viernes, 1 de noviembre de 2013

Viernes 15 de Noviembre de 2013


“LA OBRA DE DIOS Y SU MINISTERIO 

NOS ENVUELVEN”

PRIMERA LECTURA
SABIDURÍA 13,1-9

“Si lograron averiguar el principio del cosmos, ¿cómo no encontraron a su Dueño?”

Eran naturalmente vanos todos los hombres que ignoraban a Dios y fueron incapaces de conocer al que es, partiendo de las cosas buenas que están a la vista, y no reconocieron al Artífice, fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire leve, a las órbitas astrales, al agua impetuosa, a las lumbreras celestes, regidoras del mundo. Si, fascinados por su hermosura, los creyeron dioses, sepan cuánto los aventaja su Dueño, pues los creó el autor de la belleza; y si los asombró su poder y actividad, calculen cuánto más poderoso es quien los hizo; pues, por la magnitud y belleza de las criaturas, se descubre por analogía el que les dio el ser.
Con todo, a éstos poco se les puede echar en cara, pues tal vez andan extraviados, buscando a Dios y queriéndolo encontrar; en efecto, dan vueltas a sus obras, las exploran, y su apariencia los subyuga, porque es bello lo que ven. Pero ni siquiera éstos son perdonables, porque, si lograron saber tanto que fueron capaces de averiguar el principio del cosmos, ¿cómo no encontraron antes a su Dueño?  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La primera lectura presenta el tema antiguo y profundo de la revelación de Dios en su Creación. Si lo miramos bien, de lo que se trata es de ponderar la huella maravillosa que Dios ha dejado en sus obras, para que así también aprendamos a ir, de la sabiduría que descubrimos en las cosas creadas, hacia la sabiduría increada.
Si miramos, se balancea entre la indulgencia y el reproche con aquellos que no logran encontrar a Dios en medio de la belleza y el esplendor de sus obras.
En la sociedad en que vivimos hoy, todo es tan apurado que en el correr de la vida nos hemos olvidado de fascinarnos con los regalos tan maravillosos que Dios nos da a diario. Algunas veces nos despertamos en la mañana y no valoramos el hecho de tener vida y poder levantarnos y que debemos de agradecerle eso a nuestro Padre; lo que hacemos en cambio es levantarnos a prisa y cumplir con la rutina de siempre la cual la hacemos de manera casi mecánica.

SALMO RESPONSORIAL: 18
“El cielo proclama la gloria de Dios”.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las obras de la creación y luego en la ley, para terminar con una humilde oración.
La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, palabra definitiva de Dios, camino, verdad y vida   
 LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17,26-37

“El día que se manifieste el Hijo del hombre
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejaran." Ellos le preguntaron: "¿Dónde, Señor?" Él contestó: "Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Se acercan los días del Hijo del Hombre: Su Apocalipsis (manifestación). No se habla ni de Parusía ni de Venida, sino de su manifestación en todos los momentos de la historia. Esta manifestación es inesperada, pero sucede en medio de las actividades de la vida cotidiana: comer, beber, casarse, comprar, vender, plantar y construir (vv. 26-30). Las exigencias, cuando llegue aquel Día, se concretan en no mirar atrás, ni aferrarse a la vida. La respuesta al “dónde” es ambigua y enigmática; es un dicho popular, no una metáfora. Se insinúa solamente la fuerza de atracción que tiene la manifestación. Los buitres son atraídos por el cuerpo muerto. Una de las teorías de más consenso es que Jesús aludiría aquí a Jerusalén, que era muy corrupta --como un cuerpo muerto-- y por eso atraía su propia destrucción.
Teniendo en cuenta las claves propuestas por el texto, consideremos si nuestras vidas son vidas al servicio de la manifestación de Jesús y su Reino. Hablamos aquí de cotidianeidad, ¿es acaso nuestra vida personal y comunitaria la rendija que deja ver el anticipo de la Gloria del Reino?

ORACIÓN

Señor, ayúdanos a no perder la capacidad de asombrarnos y agradecer la maravilla de la creación y de tu existencia, no de los avances científicos y tecnológicos que no son capaces de descifrar el origen de la creación de la bondad, la génesis de todo cuanto existe y solo llevan a sorprendernos, enceguecernos, perdiendo lo verdaderamente humano y alejando a las nuevas generaciones de ti, que eres la esencia del amor. Amén

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