“LA
FALTA DE PERDÓN ENVENENA EL ALMA”
Cuantas veces no hemos escuchado,
esta frase: “A esta persona no la pienso perdonar nunca, no se lo merece”.
Afirmación que parece sonar satisfactoria, cuando en verdad es una intoxicación
que poco a poco nos va envenenando el alma, por guardar rencor. Pensamos que
negando el perdón a quien nos ofendió, tomamos venganza de esa persona y lo
mantenemos preso en nuestra decisión de no perdón; como pensamos que no se lo merece,
simplemente lo estamos amarrando a nuestro rencor. Muchos vivimos cargando en nuestra
cartera o bolso emocional un sinnúmero de cargas pesadas de personas que nos
lastimaron, eso hace cada vez más lento y pesado nuestro andar. Algunos corren la carrera de
la vida con tantas cadenas, de odio, resentimiento, que se quedan atrás y no
logran avanzar en su vida, y alcanzar la gracia o bendición que Dios les tiene
preparada. De ahí el acertado comentario
de la carta a los Hebreos en su capítulo 12: “Si queremos seguir corriendo con
paciencia la carrera que tenemos por delante necesitamos despojarnos de la
carga pesada que nos estorba, especialmente del pecado que nos asedia”. La
falta de perdón es la raíz profunda de muchas situaciones de amargura,
tristeza, depresión y muchas enfermedades mentales y hasta físicas. Perdonar,
es quedar libre, sentirme libre. El que no perdona es el que sufre, y nunca el
ofensor. Eres tú el que estas preso y sigues atado si no perdonas, y no la
persona a la que le niegas el perdón.
Deja hoy mismo tu bolso o cartera pesada por el resentimiento a los pies
de aquel que supo perdonar tu ofensa, mi ofensa, y corramos libremente con
paciencia hasta llegar a la meta. No sigas haciendo esa contabilidad peligrosa,
de seguir llevando un registro exhaustivo de cada ofensa que has recibido.
Puedes comprender que te sea difícil perdonar sino puedes ser perdonado por
Dios. Si ese es hoy tu caso, urgentemente, acércate a Dios, pídele perdón,
experimenta su inmenso amor misericordioso; pídele que en su Espíritu te de la
fuerza y decisión para perdonar. Es increíble que conociendo los beneficios que
trae el perdón todavía haya personas que se niegan a dar ese paso sanador y
liberador, sólo porque no quieren dejar de odiar. Es como lo que decía alguien
alguna vez: Estrellar la cabeza contra la pared y esperar que le duela al otro.
NO, el único lastimado siempre serás tú, si no quieres dar el paso del perdón. El primer bendecido al optar por el perdón eres
tú. Así que a partir de hoy, “Anota las ofensas emocionales en la arena y las
bendiciones espirituales en la roca”. Cuando sientas ganas de odiar y de
vengarte recuerda o mira a Jesús en la cruz, allí encontrarás una fuerza
maravillosa para derrotar el rencor y el odio; en la cruz encontraremos la
verdadera sanación y liberación.
“LA FALTA DE PERDÓN, ES COMO
TOMAR EL VENENO Y ESPERAR QUE EL OTRO SEA EL QUE MUERA”
Bendiciones para tu vida, tu
familia y tu comunidad, en torno a este tema, para este nuevo mes.
Roberto Zamudio
PROMESA BÍBLICA DEL MES
“ Y perdónanos, como nosotros también perdonamos a nuestros
deudores.”
Lucas 11,4
ORACIÓN
AL COMENZAR EL DÍA
Buenos días Dios de la vida. Llegando
al segundo mes de este año no podemos
dejar de darte gracias por todas las vivencias que nos has permitido tener.
Sentimos y experimentamos que estás aquí, en nuestra realidad, acompañándonos
en todas nuestras circunstancias y llevándonos a reflexionar los frutos de la Misericordia,
para nuestro crecimiento como hijos(as) tuyos(as). Nos damos cuenta que el amor, es la base de la existencia
humana, es la única y verdadera religión que Tú creaste. Ayúdanos a que este primordial fruto que nos permite
salir de nosotros mismos y darnos sin medida, que nos lleva a renunciar a
nuestros propios anhelos, sentimientos, necesidades y hasta entregar la vida, por el
bien del otro, se desarrolle en nuestro ser, lo necesitamos tanto para
transformar nuestras relaciones e ir sembrando paz y armonía. Que cada mañana
de este mes también nos ayudes a interiorizar acerca del don del PERDÓN,
necesitamos sanar nuestro interior, reconociendo que hemos errado, hecho daño a
otros con acciones que no vienen de ti; y que también otros nos han hecho daño,
ayúdanos a curar nuestras heridas y liberarnos de sentimientos que nos lesionan y lesionan a
otros, que seamos capaces de mostrarles tu amor misericordioso, que nos lleva a
vivir el verdadero perdón. Gracias Dios, por dirigirnos en este día y andar en
nuestro camino. Amén
ORACIÓN
AL FINALIZAR EL DÍA
Señor, te buscamos en esta noche, con fuego en nuestro corazón. No podemos
dejar de hablarte antes de ir al
descanso, necesitamos tanto de ti, de tu ternura, de tu Palabra, de tu Espíritu
que nos hace conscientes de los pasos que hoy dimos, de nuestro pensar,
hablar, sentir, actuar y
amar.
Ven Señor y controla todo nuestro
ser, sánanos y ayúdanos a seguir
refugiados en ti, con la certeza que eres nuestro amigo y nuestro todo. Te
entregamos el dolor y sufrimiento de tantos que tal vez hoy no encontraron
consuelo, ni te buscaron para experimentar tu amor misericordioso que da
fuerzas y levanta para continuar sin desfallecer, en medio de las dificultades.
Trabaja en nosotros y guárdanos bajo tu amparo. Te amamos y nos disponemos para
que continúes tu proceso de conversión en nuestra vida y en toda persona que
así lo desee. Fórmanos como seres humanos sensibles al dolor y necesidades de
los semejantes. Ayúdanos a reconocer nuestras fallas y a ponernos en los
zapatos del otro, para que mañana podamos ejercer tu propuesta de amor y
reconciliación. Te alabamos, te adoramos, te bendecimos y te damos gracias
Señor Nuestro. Sé que velaras nuestro descanso. Amén
SEGUNDO FRUTO DE LA MISERICORDIA:
EL PERDÓN
Reflexionemos en este mes en
torno a este fruto nacido de la misericordia que es el perdón. Entendiendo el
perdón en la Biblia como un disculpar, no tener en cuenta la ofensa recibida y
de hecho eximir de todo castigo la falta cometida. En el Nuevo Testamento la
palabra griega que se traduce como perdón significa: “Dejar pasar, no guardar”,
como cuando una persona renuncia a una deuda que se le tiene. El Señor Jesús
uso esta comparación al enseñar a sus discípulos a orar: “Perdona nuestras
deudas, como nosotros también perdonamos a quienes nos deben” (Lucas 11,4). Recordemos
la parábola del esclavo que no mostró misericordia con su deudor, Jesús nos
enseña que el perdón es como la cancelación de una deuda (Mateo 18,23-35).
Podemos hablar de perdón cuando dejamos de guardar resentimiento y deseo de
venganza y no buscamos pedir compensación por el daño que nos han hecho o por
la pérdida que hayamos podido sufrir. La madre o fuente de donde nace el perdón
es el amor, ya que el amor no lleva en cuenta el daño (1ra de Corintios
13,4-5). El perdón es un don o regalo perfecto que viene de Dios, su origen
etimológico es “per : perfecto o ganancia, don : gracia o regalo”.
FALSAS INTERPRETACIONES SOBRE EL
PERDÓN
1.
Perdono
si olvido: Eso no es verdad, la única manera de olvidar es que le dé a la
persona una enfermedad llamada amnesia. No se trata de hacer esfuerzos humanos
para olvidar, se trata más bien que aún recordando la ofensa ya no me duele, y
no siento deseo de vengarme.
2.
Aprobar
siempre la ofensa: La Palabra de Dios no es para masoquistas, bobos o tontos; es para mansos
de corazón pero no para mensos ( Isaías 5,20).
3.
El
verdadero perdón nacido del amor misericordioso, siempre es educativo y
correctivo. No puedo seguir actuando como si el ofensor no hubiera cometido la
ofensa. Te perdono o pido perdón pero si enseño y aprendo la lección y corrijo.
Dios perdonó al rey David sus “graves pecados”, pero no lo libró de la
corrección y consecuencias de su pecado ( 2Samuel 12,9-13).
4.
Dejar que los demás se sigan aprovechando de
uno. Por ejemplo pensemos en un caso que puede ser muy real y de moda: Le
presto un dinero a alguien, que es un mal administrador y mala paga, que de
antemano sé que no me va a pagar; así no
estoy edificando a la persona sino que le estoy haciendo el mal de crearle más
deudas, de atarlo cada vez más. Esta persona se siente esclavizada por las
deudas, quizás hasta llega a reconocerlas, puede llegar hasta pedirme perdón.
Nosotros podríamos o tendríamos que
perdonarlo, es más, en este que es el año de la Misericordia lo haríamos
por amor venido de Dios, y más si se trata de un familiar, con mayor razón,
podríamos hasta olvidar o cancelar la deuda por completo; pero esto no
significaría estar otra vez dispuestos a prestarle en el futuro, si de verdad
tenemos la sabiduría venida de Dios, ya que le causaríamos más daño. ( Proverbios
14,15; 22,3; Gálatas 6,7).
5.
Perdonar
sin una base sólida: Dios no perdona a quien no reconoce su error, se
arrepiente y busca enmendar o resarcir el daño ocasionado (Proverbios 28,13;
Hechos 26,20; Hebreos 10,26: Salmo 139,21).
HERRAMIENTAS QUE NOS PUEDEN
AYUDAR A PERDONAR
1.
Recordar lo que implica perdonar, considerar lo que
sucedió, no negar que nunca pasó; sencillamente recordándolo, teniéndolo en
cuenta que lo pasamos por alto.
2.
Pensar
en lo beneficios que trae el perdón:
Dejar de sentirnos enojados, con deseos de venganza, perder la calma y
la paz. El perdón verdadero como lo
decíamos antes viene o es nacido de Dios, entonces de tal manera, definitivamente
se convierte en toda una medicina sanadora, restauradora y liberadora, que nos
hace más felices (Proverbios 14,20; Mateo 5,9). Y quizás lo que es más
importante: “Perdonar es imprescindible para que Dios me perdone a mí” (Mateo
6,15).
3.
Ser
más comprensivos: Todos somos imperfectos (Santiago 3,21). Si deseamos que los
demás perdonen nuestros pecados, nosotros también perdonemos a los otros (Mateo
7,12).
4.
Si
entendemos que ninguno de nosotros somos perfectos, seamos más tolerantes con
el otro, más, si el error es de poca importancia, pongamos en práctica el
siguiente consejo sabio de la Biblia: “Sopórtese unos a otros” (Colosenses
3,13).
5.
No
reciclemos o guardemos las ofensas que se van a convertir cada vez en heridas
más profundas; actuemos con la medicina del perdón de inmediato (Efesios 4,26-27)
ALGUNOS TEXTOS BÍBLICOS PARA
REFLEXIONAR SOBRE EL PERDÓN
-
Efesios
4,32
-
Mateo
6,14
-
Colosenses
3,13
-
2da
Crónicas 7,14
-
Miqueas
7,18
-
Salmo
86,5
-
Proverbios
17,9
-
Hechos
13, 35-39
-
1ra
Juan 2,2
-
Efesios
1,7
-
Hechos
2,38
En síntesis
el perdón nace del amor; y el amor viene de Dios, total sin Dios no se puede o
es imposible perdonar. El gran reto del creyente en Dios para todos los tiempos
es: “VIVIENDO EL AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS ATREVERNOS A PERDONAR,
CONVIRTIENDO ESE AMOR-PERDÓN EN SERVICIO A LOS DEMÁS”. No hay color político,
ideología, filosofía, credo, doctrina, religión, más veraz y segura que me
lleve al camino directo, a la verdadera felicidad que estas tres acciones.