“AMOR VERDADERO”
PRIMERA
LECTURA
HECHOS
DE LOS APÓSTOLES 14,19-28
“Contaron
a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos”
En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y
de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de
la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se
levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe;
después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes
discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los
discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar
mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros,
oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído.
Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a
Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la
gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la
Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había
abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con
los discípulos. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
No deja de ser un gran interrogante por qué hay
dolores, incluso espantosos, dispuestos a acosar a los testigos de la gran
victoria de Cristo. Uno tiene que preguntarse por qué odiaban tanto a Pablo,
hasta el extremo de apedrearlo y arrastrarlo dándolo por muerto. Apedrear era la forma típica de exterminar a
alguien, sacándolo de la comunidad de creyentes. Era la pena que estaba
prevista en la Ley antigua para los que caían en idolatría o predicaban
rebelión contra Yahvé. Apedreando a Pablo, aquellos hombres enceguecidos estaban
diciendo que él era un traidor de la fe de los patriarcas y profetas. Cosa que
tiene su dejo de ironía, porque en el capítulo 7 de los Hechos de los Apóstoles
vemos que Pablo aprueba que apedreen a Esteban, el primer mártir de la Iglesia,
precisamente por la misma causa por la que ahora es apedreado Pablo. Y así se
cumple lo que dijo Dios a Ananías, aquel cristiano que fue enviado por Dios a
sanar de su ceguera a Pablo, cuando la conversión en Damasco: “Yo le mostraré
lo mucho que tiene que sufrir por mi causa... (Hch 9,16). Apedreado, vemos a
Pablo padecer hoy el mismo castigo extremo que quiso para Esteban, aunque en la
ocasión presente el desenlace no ha sido la muerte de Pablo, sino una
resolución suya, aún mayor, de predicar el Evangelio que no puede ser sepultado
con piedras.
SALMO
RESPONSORIAL: 144
R. /
Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que
todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que
te bendigan tus fieles;
que
proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Explicando
tus hazañas a los hombres,
la
gloria y majestad de tu reinado.
Tu
reinado es un reinado perpetuo,
tu
gobierno va de edad en edad. R.
Pronuncie
mi boca la alabanza del Señor,
todo
viviente bendiga su santo nombre
por
siempre jamás. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es una salmo de alabanza al amor de Dios que
se extiende a todas las criaturas. El reinado del Mesías, reinado de amor y de
paz, será eterno. Es una especie de
oración en forma de letanía, que proclama la intervención de Dios en la
historia humana para llevar a toda la realidad creada a una plenitud salvadora.
Contiene palabras de consuelo, con las que el Señor nos da una certeza para
nuestra vida.
LECTURA
DEL EVANGELIO
JUAN
14,27-31ª
“Mi
paz os doy”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "La
paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble
vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a
vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque
el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se
acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario
que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo
lo hago." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La paz que Jesús ofrece a sus discípulos es la paz que
surge del amor fraterno que los creyentes vivencian en medio de la comunidad.
Es una paz distinta a la del “mundo”; no es el resultado de la violencia y el
poder, sino que es el reflejo más bello de la sobreabundancia de Dios en el
corazón del ser humano. Esta paz, dada por Jesús al mundo, es fruto de una
armónica relación entre Dios y el hombre; es el resultado de un conocimiento
profundo de Dios, gracias a la acción del Espíritu Santo. La partida de Jesús
hacia el Padre representa el culmen de su misión profética y liberadora en la
humanidad, lo cual debe alegrar a creyentes, ya que la obra de Dios se ve
realizada en la entrega amorosa de Jesús en la Cruz y también en el envío
misionero de los discípulos, quienes seguirán animados y orientados por la
presencia vivificadora del Espíritu de Dios. Quien cree en Jesús no debe temer a
la hostilidad y a la incredulidad del “mundo”, pues tiene la paz de Dios, tiene
el conocimiento anticipado de las cosas venideras y sabe cuál es el camino que
debe seguir para llegar a Dios.
ORACIÓN
Señor, cuando nos
envías a la misión, debemos tener muy en cuenta que nos enseñaste la necesidad
de compartir con nuestra comunidad lo que Dios hace a través nuestro, para que
así todos nos gocemos de la paz que Tú nos das, cuando cumplimos con la gran
comisión. Gracias por permitirnos transmitir la llenura del espíritu que se une
al tuyo para vivir y dar a conocer tu mensaje de fe y amor. Amén
“Instauremos ambientes propicios
para que germine la auténtica paz, no solo la que busca ausencia de conflictos”
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