domingo, 1 de diciembre de 2019

Lunes 09 de Diciembre de 2019


“CONFORTAOS Y NO TEMAIS”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 35,1-10

“Dios viene en persona y os salvará”

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón: "Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará."

Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco, un manantial. En el cubil donde se tumbaban los chacales brotarán cañas y juncos. Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra: no pasará por ella el impuro y los inexpertos no se extraviarán. No habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces; sino que caminarán los redimidos y volverán por ella los rescatados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

El Profeta Isaías anima la esperanza de Israel en el tiempo de crisis que están viviendo e invita al gozo, ya que Dios vendrá y los salvará, los redimidos de Yavhé volverán con alegría del destierro; Dios les acompaña y actúa a su favor en medio de su pueblo. El Señor no ignora la dificultad y el temor, pero tiene la fuerza para animar la fe de su pueblo. Y veamos aquí que Dios en persona viene y rescata a su pueblo. La noticia no puede ser mayor en su contenido y en su carga de esperanza. Vamos a ver la gloria de Dios, vamos a presenciar su formidable poder y a ver en acción su justicia.
Para los judíos este texto significaba algo muy concreto: el tiempo del destierro acabará, y las tierras áridas del camino que nos llevó a Babilonia ahora tendrán que presenciar la hermosa caravana de los rescatados. La "gloria de Dios" no era otra cosa que ese noble espectáculo en que brillaba con la elocuencia de los hechos quién era y es el Dios verdadero.
De allí podemos tomar enseñanza nosotros. Nosotros somos la gloria de Dios; somos la expresión visible de su poder; somos la señal de su compasión y de la hondura de su ciencia. Nuestra existencia redimida es un canto al que nos redimió, y por donde vayan nuestros pasos resonará el ritmo del corazón que nos amó hasta el extremo.
  
SALMO RESPONSORIAL: 84
R/ Nuestro Señor viene y nos salvará.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz
a su pueblo y sus amigos."
 La salvación está ya cerca de sus fieles,
 y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.

OREMOS CON EL SALMO
En esta oración se refleja la situación espiritual de los que ya han pasado la prueba del exilio en Babilonia. La repatriación de los cautivos “ha cambiado la suerte” de Israel y es  una prueba del amor del Señor hacia su Pueblo. Pero los vaticinios proféticos (Is. 60. 2) no se han cumplido plenamente, y la reconstrucción nacional se realiza en medio de las más duras penalidades. Por eso la comunidad suplica al Señor que manifieste su misericordia y le conceda la salvación, es decir, que lleve a su pleno cumplimiento la obra comenzada. La última parte del Salmo (vs. 9-14) es un oráculo profético, que contiene la respuesta divina a la súplica del Pueblo y anuncia la definitiva restauración de Israel, en una era de justicia y prosperidad.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 5,17-26
  
“Hoy hemos visto cosas admirables”

Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo: "Hombre, tus pecados están perdonados."
Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: "¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?" Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó: "¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más fácil: decir "tus pecados quedan perdonados", o decir "levántate y anda"? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa." Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios.
Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: "Hoy hemos visto cosas admirables."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La expresión conmovida y conmovedora de la multitud en el evangelio de hoy hace eco maravilloso de lo anunciado por el profeta en la primera lectura de hoy. "Hoy hemos visto cosas extraordinarias" (Lc.5,26). La salud del paralítico engendra este grito de admiración. El paralítico sanado es "gloria" de Dios, y el lugar donde esa sanación ha sucedido, esto es, la palabra y el corazón de Cristo, son la fuente reveladora de esa gloria. Veamos como la  salvación que Jesucristo nos ofrece no es sólo de cuerpo, sino es integral. En su proceso de bendición Jesús primero sana del interior (alma) y luego si obra la curación física de la persona. El pasaje del evangelio de hoy deja ver los contrastes que se pueden presentar en el anuncio del evangelio. Por una parte, una fe poco madura de multitudes que es movida más por lo sentimental y por el deseo de ver milagros, frente a una actitud de verdadera aceptación y confianza, que es la de aquellos que superan todo obstáculo para acercarse a Jesús y lograr de Él la devolución de la salud del cuerpo y del espíritu. Por otra parte, la fe de todos estos que creen, aunque sea de manera imperfecta, se contrapone a la actitud de quienes buscan desvirtuar el anuncio a como dé lugar, estos están representados en los maestros de la ley y los escribas.

El evangelio, además, deja ver la validez de la oración y los buenos actos de caridad y misericordia que podemos hacer unos por otros. Podríamos decir que el enfermo que es curado cumple un papel pasivo, los que hacen por acercarlo a Jesús (los camilleros) son quienes lo llevan y cumplen un papel activo, sin embargo a pesar de que Jesús ve la fe de aquellos camilleros no les dirige la palabra sino que perdona y sana al que lo está necesitando, seguramente todos los que vieron aquel milagro salieron trasformados.

ORACIÓN
Señor Jesús,  gracias por este nuevo día. Gracias por la amistad contigo a través de día a día con tu palabra. El conocerte cada vez más nos llena de alegría, esperanza y fortaleza en los momentos difíciles; como el paralítico nos hemos sentido muchas veces impotentes y sin fuerzas para caminar, y nuestros hermanos  más cercanos, nos han acompañado y no nos han dejado solos(as) por ellos te damos gracias y te bendecimos y por todos aquellos que en sus oraciones interceden por nosotros. Tú poder y amor misericordioso nos ha levantado, nos das nuevas fuerzas y nos brindas una nueva oportunidad. Gracias Señor. Amén.   
   

“Dios no solo nos señala el camino a seguir, sino que siempre marcha a nuestro lado”

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