sábado, 1 de febrero de 2014

Domingo, Febrero 23 de 2014


“LA PALABRA NOS EXIGE DECISIÓN PERSONAL POR EL OTRO”

PRIMERA LECTURA
LEVÍTICO 19,1-2.17-18

El Señor habló a Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tú hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor."" Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La liturgia de hoy nos invita a hacer una bella lección de humanismo, nacida y dirigida por Dios a su pueblo. La primera lección la encontramos en el libro del Levítico, “sean santos porque yo el Señor, su Dios, soy Santo”.  La santidad en las Sagradas Escrituras ante todo tiene una dimensión comunitaria, con consecuencias prácticas para la vida  social y cultual; ante todo ser santo es el que presta ante el amor compasivo y misericordioso, un servicio de total entrega a los más necesitados.  La santidad que Dios propone tiene que ver con dos aspectos: la justicia y la misericordia. Dios es Santo no por su trascendencia, sino por su encarnación y abajamiento en el dolor humano. Por tanto, no se es santo por ser de una religión, sino por obrar en amor, perdón, misericordia y compasión; santidad no es sustantivo sino verbo. Desde esta perspectiva, la santidad no es intimista, individual, es la prolongación de las obras a favor de la vida del prójimo.    

SALMO  RESPONSORIAL 102
R. / El Señor es compasivo y misericordioso

 Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R.

Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Invocación a Dios en situación de dificultad y enfermedad. En medio de tal situación se expresa la confianza en la intervención salvadora de Dios. Las calamidades personales y públicas nos ayudan a reconocer nuestra pequeñez y a poner la confianza en Dios. 

SEGUNDA  LECTURA
1 CORINTIOS 3,16-23

“Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios”

 Hermanos: ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros. Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: "Él caza a los sabios en su astucia." Y también: "El señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos." Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La segunda lección de santidad se da en la carta a la comunidad de Corinto “¿No saben que son templo vivo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?”. Aquí Pablo quiere reafirmar la fe de una comunidad amenazada y perseguida, invitando a todos los fieles a constituir el templo de Dios. Se enfatiza en la sacralidad de la vida; la vida es sagrada. Nadie puede atentar contra el templo de Dios porque es sagrado; y la persona y la comunidad, es el gran templo sagrado de Dios.     

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,38-48

“Amad a vuestros enemigos”

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente." Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.

Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El evangelio de hoy, desde la comunidad de Mateo nos da la tercera lección a aprender: “Amen a sus enemigos y oren por sus perseguidores……” . Mateo enseña que la venganza es ajena al proyecto de Dios. Recurre a la ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente. (Levítico 24, 10 s; Deuteronomio 19)”. Para hacernos ver que la venganza no es más que una señal de la dureza del corazón humano. Y que la venganza no repara el mal sufrido, ni sana las heridas y el dolor de  corazón. Jesús invalida la ley del Talión, añadiendo nuevas pautas de comportamiento: “Si uno te da una bofetada en la mejilla, ofrécele también la otra…..”.  Con este mandato, Jesús  entra en el corazón del ser humano, y borra y sana la violencia del plano personal y comunitario. Ya en el libro de Levítico se encontraba la fórmula del amor al prójimo ( Lev 19,17), pero ese prójimo hacía referencia solamente a los coterráneos a los miembros de la comunidad judaica. En la mentalidad del judaísmo del primer siglo se creía todavía que había que amar solamente a los miembros del pueblo de Israel y odiar a los gentiles, a todos los diferentes, a los impuros y malditos.
La comunidad de Jesús, es víctima de esas prácticas monoculturales, excluyentes y discriminatorias. La enseñanza de la liturgia de hoy, como toda la propuesta del evangelio no es una lección fácil de aprender, asimilar y llevar a la práctica. Pero que hacemos, el evangelio es así, es a veces muy duro, radical y sin ambigüedades:  Hay que amar, perdonar y bendecir a los enemigos. Esta nueva propuesta, la ética de verdadera fraternidad sólo será posible cuando nuestros corazones sean sanados y se abran al perdón, al amor y a la misericordia.     Preguntémonos en este día y para toda la semana, ¿Cómo esta nuestra mente y corazón frente a todos los que piensan y sienten diferente a mi?   

ORACIÓN
Señor, infunde en nuestros corazones el amor que impulsó a tu Hijo a dar la vida por toda la humanidad; capacítanos para amar generosamente, incluso a los que nos hacen daño, devolviendo bien por mal. Que logremos con responsabilidad ofrecer a quienes nos rodean, el don del amor y el perdón que hemos experimentado de tu parte. Amén.
                                                                                                                                                                                                                                                                                      

Un corazón rebosante de amor vivifica y alumbra este mundo cansado y sombrío

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