“LA MISERICORDIA CON ROSTRO DE MUJER”
Agradecidos
con el Dios de la vida, por todas sus bendiciones durante el año que acaba de
terminar, con esperanza, mucho ánimo y fortaleza en su Espíritu, queremos
iniciar este nuevo año, que en fe será un tiempo de abundantes bendiciones y
crecimiento en nuestra humanidad y espiritualidad.
Quisiera
comenzar este mes, con un interrogante o pregunta que el evangelio nos lanza:
¿Qué estás buscando? (Juan 1,37). Esta es la gran eterna pregunta que la vida y
el Señor Jesús dueño de ella nos hace a todos nosotros para este momento y todo
el caminar de este año nuevo. Yo quisiera tratar de responder a algo de este
interrogante con un sueño, anhelo y meta que Dios me ha mostrado para este año:
“La misericordia con rostro de mujer”. Todo el año anterior estuvimos
reflexionando en el año jubilar sobre la misericordia y algunos frutos de ella.
Para este nuevo año quisiéramos reflexionar sobre la misericordia desde una
perspectiva de la realidad de la mujer.
En los últimos tiempos quizás desde finales del
siglo XX se viene hablando mucho acerca de la realidad de la mujer en el mundo
de hoy. Se enfatiza en la importancia del llamado de la mujer a ser
protagonista de la historia. Se resalta constantemente algunas características
como los carismas, la ternura, la sabiduría y últimamente la fortaleza del
toque femenino; en un mundo acosado por miles de problemas y conflictos que
necesitan ser reconstruidos a partir del perdón, la justicia, la fraternidad,
la equidad y la paz. El tema de la mujer constituye como un punto de referencia
preocupante en torno a tantos sucesos negativos que se vienen dando no
solamente en estos días en nuestro país sino a lo largo de muchos años y siglos
en la historia humana. Hoy se habla de muchas ONGs, fundaciones, campañas y
encuentros a nivel nacional e internacional, que buscan darle el lugar que por
muchos años le ha sido negado a la mujer. Alguna parte de la sociedad y también
algún sector de la iglesia quiere poner los ojos sobre la mujer y ver en ella
uno de los signos de liberación de los tiempos. Algún sector de la iglesia
propone, y anima a la “Valoración y promoción de la mujer”. El tema de la mujer
se ha desarrollado en muchos campos, no solamente el académico, intelectual
sino también en ambientes populares. La mujer es admirada por su belleza, su ternura
y su tolerancia, su valentía, su intuición, su sencillez, su buena administración, etc. El pensamiento
hacia una reflexión de la mujer no sólo se está dando en el ambiente colombiano
y latinoamericano, sino que se puede decir se está haciendo a nivel mundial.
Por eso quisiera en este año reflexionar, orar y ojalá actuar en campos y
temas, donde vemos que se necesita encontrar un camino, una respuesta, a tanta
desigualdad que hay en torno a ella. Por ello quiero invitarlas a todas
aquellas, que reconocen una necesidad de cambio, las que quieren ser una
respuesta diferente a la sociedad de hoy, a todas aquellas que no se sienten
limitadas por la edad, la enfermedad y diferentes enfermedades, porque su
corazón siempre joven ve que su labor no ha terminado, sino que todavía les
queda mucho por hacer, en fin una invitación a todas las mujeres que buscan su
realización personal, familiar y comunitaria, y su papel como protagonistas de
la historia. Quisiera que empezáramos a encontrar camino y luz desde las diferentes situaciones de
exclusión, frustración y dolor a la que son víctimas muchas mujeres en la
Palabra de Dios. La propuesta para este año es dar un vistazo por una gran
galería de mujeres bíblicas que nos ayudarán a hacer entender que la humanidad
tuvo que esperar la aparición liberadora de Jesús, para que rompiera con todas
las instituciones que degradaban y esclavizaban a la mujer. A través de este
caminar en el mundo bíblico de las mujeres, vamos a volver a descubrir la
misión que Dios nos encargo al crear al ser y pareja humana. Sería una bella
oportunidad también para agradecer y valorar el signo de la mujer que como
bendición Dios nos ha dejado. Pienso en este momento valorando y muy agradecido
con las diferentes mujeres que han acompañado mi caminar en los diferentes momentos
de mi historia. Mujeres-mamá, mujeres- hermanas, mujeres-educadoras, mujeres-
evangelistas y catequistas que me llevaron a los pies del Señor. Me han
escuchado decir en más de una oportunidad que tanto física como espiritualmente
soy nacido de mujeres. Sea una oportunidad para agradecerles y bendecirles, y
quizás un gran homenaje para todas ustedes. Bendiciones.
Roberto
Zamudio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: