“CIEN VECES MÁS”
PRIMERA
LECTURA
Ezequiel 28, 1-10
“Eres
hombre y no Dios; te creías listo como los dioses”
Me
vino esta palabra del Señor: "Hijo de Adán, di al príncipe de Tiro:
"Así
dice el Señor: Se hinchó tu corazón, y dijiste: 'Soy Dios, entronizado en solio
de dioses en el corazón del mar', tú que eres hombre y no dios; te creías listo
como los dioses. ¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se te resiste.
Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y
plata en tus tesoros. Con agudo talento de mercader ibas acrecentando tu
fortuna, y tu fortuna te llenó de presunción.
Por
eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso
traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu
belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor.
Te
hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar. Tú,
que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: 'Soy Dios', delante de tus asesinos,
en poder de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de
bárbaros. Yo lo he dicho."" Oráculo del Señor. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Este texto nos describe un final estrepitoso de un falso Dios. Hay
dentro de nosotros una serie de anhelos ilimitados que hacen que deseemos ser
como dioses. Por algo la serpiente tentó a Eva ofreciendo que la desobediencia
haría que fuéramos como el único Dios (Génesis 3,5).Ese anhelo se ve frenado
cuando nuestra voluntad se ve frenada. Precisamente en cuanto descubrimos que
no todos nuestros deseos se cumplen descubrimos también que no somos dioses
sino creaturas de Dios. Según eso, las limitaciones, sean de poder, dinero,
salud, afecto o de otro orden traen una bendición inmensa e irremplazable: nos
dejan descubrir la verdad fundamental de nuestro propio ser.
Por lo mismo, es claro que, cuando las condiciones de vida de una
persona le invitan a sentirse tan fuerte, segura, bella y sabia como para no
necesitar nada que no pueda conseguir, es fácil que se endiose implícita o
incluso explícitamente, como pasa en la primera lectura de hoy en el ejemplo
del rey de Tiro, no necesita de Dios. Es una terrible desgracia la que se
avecina a quien vive engañado a la manera como él vivía: nada puede esperar
sino el pánico de ver caer la máscara y sentirse arrojada a un abismo de
absurdo y desprecio, algo así como vivir en el infierno.La cura para no llegar
a tan lamentable estado es lo que Jesús propone en las bienaventuranza, cuyo
lenguaje es tan extraño como hermoso y sabio: Bienaventurados ….. los
"pobres", los que "lloran", los "perseguidos",
ellos son en realidad los bendecidos y
bienaventurados porque están infinitamente cerca de percibir la verdad de la
majestad de Dios, de creer y depender del único Creador y Salvador.
SALMO
RESPONSORIAL: Interleccional:
Deuteronomio 32
R. / Yo
doy la muerte y la vida.
Yo
pensaba: "Voy a dispersarlos
y a
borrar su memoria entre los hombres."
Pero no;
que temo la jactancia del enemigo
y la
mala interpretación del adversario. R.
Que
diría: "Nuestra mano ha vencido,
no es el
Señor quien lo ha hecho."
Porque
son una nación que ha perdido el juicio. R.
¿Cómo es
que uno persigue a mil,
y dos
ponen en fuga a diez mil?
¿No es
porque su Roca los ha vendido,
porque
el Señor los ha entregado? R.
El día
de su perdición se acerca,
y su
suerte se apresura.
Porque
el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá
compasión de sus siervos. R.
OREMOS CON EL SALMO
Una severa, fuerte advertencia y testimonio al pueblo de Dios
y a todos que le rechazan es el mensaje de esta Escritura. Este canto que
leemos hoy cubre el compromiso del
pueblo y los mandamientos de Dios y el fracaso de cumplir con el pacto y los
mandamientos. También cubre una predicción de su futuro—su fracaso futuro y su
restauración y retorno a Palestina, la tierra prometida.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 19, 23-30
“Más
fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en
el Reino de Dios.”
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Creedme; difícilmente entrará
un rico en el Reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello
pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los cielos".
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: "Entonces, ¿quién puede
salvarse?" Jesús se les quedó mirando y les dijo: "Para los hombres
es imposible; pero Dios lo puede todo". Entonces le dijo Pedro: "Pues
nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?"
Jesús les dijo: "Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del
hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis
seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El
que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o
tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros
serán últimos, y muchos últimos serán primeros". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
evangelio contrapone dos actitudes: la de aquellos que ya dejaron todo por
seguir a Jesús, opuesta a la de quienes siguen haciendo componendas para “hacer
pasar el camello por el ojo de la aguja”. La llamada de Jesús es clara: ser
pescadores de nueva humanidad. Las implicaciones, en cambio, son complejas,
porque comienzan por compartir su estilo de vida y misión, por vivir en
absoluta solidaridad con el prójimo y con el universo y por tener como único
tesoro el amor de Dios. Estas exigencias eran realizadas de diversas maneras
por el grupo de seguidores. Algunos, como los simpatizantes, escuchaban a Jesús
con gusto y apoyaban su misión, a veces con recursos económicos y a veces con
la simple participación como oyentes. Otros, que conformaban el grupo de
discípulos, compartían su estilo de vida y su enseñanza; unos pocos, como los
apóstoles, asumían todas las exigencias, incluso la difícil tarea de predicar,
aún a riesgo de su propia vida. Esta gradualidad no contradecía las enseñanzas
básicas de Jesús, pero sí introducía modos y matices en la manera de vivir ese
llamado.
¿A
qué nos sentimos llamados y cómo podemos realizar nuestra vocación cristiana?
ORACIÓN
Cuantas veces habrás
visto nuestro orgullo y prepotencia acompañados del anhelo de poder y riqueza,
haciéndonos olvidar que necesitamos de Ti, que eres nuestro dueño y que un día
no nos llevaremos nada de lo material, solo las buenas obras de amor que
hayamos hecho. Por eso, Señor, te pedimos no nos dejes caer en tentación, para
poder renunciar a lo que no sea tuyo. Amén
“Vivir en la ambición
de atesorar más, sin importar los atropellos que se cometen, es un pecado
contra la gratuidad y providencia de Dios”
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