍAS ESPECIALES
3. Día del Economista
4. Día del Dibujante
16. Día del Conductor


Sábado 01 de Julio de 2017


“CONFIAR EN LA PALABRA DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 18,1-15

“¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo”
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: "Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo." Contestaron: "Bien, haz lo que dices."
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: "Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza." El corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron. Después le dijeron: "¿Dónde está Sara, tu mujer?" Contestó: "Aquí, en la tienda." Añadió uno: "Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo." Sara lo oyó, detrás de la entrada de la tienda. Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus períodos. Sara se rió por lo bajo, pensando: "Cuando ya estoy seca, ¿voy a tener placer con un marido tan viejo?" Pero el Señor dijo a Abrahán: "¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: "Cómo que voy a tener un hijo, a mis años"? ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo." Pero Sara, que estaba asustada, lo negó: "No me he reído". Él replicó: "No lo niegues, te has reído." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El Señor Dios hace una visita a un hogar estéril y lo vuelve un hogar y un lugar fecundo. Si Dios visita mi esterilidad, la vence; si Dios visita mi desierto, lo vence; si Dios visita mi depresión, la vence. El Señor Dios visita a dos ancianos y les da un regalo de juventud. Si Dios visita mi cansancio, me descansa; si él llega a mi desilusión, la transforma; si él me levanta de la tumba, viviré por los siglos. El Señor Dios visita a Abraham y Sara y hace una promesa. La promesa se cumple. Si me fío de la palabra de Dios no seré defraudado. Si escucha la promesa de mi Señor soy invencible. Y todo, todo se basa en una pregunta, una maravillosa pregunta: "¿hay algo difícil para Dios?". Esa pregunta es mi gran respuesta. Es el cimiento inamovible de mi fe.

SALMO RESPONSORIAL: LUCAS 1,46-50.53-55
R. / El Señor se acuerda de la misericordia.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.

Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es Santo. R.

Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.

OREMOS CON EL SALMO
El saludo profético y la bienaventuranza de Isabel despertaron en María un eco, cuya expresión exterior es el himno que pronunció a continuación: el Magníficat, canto de alabanza a Dios por el favor que le había concedido a ella y, por medio de ella, a todo Israel. Hay en el Magníficat algo más complejo que un salmo, algo misterioso; ni siquiera está claro que sea un himno de alabanza por un nacimiento o por una concepción extraordinaria. En este sentido, se asemeja al cántico de Ana (1 S 2,1-10), que exalta los grandes cambios realizados por Dios en los acontecimientos históricos, en las situaciones humanas, sin aludir -como sería de esperar- a la experiencia de la maternidad, a la experiencia del embarazo o del parto y a la disposición de disponerse a la voluntad del Padre Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 8,5-17

“Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob”
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quién soy yo para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace." Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Y al centurión le dijo: "Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído." Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El evangelio que nos presenta la liturgia del día capta en tres episodios la intensa actividad de Jesús en Cafarnaúm. El relato acentúa tres aspectos distintos a los cuales podemos dirigir nuestra atención para meditar lo que nos dice Dios, hacer nuestra oración y encaminar las acciones de nuestras vidas. 1) La narración pone de manifiesto el poder de Jesús para sanar con la sola fuerza de su palabra o el mero contacto de su mano. 2) Jesús, por su parte, destaca la fe del centurión romano y la apertura universal de la salvación que Dios ofrece a los suyos. 3) Por último el evangelista ofrece su interpretación de los acontecimientos que cuenta: La acción de Jesús a favor de la vida es el cumplimiento de la profecía de Isaías. ¿De qué manera experimentamos la salvación de Dios en nuestros días? ¿Cómo es nuestra fe? ¿Qué enseñanza nos deja el ejemplo del centurión? ¿Cómo nos hacemos cargo del hermano que sufre? ¿Qué palabra de Dios se cumple hoy entre nosotros? 

ORACIÓN
Señor hoy no exhortas a reflexionar, ¿Hay algo difícil o imposible para ti?, Señor creemos en ti, en tu poder, en que con solo una palabra tuya, un signo tuyo, un mirada tuya, nuestra vida puede cambiar, la sanación llegará, la libertad, la felicidad llegará, nuestros desiertos, arideces y esterilidades desaparecerán. Hoy creemos y nos aferramos  a tus promesas, te amamos y confiamos en ti. Amén.  

“El amor infinito que Dios nos declara, nos ayuda a cambiar y a esperar en Él” 


Lunes 03 de Julio de 2017

Santo Tomás Apóstol

“DUDAS Y CERTEZAS”

PRIMERA LECTURA
EFESIOS 2,19-22

“Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles”

Hermanos: Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Celebramos en este día la memoria y el discipulado del apóstol Tomás, figura destacada especialmente en el Evangelio de Juan. En esta primera lectura Pablo a la Comunidad de Éfeso, manifiesta la íntima conexión que existe entre el misterio de Cristo y el de la comunidad (iglesia).En Cristo, todos, tanto los lejanos (paganos) como los cercanos (judíos), encuentran el camino de la reconciliación y desde la diversidad construyen la unidad. Ahora, todos son un solo pueblo, unidos por el amor  fraterno y solidario. Gracias al Padre Dios, que bendice a los suyos en la persona y proyecto de su Hijo Jesucristo.
La iglesia-comunidad constituye el edificio sagrado, la verdadera morada de Dios, cuyos cimientos son los discípulos(as) misioneros(as), apóstoles(as) y profetas. Ahora bien, como a sus apóstoles también a nosotros nos llama hoy el Señor a que volvamos a la Casa Paterna; es decir a aceptar el camino y la propuesta de su Hijo Jesús, que es un proyecto de casa abierta, de amor misericordioso y servicio. A esa invitación de amor ojalá podamos darle la mejor de las respuestas. Optando por la vida damos culto de verdadera adoración al verdadero templo que Dios ha construido, que es la vida humana. 

SALMO RESPONSORIAL: 116
R. / Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo todos los pueblos. R.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto esencial de alabanza. Estas pocas palabras de oración son significativas y profundas para exaltar la alianza entre el Señor y su pueblo, dentro de una perspectiva universal. A esta luz, el apóstol san Pablo utiliza el primer versículo del salmo para invitar a todos los pueblos del mundo a glorificar a Dios (Rm 15,9.11).

LECTURA DE EVANGELIO
JUAN 20,24-29

¡Señor mío y Dios mío!

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo."

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El dicho popular “hay que ver para creer” expresa de modo positivo lo que dice el apóstol y sintetiza lo que sentimos ante los anuncios de algo inusitado. ¿Podemos constatar falta de fe en las palabras de Tomás? Sí. Y esto es lo que Jesús le reprocha. Vislumbramos también cierta desazón por no haber experimentado la presencia del Resucitado con su comunidad. Tomás redobla su apuesta por el disgusto que le provoca semejante noticia. Cuesta pensar sólo y únicamente en su falta de fe tratándose de un discípulo dispuesto a entregar la vida con coraje junto a Jesús y los suyos en Betania (Jn 11,16). Tomás es el mismo discípulo que le pregunta a Jesús sobre su destino final y manifiesta desconcierto por no saber cuál es el camino que lo conduce hacia él (Jn 14,5). La confesión con la cual sella su experiencia de fe se convierte para nosotros en bienaventuranza. La dicha que, por él, nos viene de creer en Jesús Resucitado.

ORACIÓN
A muchas y muchos de nosotros,  a quienes te nos has revelado, nos nace del corazón sentirnos necesitados de ti, de un Dios bueno y misericordioso, sin embargo, Señor, perdona esos momentos en que las dificultades, tal vez  nos llevan a olvidar que no hay que ver para creer, porque Tú eres real y nos has dado muchas muestras de tu ser camino, verdad y vida en nuestra existencia. Amén


“Con fe viva, actitud activa, y corazón abierto luchamos por un mundo mejor”

Martes 04 de Julio de 2017

“SEGUIRLE CON FE Y CONFIANZA”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 19,15-29

“Ponte a salvo y no mires atrás”

Como ya estaba amaneciendo, los ángeles le dijeron a Lot: --¡De prisa! Levántate y llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas, si no quieres morir cuando castiguemos a la ciudad. Pero como Lot se tardaba, los ángeles lo tomaron de la mano, porque el Señor tuvo compasión de él. También tomaron a su esposa y a sus hijas, y los sacaron de la ciudad para ponerlos a salvo. Cuando ya estaban fuera de la ciudad, uno de los ángeles dijo: --¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida.
Pero Lot les dijo: --¡No, señores míos, por favor! Ustedes me han hecho ya muchos favores, y han sido muy buenos conmigo al salvarme la vida, pero yo no puedo ir a las montañas porque la destrucción me puede alcanzar en el camino, y entonces moriré. Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, a la que puedo huir. ¡Déjenme ir allá para salvar mi vida, pues realmente es una ciudad muy pequeña!
Entonces uno de ellos dijo: --Te he escuchado y voy a hacer lo que me has pedido. No voy a destruir la ciudad de que me has hablado, pero ¡anda!, vete allá de una vez, porque no puedo hacer nada mientras no llegues a ese lugar. Por eso aquella ciudad fue llamada Sóar.
Cuando ya había amanecido y Lot había llegado a Sóar, el Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra; las destruyó junto con todos los que vivían en ellas, y acabó con todo lo que crecía en aquel valle. Pero la mujer de Lot, que venía siguiéndole, miró hacia atrás y allí mismo quedó convertida en una estatua de sal.
Al día siguiente por la mañana, Abraham fue al lugar donde había estado hablando con el Señor; miró hacia Sodoma y Gomorra, y por todo el valle, y vio que de toda la región subía humo, como si fuera un horno.  Así fue como Dios destruyó las ciudades del valle donde Lot vivía, Pero Se Acordó De Abraham Y Sacó A Lot Del Lugar De La Destrucción. Palabra De Dios.

REFLEXIÓN
A pesar de la plegaria de Abraham, Dios no encontró en Sodoma los diez justos que hubieran permitido salvar la ciudad. Sólo Abraham y Lot con su familia se libraron del juicio de Dios. Este castigo de Dios sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra se ha convertido en el prototipo de castigo contra la corrupción y la maldad.
Aquellas ciudades, que se hallaban cerca del Mar Muerto, muy posiblemente desapareciendo debido a algún fenómeno natural: el fuego, un terremoto o, tal vez, una erupción, ya que se encontraban en un terreno que presenta características de tipo volcánico. Pero el Génesis, con una clara intención religiosa, atribuye su desaparición al juicio e Dios, que castiga la maldad de sus habitantes.

Pero hay un detalle que puede iluminar nuestra vida: la mujer de Lot cayó en la tentación de mirar atrás y se convirtió en una columna de sal. La leyenda popular debió de explicar así la existencia de una roca de forma caprichosa, en la región estéril y salada del Mar Muerto.

SALMO RESPONSORIAL: 25
R: Señor, guíame con tu justicia

Tengo ante los ojos, Señor, tu bondad.
Escrútame, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi corazón,
porque tengo ante los ojos tu bondad,
y camino en tu verdad. R.

No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los sanguinarios,
que en su izquierda llevan infamias,
y su derecha está llena de sobornos. R.

Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten misericordia de mí.
Mi pie se mantiene en el camino llano;
en la asamblea bendeciré al Señor. R.

OREMOS CON EL SALMO
El salmista llega al templo, hace declaración de inocencia y pide que Dios, justo juez, dicte sentencia y lo libre de sus acusadores. El cristiano pone su confianza en el amor de Dios que lo ha llamado a la santidad y que en Cristo lo ha liberado del poder del pecado.  

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 8,23-27

“Dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma”

Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. Entonces sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole: --¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo!
Él les contestó:--¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo. Ellos, admirados, se preguntaban:--¿Pues quién será este, que hasta los vientos y el mar lo obedecen?. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
El “relato simbólico” de este pasaje evangélico quiere darnos a entender que, muchas veces, la poca fe que mostramos en quien nos ha llamado es la causa de las deficiencias y falta de sintonía con el proyecto del Padre: El Reino. La tempestad simboliza los momentos críticos, de dificultad que se presentan en nuestras vidas. Muchas veces queremos renunciar, desistir, abandonar el camino recorrido cuando salen a nuestro encuentro los conflictos, y no nos damos cuenta de que es precisamente en esos momentos cuando nuestra fe se va purificando y haciendo cada vez más fuerte. En ciertas ocasiones quizá también como los discípulos nosotros tenemos la sensación de estar perdidos en medio de las tormentas. Nos cansamos de remar en vano sacudidos por las dificultades de la vida. Hasta Dios parece estar ausente cuando más lo necesitamos.  Otra simbología que nos presenta el texto es la de Jesús durmiendo en medio de la tempestad. Obviamente, nadie podría dormir en medio de una tempestad, y menos como la descrita en el texto. La tranquilidad en que se encuentra Jesús durmiendo se contrapone a la angustia de los discípulos. Esto nos quiere dar a entender, por medio de la simbología utilizada por el evangelista Mateo, la poca comprensión que tuvieron los discípulos del mensaje de Jesús. Simplemente no entendían. Y ya para terminar preguntémonos hoy: ¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Qué aprendimos acerca de él en todo este tiempo que llevamos juntos? ¿Cómo es nuestra oración cuando las dificultades nos apremian? ¿Cómo es nuestra fe?

ORACIÓN

Reconocemos Señor que tu obras con poder para que todo lo que sucede en la naturaleza que creaste y en quienes te seguimos, sea para bien. Ayúdanos por favor a luchar como tú por un mundo justo,  dejándonos guiar por ti; fortalece nuestra fe, para que no desfallezcamos nunca y aprendamos a confiar en ti aún en medio de las dificultades y tempestades de nuestra vida. Amén

“Si somos fieles en lo poco, Él nos librará y nos concederá más”


Miércoles 05 de Julio de 2017


“BIEN POR MAL”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 21,5.8-20

“El hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac”

Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac. El chico creció, y lo destetaron. El día que destetaron a Isaac, Abrahán dio un gran banquete. Pero Sara vio que el hijo que Abrahán había tenido de Agar, la egipcia, jugaba con Isaac, y dijo a Abrahán: "Expulsa a esa criada y a su hijo, porque el hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac." Como al fin y al cabo era hijo suyo, Abrahán se llevó un gran disgusto. Pero Dios dijo a Abrahán: "No te aflijas por el niño y la criada. Haz exactamente lo que te dice Sara, porque es Isaac quien continúa tu descendencia. Aunque también del hijo de la criada sacaré un gran pueblo, por ser descendiente tuyo."
Abrahán madrugó, cogió pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros a Agar y la despidió con el niño. Ella se marchó y fue vagando por el desierto de Berseba. Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas; se apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco, diciéndose: "No puedo ver morir a mi hijo." Y se sentó a distancia. El niño rompió a llorar. Dios oyó la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, preguntándole: "¿Qué te pasa, Agar? No temas, que Dios ha oído la voz del niño que está ahí. Levántate, toma al niño y tenlo bien agarrado de la mano, porque sacaré de él un gran pueblo." Dios le abrió los ojos, y divisó un pozo de agua; fue allá, llenó el odre y dio de beber al muchacho. Dios estaba con el muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto arquero. Palabra De Dios.
REFLEXIÓN
La primera lectura de hoy nos presenta una escena doméstica que claramente pertenece a otras costumbres y otros tiempos. Abraham ha tenido un hijo con Agar, esclava de la casa, porque la esposa misma, Sara, le ha dicho que tal vez esa es la forma de que se cumpla la promesa de descendencia que Dios le ha dado a Abraham. Luego resulta que la obra de Dios era más grande aún pues Sara misma queda embarazada y entonces se presenta el conflicto entre mujeres que vemos en la lectura del día de hoy: ¿qué va a pasar con estos dos hijos, uno de la esclava y otro de la señora?
Recordemos como el apóstol Pablo, utiliza el caso de Agar y Sara para enseñarnos que uno es el régimen de la ley y otro el régimen de la gracia. La ley, cuando es la única palabra para dirigir el comportamiento humano, en últimas termina generando esclavos; por el contrario, la gracia sana y revive de tal manera el fondo del alma que nos da corazón de hijos. Ismael, el hijo de Agar, viene a ser así una especie de imagen del estilo de la ley; Isaac, el hijo de Sara es en cambio la imagen viva de la gracia que nos ha venido por Cristo.
SALMO RESPONSORIAL: 33
R./ Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege. R.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
¿hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad? R.

OREMOS CON EL SALMO
El salmista nos participa su experiencia del amor de Dios y nos invita a hacer nosotros mismos esa experiencia. Jesús, más que nadie en este mundo, puede hablarnos del amor de Dios y puede hacérnoslo comprender en toda su profundidad. Muchas de nuestras oraciones están motivadas, como este salmo, por los problemas y dificultades que nos abruman. Cuando estamos desesperados, clamamos a Dios. Pero Dios no es una pastilla o un opio que nos adormece y nos brinda un consuelo ilusorio. Quien de verdad quiera seguirle y comprometerse con Él, va a encontrarse con muchos obstáculos y rechazo de la gente. 

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 8,28-34
“¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo?”

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?" Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: "Si nos echas, mándanos a la piara." Jesús les dijo: "Id." Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús manifiesta su poder liberador en territorio extranjero. Hace que el mal desaparezca de la faz de la tierra y que el mar se lo trague. La noticia del acontecimiento provoca que lo expulsen del país. El evangelio presenta el territorio de los gadarenos como un espacio donde el poder del mal ejerce su dominio. En el relato aparece vinculado con el terror, la violencia, la muerte y la alienación de las personas. El texto paralelo del evangelio de Marcos, que Mateo utiliza como materia prima de su narración, nos cuenta además que se trataba de un país invadido por las fuerzas de ocupación romana, y que los demonios llevaban su mismo nombre: “Legión”. En semejante contexto, resulta impactante que la sola presencia de Jesús sea motivo suficiente para que el poder se sienta amenazado en su dominio y comience a temblar ante la inminencia de su acabamiento. La reacción de los pobladores resulta incomprensible. La presencia de Jesús es incómoda. Quizá tenían mucho que perder al comenzar de nuevo. 

ORACIÓN
Señor reconocemos que tu poder es grande y maravilloso, que está por encima de todo, y  sobre toda fuerza del mal. Hoy te pedimos que nos ayudes a que  nuestro corazón no se desvíe del camino, que siempre estemos dispuestos al cambio, a muchas renuncias en nuestra vida, y si es necesario comenzar de nuevo, ayúdanos a caminar según tu voluntad. Amén 
“Con firmeza y convicción en el poder de Dios combatimos las fuerzas que inclinan nuestro corazón al mal”


Jueves 06 de Julio de 2017


“EL MILAGRO QUE TRANSFORMA EL CORAZÓN”


PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 22,1-19

“El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe”

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: "¡Abrahán!" Él respondió: "Aquí me tienes." Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré." Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: "Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros." Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: "Padre." Él respondió: "Aquí estoy, hijo mío." El muchacho dijo: "Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?" Abrahán contestó: "Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío." Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: "¡Abrahán, Abrahán!" Él contestó: "Aquí me tienes." El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo." Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio "El Señor ve", por lo que se dice aún hoy "El monte del Señor ve".

El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrella del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido." Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Para comprender la belleza y la grandeza de Abraham en el acto de sacrificar a su propio hijo nuestra mirada tiene que adaptarse a una realidad, a una escala y a un mundo que son muy diversos de los nuestros. El mundo de Abraham tenía otras costumbres diferentes a las nuestras. Tenían un mundo de tribus que hoy llamaríamos semisalvajes, acostumbradas a matar o morir, si se daba confrontación con otras tribus. Un mundo plagado de incertidumbres, en el que cada cual a su manera trataba de ganarse el favor de los dioses. Con cierta lógica, ese mundo funcionaba bajo el esquema del comercio con la divinidad: el que da poco a los dioses espera recibir poco de ellos; el que da mucho espera tener asegurado mucho. Abraham no podía conocer otro mundo distinto de ese. Y en ese mundo los papás sacrificaban sus hijos precisamente porque los amaban.
En ese contexto que choca tanto con nuestros ojos, en ese mundo, entre la niebla de una Humanidad primitiva, Abraham escucha un mandato del Dios en el que cree. Este Dios le ordena que haga un imposible, que sacrifique al hijo de la promesa, el hijo que no sólo era lo más precioso para Abraham, sino que había sido un regalo, un milagro, un hecho a todas luces irrepetible. Dios nos parece inhumano en semejante exigencia. ¿Realmente quería Dios la muerte del inocente Isaac? Los hechos demostraron que no. Podemos decir que Dios "se adaptaba" a la rudeza de la época pero a la vez la superaba, porque Isaac no fue sacrificado: el precio de esa vida inocente quedó como testimonio de la fe inconmovible de Abraham, a quien desde entonces lo llamamos "nuestro padre en la fe."
Dios no se pone a darle clases de filosofía y valores a Abraham: le habla en el tono que este beduino analfabeta de corazón inmenso puede entender. Y el mensaje es claro: "NADA, ni siquiera tu propio hijo, puede ser más valioso para ti que la alianza que los dos tenemos, Abraham." Esta enseñanza básica permanecerá en realidad como una constante a lo largo de la Biblia. Es el primero y más importante de los mandamientos: no hay más dioses; nada puede interponerse entre Dios y el corazón del hombre 

SALMO RESPONSORIAL: 114
R. / Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida." R.

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R.

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo expresa profesión de fe en el verdadero Dios e invocación implorando las bendiciones de Dios sobre el pueblo. Es necesario proclamar nuestra fe en el verdadero Dios frente a los ídolos modernos (la riqueza, el poder, el placer, la fama…). En la persona de Cristo Dios nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales. 
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,1-8

“La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad”

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: "¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados." Algunos de los escribas se dijeron: "Éste blasfema." Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: "¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa."" Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Las autoridades religiosas de Israel condenan la actitud sanadora y solidaria de Jesús. En la cultura de Jesús la parálisis, como otras enfermedades, eran consideradas consecuencia del pecado de generaciones anteriores; las personas que las padecían estaban excluidas de la vida social, económica y religiosa. Tal vez lo que más les incomoda a los letrados es la dignificación que Jesús hace de las personas que han sido tiradas fuera por las estructuras del poder y los preceptos religiosos. La curación genera asombro en los vecinos; pero más que eso, es importante rescatar la actitud de alabanza por el perdón y la curación de uno de los suyos. Es urgente volver la mirada sobre el carácter profético de la fe cristiana, que hoy tiende a desdibujarse en actitudes marcadas por la indiferencia y el individualismo. Hoy como ayer, la solidaridad con los otros sigue siendo un imperativo del evangelio.

ORACIÓN
Como no creer que nos perdonaste todo lo que vivimos fuera de Ti. Que nos rescataste y nos enseñaste una manera de vivir, por eso te pedimos por favor que acrecientes nuestra fe para que seamos verdaderamente capaces de dejarte obrar en nosotros, según tu Espíritu que sabe los que nos conviene, que tiene el poder  para perdonarnos, sanarnos y transformarnos. Amén.

“Que todas las acciones de nuestra vida sean testimonio del amor de Dios en nuestro corazón”