Fiesta
de la Anunciación
“DE LA PALABRA BROTA LA FECUNDIDAD DE LA
VIDA”
María es introducida definitivamente en el misterio de
Cristo a través de este acontecimiento: la anunciación del ángel, la fiesta que
celebramos hoy. Acontece en Nazaret, en circunstancias concretas de la historia
de Israel, el primer pueblo destinatario de las promesas de Dios.
PRIMERA LECTURA
ISAÍAS
7,10-14;8,10
“Mirad:
la virgen está encinta”
En
aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en
lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la
pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa
de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios?
Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta
y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa
"Dios-con-nosotros". Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El Señor toma la iniciativa y ofrece generosamente un signo
al rey para confirmar su palabra y robustecerle su fe vacilante. Se le da
amplitud a Acaz para que escoja el signo que quiera, no importa que éste supere
el horizonte de lo humano que es la tierra; aún se le presenta todo el dominio
de Dios como terreno posible para que él pida el signo que quiera. La respuesta
del Rey se interpreta desde la falsa religiosidad; de hecho, su declaración de
no querer pedir signos a Dios para no tentarlo como lo hizo el pueblo en el
desierto (Ex.17,7) expresa su falta de fe y se vuelve una tentación a Dios
mismo.
SALMO
RESPONSORIAL: 39
R.
/ Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú
no quieres sacrificios ni ofrendas,
y,
en cambio, me abriste el oído;
no
pides sacrificio expiatorio,
entonces
yo digo: "Aquí estoy." R.
"-Como
está escrito en mi libro-
para
hacer tu voluntad."
Dios mío, lo quiero,
y
llevo tu ley en las entrañas. R.
He
proclamado tu salvación
ante
la gran asamblea;
no
he cerrado los labios:
Señor,
tú lo sabes. R.
No
me he guardado en el pecho tu defensa,
he
contado tu fidelidad y tu salvación,
no
he negado tu misericordia y tu lealtad
ante
la gran asamblea. R.
OREMOS
CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU
CONTEXTO
Corresponde la segunda parte de este salmo a la petición de ayuda de un justo
perseguido. La obediencia de Cristo es el sacrificio perfecto que supera los
antiguos sacrificios. Él nos muestra la fidelidad y el poder liberador de
Dios.
SEGUNDA LECTURA
HEBREOS
10,4-10
“Está
escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad"
Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los
pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: "Tú no quieres
sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas
holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el
libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad."" Primero
dice: "No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni
víctimas expiatorias", que se ofrecen según la Ley. Después añade:
"Aquí estoy yo para hacer tu voluntad." Niega lo primero, para
afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por
la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
El autor de la carta a los Hebreos relee el salmo 39
utilizado hoy como un salmo responsorial, como si fuera una declaración de
intenciones del mismo Cristo al entrar en el mundo, es decir, en el
acontecimiento de la encarnación. Allí declara: “Aquí estoy, oh Dios, para
hacer tu voluntad”. La encarnación como actitud de obediencia se lleva a cabo
el día de la anunciación a María. El día del anuncio comienza la peregrinación
mesiánica que finaliza con la entrega salvífica de Cristo en la Cruz. Gracias
al mismo testimonio de las Escrituras, podemos decir hoy que “la Virgen
anunciada por el profeta es María de Nazaret, y su “Hijo” el Mesías. Así lo
anuncia el ángel Gabriel a la Virgen.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS
1,26-38
“Concebirás
en tu vientre y darás a luz un hijo”
A
los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la
estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su
presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo."
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El
ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no
tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco
a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y
la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a
nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban
estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí
está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el
ángel. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Para sanar de raíz nuestras vidas, Dios decidió hacerse
hombre. Se hizo un Hijo de Hombre. Sencillo, bueno, generoso y trabajador.
Necesitaba un lugar para nacer y el Espíritu le preparó el seno de María.
Necesitaba una familia para crecer y Dios le dio a José y María, quien guardaba
las cosas en su corazón, siempre dispuesta para salir al paso de los nuevos
desafíos de Dios. Dios quiso revalorizar a la mujer María.
Dios “decidió” habitar en medio de la humanidad, inserto en
una familia, en un pueblo y una cultura. Asume la condición humana en todas sus
dimensiones para salvar a la humanidad desde dentro, desde abajo, desde el
mismo corazón del mundo. Y es una jovencita adolescente de Nazaret la que ha
sido elegida desde siempre para colaborar activamente en este proyecto de Dios.
Una campesina de una aldea insignificante de Palestina es capaz de intuir la
propuesta de Dios y responder con todo su ser a la misión cuyas dimensiones no
alcanza a comprender del todo. Esta joven, auténtica judía, que espera que Dios
realice sus promesas, se constituye en modelo y paradigma de creyente porque,
como Abrahán, confía plenamente en la promesa de Dios y coloca todas sus
posibilidades y cualidades al servicio de esta causa.
Y María supo responder al reto y designio de Dios. Dijo un
SÍ incondicional, y con ese SÍ dijo muchos NO. María dijo no a su comodidad
personal. Dijo no a su prestigio de muchacha joven en medio de la sociedad
patriarcal de su época. Dijo no a aceptar las cosas simplemente, sin preguntar.
Dijo no a su individualismo. Dijo no a sus miedos. Ojalá que con María sepamos
decir un SÍ incondicional al Plan de Dios y también muchos No a tanto uso y
abuso de las mujeres. Que sepamos decir No a tanta marginación que ya lleva
tantos siglos. Que digamos No a tanta teología interesada en rebajar la
dignidad de la mujer para justificar posturas patriarcales dentro y fuera de la
Iglesia. Digámosle un SI rotundo para el Señor.
Recordemos también que como a María, Dios nos sigue
anunciando muchas promesas para mantener viva la esperanza de nuestro pueblo.
Dios nos llama, nos elige, nos propone, pero espera nuestra respuesta libre y
voluntaria ¿Qué y cómo le responderemos?
ORACIÓN
Amado Dios,
ayúdanos por favor para acoger tu Palabra, como lo que realmente es, Palabra que se encarna y hace fecunda la existencia, alimento para
las heridas y transmisora de buenas noticias. Gracias por permitir que una
joven mujer de un corazón tan grande y amoroso de ti, accediera a recibir al
que nacería y cambiaría el rumbo de este mundo que vivía apartado del verdadero
sentido del existir; ayúdanos también a seguir su ejemplo para continuar
generando vida. Amen
“El
amor de madre es combustible que le permite al ser humano hacer lo imposible”
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