“TESTIGOS DE LA PASCUA”
PRIMERA
LECTURA
ISAÍAS
42, 1-7
“No
gritará, no voceará por las calles”
Mirad
a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto
mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamara,
no voceará por las calle. La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante
no lo apagará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan
las islas. Así dice el Señor Dios, que creo y desplegó los cielos, consolidó la
tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que lo habita y el aliento a
los que se mueven en ella.
Yo,
el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y
te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos
de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que
habitan las tinieblas. Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
En
el primero de esos Cánticos, tomado del capítulo 42 de Isaías, hay un tono
irreprimible de victoria. El Siervo de Dios es el "elegido", es Aquel
destinado a realizar el designio salvador de Dios con firmeza y constancia,
hasta los confines mismos de la tierra. Es este el pasaje famoso en que se
llama a Jesucristo "Luz de las Naciones". Guiados, pues, por la
liturgia, miremos a Cristo y en él gocémonos. Su misión, que no ha de fallar,
es "proclamar la justicia con firmeza, no titubear ni doblegarse, hasta
haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su
enseñanza...".
SALMO RESPONSORIAL 26
R.
/ El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
El
Señor es mi ley y mi salvación,
¿A
quién temeré?
El
Señor es la defensa de mi vida,
¿Quién
me hará temblar?. R.
Si
un ejército acampa contra mí,
mi
corazón no tiembla;
si
me declaran la guerra,
me
siento tranquilo. R.
Una
cosa pido al Señor,
eso
buscaré:
habitar
en la casa del Señor
por
los días de mi vida;
gozar
de la dulzura del Señor,
contemplando
su templo. R.
Él
me protegerá en su tienda
el
día del peligro;
me
esconderá en lo escondido de su morada,
me
alzará sobre la roca. R
OREMOS
CON EL SALMO
Para
el salmista la presencia de Dios en medio de la comunidad es fuente de
atracción constante y de alegría confiada. En este salmo tenemos un canto de
confianza y seguridad en Dios, aún en medio de las pruebas más duras. Por ello,
es la oración del Siervo de Yahvé, probado, sí, pero no abandonado. Es también
la oración de los que deseamos seguir a Cristo y aprender de Él a ser manso y
humilde de corazón.
LECTURA
DEL EVANGELIO
JUAN
12, 1-11
“Déjala;
lo tenía guardado para el día de mi sepultura”
Seis
días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había
resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y
Lázaro era uno de los que estaban con él en la mesa. María tomó una libra de
perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los
enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas
Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no
se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?
(Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y
como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando). Entonces Jesús dijo: Déjala:
lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis
con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis. Una muchedumbre de judíos se
entero de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a
Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes
decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les
iban y creían en Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Para
la oficialidad judía Jesús era un ser peligroso. Su crítica contra el templo se
agudizaba, pero su fama crecía y el pueblo se ponía de su parte. El
enfrentamiento entre Jesús y la oficialidad judía era un problema de
incompatibilidad de dos proyectos. La injusticia del uno quedaba al descubierto
con la práctica de la justicia del otro. Y a quien se definía por la injusticia
el camino regular era eliminar al contrario para así acallar la crítica contra
su sistema. Jesús sabía esto y por eso presentía cercana su muerte. En este
contexto hay que colocar la unción de Betania: el simple gesto amoroso de una
mujer se podía convertir en escándalo. Todo lo que Jesús hacia quedaba
satanizado por sus enemigos: curaciones de enfermos, acogida de pecadores,
cercanía a los oprimidos, hasta la simple caricia de una mujer agradecida… Lo
grave era que aún en el interior del discipulado crecía este mismo sentir, lo cual, en definitiva, era y sigue siendo la
perfecta expresión de la hipocresía.
Jesús
va a llegar a su muerte acompañado silenciosamente por la gente humilde que
había sido testigo de su amor. Por eso los evangelios no tienen inconveniente
en ir recogiendo los testimonios de este amor simple del pueblo que, cuando
quiere de verdad, va más allá de todo moralismo. Jesús aún en vida se siente
ungido por la muerte, porque el amor desborda el tiempo y el espacio. Frente a
la inexorable muerte que le plantean los enemigos de su proyecto, le quedaba la
alegría de recoger los testimonios de amor simple y sencillo con los que el
pueblo, representado esta vez por una mujer, se adhería silenciosamente a su
propósito.
ORACIÓN
Señor
hoy nos llevas a una gran reflexión: Si, hay momentos de la vida en que las
palabras no son suficientes para expresar lo que se lleva por dentro, siendo el
silencio y los gestos más dicientes. Ayúdanos por favor para poder escuchar
desde el silencio los gritos de las personas sometidas al dolor, la injusticia; así como a escuchar tu
dirección para acercarnos con caridad a los verdaderos necesitados de consuelo
y ayuda. Amén
“La palabra precisa tal vez sea
efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un silencio
preciso.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: