viernes, 1 de noviembre de 2013

Lunes 11 de Noviembre de 2013


“HACERSE AMIGOS DESDE LA EXPERIENCIA DEL PERDÓN”

PRIMERA LECTURA
SABIDURÍA 1,1-7

“La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres; el espíritu del Señor llena la tierra”
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la estratagema, levanta el 2campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La sabiduría es un don de Dios y sólo la pueden llegar a poseer los de corazón sencillo, “los que no desconfían” los que no tienen “razonamientos retorcidos”. La encuentran “los que la buscan de corazón entero”. Sobre todo, “la sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado”. Los necios y los deslenguados tampoco sabrán acoger sí mismos esta sabiduría que viene de Dios.
La sabiduría no es igual a los muchos conocimientos, sino esa intuición interior que nos hace ver las cosas con la mirada de Dios. Es la capacidad de descubrir que el hilo conductor de la historia lo lleva el Padre del cielo, quien se nos ha revelado plenamente en la persona de su Hijo Jesús. Por eso, debemos desearla y pedirla por encima de todas las cosas, así como lo hizo Salomón cuando fue puesto para gobernar a su pueblo, para poder proceder con justicia, misericordia y caridad en todos los aspectos de la vida.

SALMO RESPONSORIAL: 138
R. / Guíame, Señor, por el camino eterno.

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso. R.

Todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco. R.

¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO   
La experiencia de fe lleva al salmista a un diálogo en que expresa el misterio de Dios y la absoluta dependencia de la persona respecto de él y le pide protección y guía.
También San Pablo exclama: “¡Qué abismo el de la generosidad, de la sabiduría y de la providencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué insospechables sus caminos!” (Rom. 11, 34-35) 

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17, 1-6

“Si siete veces en un día vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás”
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás."
Los apóstoles le pidieron al Señor: "Auméntanos la fe." El Señor contestó: "Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Escandalizar es poner piedras o trampas en el camino para provocar el tropiezo, la caída. Lucas presenta otro de sus frecuentes ayes, e instruye a los discípulos sobre las actitudes que deben vivir en la comunidad fraterna. Es dura la advertencia para aquellos que escandalizaren a los preferidos del Padre, los pequeños. Jesús se desvive por ellos y nadie debe apartarlos del camino ni provocar su humillación y dolor por medio de la acumulación de bienes, la ostentación de los mimos, la injusticia y la violencia.
Seguir a Jesús no nos evita automáticamente caer en pecado; pero sí nos exige optar por practicar los valores del Evangelio en la convivencia y el intercambio. Perdonar, corregir fraternalmente, ser sinceros y respetuosos en la diversidad, acoger con bondad, son actitudes irrenunciables de los discípulos de Jesús.
Perdonar… ¿cuántas veces? Si la medida del amor es Jesús, él nos propone amar sin medida. Perdonar setenta veces siete equivale a estar dispuesto a confiar, y a apostar por la bondad intrínseca de la humanidad, lo cual no nos exime de reprender a quien se desvía del camino, e incluso señalar con toda claridad y firmeza a los que descaradamente practican la injusticia y el oprobio contra los más débiles.

ORACIÓN
Señor Tú conoces lo más íntimo de nuestro corazón y escuchas lo que dice nuestra lengua, por eso hoy queremos suplicarte que saques de nosotros todo aquello que lo resiente y lo conduce a rechazar y ofender a las personas que nos hacen daño. Por favor capacítanos para toda obra buena, donde el perdón es esencial para ti, porque Tú eres un Dios de perdón, que no retoma nuestros errores, sino que nos libera y nos ama y así 

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