“DIRIGIR AL
PUEBLO DE DIOS CON SABIDURÍA Y AMOR”
PRIMERA LECTURA
1PEDRO 5,1-4
“Presbítero
como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo”
Queridos
hermanos: A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos,
testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a
manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro
cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no
por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad
de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el
supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita. Palabra del
Señor. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Celebrando hoy
la cátedra o enseñanza de San Pedro, apóstol de Jesucristo; la primera lectura
nos habla en primera persona y hace una presentación de sí mismo, como
presbítero, responsable y testigo de los
sufrimientos de Cristo. A continuación
hace unas recomendaciones dirigidas a los animadores o dirigentes responsables
de la comunidad, con quienes el apóstol desea compartir el peso y el honor de
las responsabilidad que Jesús ha puesto sobre sus hombros. Insiste en invitarlos a apacentar, a vigilar,
cuidar y
ser modelos para el rebaño. A quienes han sido llamados en la comunidad
a ejercer un ministerio de guía (pastor), los debe sostener y animar, el amor
desinteresado a sus comunidades. Su espiritualidad debe ser la del servicio
total, la plena entrega y la fidelidad sin condiciones. Si permanecen así,
“cuando aparezca el supremo pastor, dueño del rebaño, recibirán la corona de la
gloria, que no se marchita”.
SALMO
RESPONSORIAL: 22
R. / El Señor es
mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi
pastor,
nada me falta:
en verdes
praderas me hace recostar;
me conduce hacia
fuentes tranquilas
y repara mis
fuerzas;
me guía por el
sendero justo,
por el honor de
su nombre. R.
Aunque camine
por cañadas oscuras,
nada temo,
porque tú vas conmigo:
tu vara y tu
cayado me sosiegan. R.
Preparas una
mesa ante mí,
enfrente de mis
enemigos;
me unges la
cabeza con perfume,
y mi copa
rebosa. R.
Tu bondad y tu
misericordia me acompañan
todos los días
de mi vida,
y habitaré en la
casa del Señor
por años sin
término. R.
OREMOS CON EL SALMO Y
ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Dos imágenes, la
del pastor y la del banquete, sirven al salmista para expresar la relación
personal de amistad con Dios. Esas
imágenes también las usa Cristo: él es el buen pastor y él nos invita a su mesa
comunitaria, en la que se nos entrega en persona.
LECTURA DEL
EVANGELIO
MATEO 16,13-19
“Tú
eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos”
En
aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus
discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos
contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías
o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís
que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías,
el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo
de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi
Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré
las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en
el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pedro,
portavoz de los discípulos (Mt 16,13-19), presenta la famosa confesión de fe y
la respuesta de Jesús. Estando en Cesárea de Filipo, Jesús pregunta a sus
discípulos ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? (16,13) En esta
pregunta Jesús utiliza un título frecuentemente usado por Él: “Hijo de Hombre”,
que lo relaciona con el “siervo de Yahvé” del Profeta Isaías, aquel que será
humillado y exaltado. El pueblo lo reconoce como profeta, es decir como un
portavoz de Dios. ¿Y ustedes quién dicen que soy yo? Con esta pregunta, Jesús,
entabla una relación más personal con sus discípulos. La respuesta de Pedro,
“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, es una confesión de fe que va más
allá de lo expresado por el pueblo. Para Pedro, Jesús es más que un profeta, es
el Mesías Hijo de Dios, el ungido, aquel que el pueblo esperaba. Jesús reconoce
que esta respuesta ha sido revelada por el Padre, como respuesta a dicha
confesión, le asigna un nuevo nombre: Pedro. La asignación de un nombre nuevo
significaba una nueva vocación, una nueva misión y un nuevo destino. ¿Qué dice
la gente de tu vida cristiana?
ORACIÓN
Bendito
Padre, desde siempre nos revelas que toda organización humana requiere una
persona que asuma la responsabilidad de la dirección y la principal de ésta es
la familia. Si Señor es urgente que haya
padres y madres, así como pastores de la iglesia y gobernantes de las naciones
que se apropien de su responsabilidad, pero desde los dones que da tu Espíritu
Santo. Amén
El amor
de Dios es capaz de transformar mágicamente la vida
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