domingo, 1 de enero de 2017

ENERO 2017

“LA MISERICORDIA CON ROSTRO DE MUJER”

Agradecidos con el Dios de la vida, por todas sus bendiciones durante el año que acaba de terminar, con esperanza, mucho ánimo y fortaleza en su Espíritu, queremos iniciar este nuevo año, que en fe será un tiempo de abundantes bendiciones y crecimiento en nuestra humanidad y espiritualidad.
Quisiera comenzar este mes, con un interrogante o pregunta que el evangelio nos lanza: ¿Qué estás buscando? (Juan 1,37). Esta es la gran eterna pregunta que la vida y el Señor Jesús dueño de ella nos hace a todos nosotros para este momento y todo el caminar de este año nuevo. Yo quisiera tratar de responder a algo de este interrogante con un sueño, anhelo y meta que Dios me ha mostrado para este año: “La misericordia con rostro de mujer”. Todo el año anterior estuvimos reflexionando en el año jubilar sobre la misericordia y algunos frutos de ella. Para este nuevo año quisiéramos reflexionar sobre la misericordia desde una perspectiva de la realidad de la mujer.
En  los últimos tiempos quizás desde finales del siglo XX se viene hablando mucho acerca de la realidad de la mujer en el mundo de hoy. Se enfatiza en la importancia del llamado de la mujer a ser protagonista de la historia. Se resalta constantemente algunas características como los carismas, la ternura, la sabiduría y últimamente la fortaleza del toque femenino; en un mundo acosado por miles de problemas y conflictos que necesitan ser reconstruidos a partir del perdón, la justicia, la fraternidad, la equidad y la paz. El tema de la mujer constituye como un punto de referencia preocupante en torno a tantos sucesos negativos que se vienen dando no solamente en estos días en nuestro país sino a lo largo de muchos años y siglos en la historia humana. Hoy se habla de muchas ONGs, fundaciones, campañas y encuentros a nivel nacional e internacional, que buscan darle el lugar que por muchos años le ha sido negado a la mujer. Alguna parte de la sociedad y también algún sector de la iglesia quiere poner los ojos sobre la mujer y ver en ella uno de los signos de liberación de los tiempos. Algún sector de la iglesia propone, y anima a la “Valoración y promoción de la mujer”. El tema de la mujer se ha desarrollado en muchos campos, no solamente el académico, intelectual sino también en ambientes populares. La mujer es admirada por su belleza, su ternura y su tolerancia, su valentía, su intuición, su sencillez,  su buena administración, etc. El pensamiento hacia una reflexión de la mujer no sólo se está dando en el ambiente colombiano y latinoamericano, sino que se puede decir se está haciendo a nivel mundial. Por eso quisiera en este año reflexionar, orar y ojalá actuar en campos y temas, donde vemos que se necesita encontrar un camino, una respuesta, a tanta desigualdad que hay en torno a ella. Por ello quiero invitarlas a todas aquellas, que reconocen una necesidad de cambio, las que quieren ser una respuesta diferente a la sociedad de hoy, a todas aquellas que no se sienten limitadas por la edad, la enfermedad y diferentes enfermedades, porque su corazón siempre joven ve que su labor no ha terminado, sino que todavía les queda mucho por hacer, en fin una invitación a todas las mujeres que buscan su realización personal, familiar y comunitaria, y su papel como protagonistas de la historia. Quisiera que empezáramos a encontrar camino y luz  desde las diferentes situaciones de exclusión, frustración y dolor a la que son víctimas muchas mujeres en la Palabra de Dios. La propuesta para este año es dar un vistazo por una gran galería de mujeres bíblicas que nos ayudarán a hacer entender que la humanidad tuvo que esperar la aparición liberadora de Jesús, para que rompiera con todas las instituciones que degradaban y esclavizaban a la mujer. A través de este caminar en el mundo bíblico de las mujeres, vamos a volver a descubrir la misión que Dios nos encargo al crear al ser y pareja humana. Sería una bella oportunidad también para agradecer y valorar el signo de la mujer que como bendición Dios nos ha dejado. Pienso en este momento valorando y muy agradecido con las diferentes mujeres que han acompañado mi caminar en los diferentes momentos de mi historia. Mujeres-mamá, mujeres- hermanas, mujeres-educadoras, mujeres- evangelistas y catequistas que me llevaron a los pies del Señor. Me han escuchado decir en más de una oportunidad que tanto física como espiritualmente soy nacido de mujeres. Sea una oportunidad para agradecerles y bendecirles, y quizás un gran homenaje para todas ustedes. Bendiciones.

Roberto Zamudio


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