sábado, 1 de julio de 2023

Lunes 10 de Julio de 2023

 

“DIOS ES FIEL Y CERCANO A QUIEN LO BUSCA CON HUMILDAD”

 

PRIMERA LECTURA

GÉNESIS 28,10-22A

 

“Vio una escalinata y ángeles de Dios que subían y bajaban y a Dios que hablaba”

 

En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán. Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a dormir en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: "Yo soy el Señor, el Dios de tu Padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido."

 

Cuando Jacob despertó, dijo: "Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía." Y, sobrecogido, añadió: "Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo." Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a aquel lugar "Casa de Dios"; antes la ciudad se llamaba Luz. Jacob hizo un voto, diciendo: "Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

Cuando Jacob descubre que Dios estaba, que siempre estuvo, se llenó de sorpresa,  la que nos lleva a comprender que no lo comprendemos todo. Algo así parece necesitar nuestro mundo cuando quiere ufanarse demasiado de sus razones y su ciencia. También esto es útil a nosotros. La eternidad está cerca; lo decisivo, lo definitivo, lo último no es sólo "último" sino que está ahí, en el talante de las decisiones que tomamos.

La comparación repetida sirve: vivir es como hacer una escultura; cada martillazo importa; cada día importa, y todos dejan su huella. El cielo no está lejos, porque la versión definitiva de lo que seremos la hacemos con lo que vamos siendo.

 

SALMO RESPONSORIAL: 90

R. / Dios mío, confío en ti.

 

Tú que habitas al amparo del Altísimo,

que vives a la sombra del Omnipotente,

di al Señor: "Refugio mío, alcázar mío,

Dios mío, confío en ti." R.

 

Él te librará de la red del cazador,

de la peste funesta.

Te cubrirá con sus plumas,

bajo sus alas te refugiarás. R.

 

"Se puso junto a mí: lo libraré;

lo protegeré porque conoce mi nombre,

me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación." R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es una exhortación a tener confianza absoluta en la protección de Dios, en medio de toda clase de peligros y dificultades. La enseñanza de Jesús, quien nos invita a llamar a Dios “Padre nuestro”, hace aún más íntimo el sentimiento de confianza filial. 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 9, 18-26

 

“Ten confianza, tu fe te ha salvado”

 

Mientras Jesús les estaba hablando, un jefe de los judíos llegó, se arrodilló ante él y le dijo --Mi hija acaba de morir; pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, volverá a la vida. Jesús se levantó, y acompañado de sus discípulos se fue con él. Entonces una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre, se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde de la capa. Porque pensaba: "Tan solo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana." Pero Jesús se dio la vuelta, vio a la mujer y le dijo: --Ánimo, hija, por tu fe has sido sanada. Y desde aquel mismo momento quedó sana. Cuando Jesús llegó a casa del jefe de los judíos, y vio que los músicos estaban preparados ya para el entierro y que la gente lloraba a gritos, les dijo: --Sálganse de aquí, pues la muchacha no está muerta, sino dormida. La gente se rió de Jesús, pero él los hizo salir; luego entró y tomó de la mano a la muchacha, y ella se levantó. Y por toda aquella región corrió la noticia de lo que había pasado. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN:

Mateo reúne dos acciones proféticas de Jesús en defensa de las mujeres. El texto narra la sanación de dos mujeres por parte del Señor. Doble milagro. En un relato, es la mujer enferma con flujo de sangre quien toma la iniciativa para solicitar la ayuda de Jesús; en el otro, la mujer es menor de edad, y es el padre quien se acerca a él para interceder por ella. En ambos casos es decisiva la fe y el contacto con Jesús. Las dos narraciones están unidas por la conveniencia de reintegrar a estas dos mujeres a la vida con dignidad en toda su plenitud.

 

Vemos a Jesús que aparece como un artista en derribar muros culturales y religiosos inventados por hombres para excluir y discriminar a las mujeres. Pero apreciamos la capacidad de resistencia y de organización de las mujeres para defender la vida derribando muros como la mujer que sufre hemorragias y que la hace impura e incapaz de tocar a nadie porque esa persona corre el peligro de ser contaminada. Esta mujer supera la norma injusta y se acerca a Jesús, quién suprime toda impureza impuesta y nos libera de la impureza de la exclusión de los oprimidos. Cuando la cultura y el poder político inventan muros, la tragedia que provocan es grande, pero si la religión, como este caso, bendice esos muros el desastre provocado es mayor. Jesús derriba estos muros. El texto nos anima a acompañar los movimientos de las mujeres de nuestras comunidades defensoras de su dignidad.

 

ORACIÓN

Señor Jesús, gracias por este nuevo día y especialmente por tener tu vida, en medio de las necesidades que podamos estar atravesando. Señor Jesús, queremos reinvidicar el valor de la mujer hoy y como estas dos mujeres del evangelio, buscar de tu medicina sanadora para combatir todo signo de enfermedad, de exclusión  y buscar  de tu resurrección, en medio de cualquier área o situación de muerte que estemos viviendo. Amén.

 

“Dios siempre está delante nuestro, nos espera para recibirnos en su corazón”

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