viernes, 1 de noviembre de 2013

Domingo 17 de Noviembre de 2013


“NUESTRA VIDA Y COMPROMISO 

REVELAN A DIOS”


PRIMERA LECTURA
MALAQUÍAS 3, 19-20a

“Os iluminará un sol de justicia”

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir- dice el  Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

REFLEXIÓN
La primera lectura está tomada del libro de Malaquías que es un profeta que ejerce su ministerio en el siglo V antes de Cristo. Debe vivir con el pueblo la gran decepción que siguió al retorno de Babilonia. El profeta Malaquías quiere abrir un camino a la comprensión de los signos de los tiempos, y nos da una clave para la interpretación de la realidad; la ausencia o no de la justicia en la vida y en la historia. Él desde esta clave cómo en la Biblia, nos lleva a ver y comprender   la presencia o ausencia de Dios en los distintos momentos y acontecimientos de la historia del pueblo de Israel y de la historia de todos los pueblos hasta hoy. El profeta un gran motivador, ánima y levanta su voz para mostrar que Dios no sólo no ha abandonado a su pueblo, sino que Él en persona vendrá para hacer justicia.  

SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos: con clarines
y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes al Señor,
que llega para regir la tierra. R.

Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Canto de aclamación a la realeza de Dios, Señor del universo y de la historia.
El despliegue de poder liberador de Dios llega a su punto culminante en la encarnación de su Hijo y en la victoria de este sobre la muerte, el pecado y la opresión.  

SEGUNDA LECTURA
2TESALONICENSES 3, 7-12

“El que no trabaja, que no coma”
Hermanos: Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie.
No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar.
Cuando vivimos con vosotros os lo mandarnos: el que no trabaja, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada.
Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En esta lectura Pablo le hace una invitación a la ciudad de Tesalónica a tener una actitud de apertura al testimonio recibido por quienes le han transmitido el mensaje del evangelio, una actitud laboriosa que antepone el trabajo a la pereza y a la ociosidad como forma de obtener el sustento para la supervivencia. Esta lectura nos plantea también el tema interesante de discutir y pensar, el trabajo. A Pablo le ha llegado la noticia de que existen en la comunidad cristianos que como piensan que el mundo se va acabar, porque ya es inminente la llegada del Señor ya no quieren trabajar. Dos son las características de estos individuos fanáticos: por un lado se ocupan en no hacer nada y por eso se meten en todo. No se entregan a un trabajo o ministerio que les centre su vida en algo y puedan dejar de ser piedra de tropiezo sin otra misión que transmitir chismes y divisiones. Por otro lado, turban la tranquilidad de los demás y su peligrosa ocupación, pues andan metidos en todo, ponen a la comunidad en trance de perder la paz y la armonía; este sigue siendo un peligro terrible hoy en día en muchas comunidades, fundaciones y parroquias.      

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21, 5-19

“Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"
Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."

Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

REFLEXIÓN
El texto del evangelio de la comunidad lucana, nos pone ante las verdades más duras de la vida: todo lo humano termina.  Me has escuchado decir muchas veces: todo tiene una fecha de vencimiento. ¿ Cuándo será tu fecha de vencimiento?. Jesús amonesta a sus discípulos acerca de la realidad última. Todo lo humano aún los frutos del bien, como el templo es caduco. Llegará un momento en el que todo perecerá. La destrucción del templo es una manera figurada con la que Jesús no quiere hablar del fin de la historia, sino del final de una etapa de esa historia contraria al proyecto de Dios. Cuando la vida, la familia, la sociedad, la ciencia y la historia se sueltan de la mano de Dios el mundo se vuelve como un huérfano, desprotegido, queda sin rumbo, a las puertas del fracaso, la ruina y la destrucción. Hoy necesitamos recomenzar el proyecto de Dios en nuestras vidas, familias y comunidades, ir agarrados de la mano de Dios, regresar a él con confianza y fidelidad, desde algunas actitudes que nos ayudan en el camino del discipulado: la primera actitud debe ser la del realismo, pues el camino de nuestra historia nunca ha sido fácil, ya que en ellas encontramos dificultades y luchas que tenemos que enfrentar y superar. Necesitamos, en segundo lugar, superar la ingenuidad, ya que en momentos de crisis, desconcierto y confusión se pueden escuchar muchas voces y mensajes extraños proponiendo caminos nuevos que más que salvar, nos hunden en abismos peores; caminos mágicos, de confort, de triunfalismo, sin sacrificios, etc. En tercer lugar  necesitamos volver a centrarnos en lo esencial, sin perder la calma, asumiendo nuestra propia responsabilidad ante la vida y la historia del momento presente, superando tantas complicaciones que le hemos puesto a las cosas sencillas de la vida y de la fe. En cuarto lugar es necesario vivir la hora de la fe y del testimonio esperanzador, ya que los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, las quejas, la nostalgia y el desaliento; tampoco para la resignación, la pasividad o la renuncia, ya que en tiempos difíciles “tendremos la oportunidad de dar testimonio de Jesús”. Todos los discípulos(las) tendremos que enfrentarnos a realidades duras y trágicas; por eso el énfasis no está puesto en el fin, sino en lo que está “antes del fin”. Lucas quiere explicar que no sabe cuándo ocurrirá el fin o fecha de vencimiento, lo que importa para Lucas y la comunidad, no es conocer la fecha de la parusía ( regreso del Señor), sino tener claro que antes de todo eso la comunidad ( iglesia) será perseguida. Por eso la última actitud en la comunidad es la paciencia y la perseverancia, “gracias  a la constancia salvarán sus vidas”. Es el momento de cultivar una vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevos retos sin perder la fe, la esperanza, la paz y la lucidez.     
              
ORACIÓN

Señor, tu Palabra nos anima a trabajar con constancia en la construcción de la fraternidad y la solidaridad, guía nuestra vida hacia el compromiso serio con la sociedad actual. Queremos permanecer en la búsqueda de lo bueno, noble y justo en los demás, superando actitudes de crítica, abandono de responsabilidad  y alarmismos. Amén

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