viernes, 1 de noviembre de 2013


HAY QUE APRENDER A PAGAR EL PRECIO

Como preámbulo al tema para este penúltimo mes del año 2013, quisiera invitar a reflexionar en torno a dos celebraciones de fe y esperanza que se vivirán en noviembre. El primero corresponde al   “Día de todos los santos”, es una propuesta, desde el discipulado comunitario de la Palabra, a hacer del servicio una entrega generosa y solidaria al otro, especialmente a los más necesitados. El segundo día, desde el mismo discipulado de la Palabra y finalizando el año de la fe, celebrar con esperanza y gratitud, la memoria de todas aquellas personas que ya han pasado a la presencia del Señor y que durante su estadía por esta tierra han dejado en nosotros(as) huella, no de derrota, sino de esperanza y victoria. Como vemos todos ellos también aprendieron a pagar el precio.   
En muchas ocasiones nos sorprendemos cuando leemos las biografías de personas famosas que narran como llegaron tan lejos, que conquistaron el triunfo, pero nos olvidamos que detrás de todo esto hay un gran esfuerzo, sacrificio y dedicación. En otras palabras fueron personas que aprendieron a pagar el precio. Y esto significa:
·         Perseverar, luchar y pelear por lo que quiero.
·         No ahorrar esfuerzo por llegar a la meta.
·         “Sacrificarse” por lo soñado y anhelado.
·         Batallar o guerrear.
·         No parar aunque haya obstáculos.
·         Resistir y persistir en la prueba.
·         Pasar por encima de la tentación.
·         Darlo todo por un objetivo.
Miremos lo que afirma Pablo (2° Tim.4,7)
1.      He peleado la buena batalla
2.      He acabado la carrera
3.      He guardado la fe.,
Hoy tendrás que desafiarte, creer, esperar y declarar: “con el Señor voy hacia adelante, no me voy a rendir por nada ni nadie, no dejaré nada a medias o sin terminar”.
¿Quieres ver y recibir grandes bendiciones?
¿Quieres llegar a las metas y alcanzar tus sueños?
¿Quieres salir de la frustración y de ser del montón?
¿Quieres prosperar espiritual e integralmente?
¿Quieres que todos los tuyos conozcan del Señor?

“Pues hay que pagar el precio”
 La buena noticia es que no estás solo(a), DIOS ESTÁ CONTIGO, Él te acompaña, Él guiará tus pasos y te respaldará en todo lo que hagas y emprendas. Pero decídete a cambiar, determínate a creer, a perseverar, a luchar y batallar por todo lo que quieres.

Que a partir de hoy   puedas decir:
“Empezaré algo, vendrán obstáculos y dificultades, pero con el Señor y en el nombre de El pasaré por encima de ellos, pagaré el precio, no me quedaré a mitad de camino, llegaré a la meta”.
Oro por ti, los tuyos, tu pequeña comunidad, y tus nuevos proyectos. Declaro que Dios está de tu parte, Él te da la sabiduría, la fuerza, la dirección del Espíritu Santo. Por tanto no tropezarás, no fracasarás. Cristo el Señor te guiará por nuevas sendas de justicia, paz y amor.   
Roberto Zamudio    

PROMESA BÍBLICA DEL MES.

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe
2° Timoteo: 4,7

ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Señor, cada mañana de este penúltimo mes del año quiero estar delante de ti y solicitarte que por favor me mires con tus ojos de ternura y me hagas sentir todo el amor para apropiarme de mis propias deficiencias y poder estar listo(a)para construir un camino de felicidad y de gozo. Dios, confío en que esa mirada de amor me haga reconocerme, como alguien valioso(a) y capaz de ser feliz y llevando a buen término mis propósitos en la vida. Quiero conocerme, aceptarme y amarme. Quiero poder proyectar a mi prójimo una relación sana conmigo mismo(a), para así poderle ayudar a conocer todas las capacidades que Tú has puesto en sus corazones y que las usen a favor de la realización de sus sueños.
Te alabo y te bendigo porque sé que me vas a ayudar a salir adelante, porque Tú nunca me has fallado y cuento contigo siempre. Gracias por todo mi amado Señor de la vida. Amén 

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
En esta noche te doy gracias, Señor, por todo lo que me has dado y especialmente porque me has hecho pensar de nuevo en todo lo bueno que hay en mi ser. Gracias porque me siento con muchas posibilidades, con esperanzas con sueños y, sobre todo con la certeza de que lo que emprendo, si está dentro de tu sabia voluntad, saldrá adelante. Sé que podré ser feliz en medio de las dificultades que la vida me trae. Estoy optimista, sé que podré ganar y ser una persona llena de posibilidades. Gracias por todas las cosas buenas que me vas a dar y regalar mientras duermo, porque estoy seguro(a) de tu presencia en mi existencia, liberándome y llenándome de fuerza y gozo. Suplico tu bendición para todas las personas que amo y en este momento están necesitadas de tu mirada amorosa. Gracias por amarme mi  Precioso Dios. Amén    


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