“HIJOS
DE LA LUZ POR LA PALABRA”
PRIMERA
LECTURA
ISAIAS
8,23b-9,3
“En la Galilea de los gentiles el pueblo
vio una luz grande”
En otro tiempo el
Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el
camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo
que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y
una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu
presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque
la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los
quebrantaste como el día de Madián. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El texto que leemos en la primera lectura forma parte del
segundo Cántico del Siervo (Is 49,1 – 50,7) en el que se identifica al pueblo
de Israel como el servidor de Dios; este Israel mencionado aquí no representa
la totalidad del pueblo de Dios, sino que, tal vez, se refiera a aquella
pequeña comunidad creyente desterrada en Babilonia, a ese grupo reducido que
mantiene viva la esperanza y la fe. Ese grupo que, a pesar de estar lejos de su
tierra, mantiene su confianza en Yahvé es el que traerá la salvación a todo el
pueblo de Israel y al mundo entero, pues Dios ha puesto sus ojos en él y le ha
asignado la misión de expresar a toda la creación su deseo más profundo: salvar
a todos sin excepción. El profeta que escribe este cántico marca una gran
diferencia en cuanto a la comprensión de la salvación prometida por Yahvé;
siendo el tiempo del exilio, el profeta anuncia una salvación para todas las
naciones, no únicamente para el pueblo de Israel.
SALMO RESPONSORIAL: 26
R./ El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.
SEGUNDA
LECTURA
PRIMERA
CORINTIOS 1,10-13.17
“Somos de
Cristo”
Hermanos,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo les ruego que todos estén siempre de
acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes. Vivan en armonía, pensando y
sintiendo de la misma manera. Digo esto, hermanos míos, porque he sabido por
los de la familia de Cloe que hay discordias entre ustedes. Quiero decir, que
algunos de ustedes afirman: "Yo soy de Pablo"; otros: "Yo soy de
Apolo"; otros: "Yo soy de Cefas"; y otros: "Yo
soy de Cristo." ¿Acaso Cristo está
dividido? ¿Fue crucificado Pablo en favor de ustedes? ¿O fueron ustedes
bautizados en el nombre de Pablo? pues Cristo no me mandó a bautizar, sino a
anunciar el evangelio, y no con alardes de sabiduría y retórica, para no
quitarle valor a la muerte de Cristo en la cruz. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Pablo inicia su
carta confirmando la universalidad del Reino de Dios; expresando que el mensaje
de salvación es para todos los que en cualquier lugar -y tiempo- invocan el
nombre de Jesucristo. Este saludo es dirigido a los cristianos de Corinto; sin
embargo, por la manera en que Pablo
escribe, se puede afirmar que el apóstol se está refiriendo a la única y universal
Iglesia de Cristo, que se hace presente históricamente en los creyentes de
Corinto. Es decir, que aunque Pablo escriba de manera particular a esta
comunidad, su mensaje desborda los límites de espacio y tiempo, adquiriendo en
todo momento actualidad y relevancia, pues es una Palabra dirigida a la
humanidad entera. Hombres y mujeres hemos recibido la gracia de ser hijos de
Dios, por medio de Jesús; hemos sido consagrados por Dios para realizar la
“misión” de hacer presente, aquí y ahora, el reino de Dios: hacer de este mundo
un lugar más justo y solidario, menos violento y destructor, más libre y
fraterno. Quien asume como modo normal de vida este horizonte liberador está
invocando el nombre de Jesús.
LECTURA
DEL EVANGELIO
MATEO
4, 12,23
“Se estableció en Cafarnaún. Así se cumplió
lo que había dicho Isaías”
Al enterarse Jesús de que habían
arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en
Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió
lo que habla dicho el profeta Isaías: "País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que
habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y
sombras de muerte, una luz les brilló." Entonces comenzó Jesús a predicar
diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Pasando
junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a
Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran
pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de
hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando
adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que
estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó
también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría
toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino,
curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Hay que notar el
vínculo que une la misión de Juan y
la de Jesús. Como Juan, Jesús tiene un mensaje de conversión en sus
labios. La tarea de estos dos predicadores es semejante también en que su
palabra se dirige a las multitudes, y particularmente a los despreciados y a los
pobres, más que a los poderosos. Por eso vemos a Jesús en tierra considerada
prácticamente de paganos, lo que en otro tiempo fue la heredad de las tribus de
Zabulón y de Neftalí. El contenido de lo
que sería la «primera predicación» de Jesús,-No era sólo un anuncio, sino una con-moción:
Jesús anunciaba para invitar al cambio, para animar la esperanza en el cambio
que Dios mismo estaba a punto de avivar. Por eso, su anuncio era para la
conversión: «cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha
acercado». -Aquí hay una doble dirección: hay que cambiar (convertirse)
«porque» viene el Reinado de Dios, y, también, hay que cambiar «para que»
venga, para hacer posible que venga.
El carácter concreto del tipo de práctica que
Jesús adopta, que no es la de transformar la sociedad él mismo directamente,
con sus propias prácticas, no es la de afrontar directamente la tarea, con desbordante generosidad llama a otros a
que se asocien a su misión; estos serán sus primeros apóstoles. Pronto se
notará el abismo que separa a Jesús de sus compañeros, que están interesados en
metas de muy corto plazo, como ser "el más importante" dentro de ese
grupo. La paciencia y el amor de Cristo quedarán entonces a la vista, pues a
través de esos mismos ignorantes y rudos hombres un día hará llegar la buena
noticia a todas las naciones.
ORACIÓN
Padre de bondad tú has pasado de nuevo por nuestra vida y nos has mirado con amor
misericordioso, y nos has llamado a trabajar en tu obra para atraer hacia ti a
muchos que no le encuentran sentido a su vida. Danos la fuerza de tu Espíritu
para continuar en esa obra, para poder enfrentar todas las dificultades y
acechanzas que van surgiendo en el camino, danos también la fuerza y gozo para
sentirnos servidores (as) realizados(as) y felices trabajando en ti y para ti.
Amén.
“La Luz se
opone a las tinieblas, porque las hace evidentes y revela lo que no está en
orden”
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