“EL
GOZO Y LA ALABANZA EN MEDIO DE LA DIFICULTAD ES TESTIMONIO DE VICTORIA”
Tres grandes epopeyas se entrelazan en las
lecturas de hoy: la pascua de los israelitas, la pascua del Cordero y la pascua
de los que vencieron la bestia. Tres momentos de victoria, o quizá mejor: tres
momentos de una gran victoria, la de Dios en favor de su pueblo.
PRIMERA LECTURA
APOCALIPSIS 15,1-4
“Cantaban el cántico de Moisés y el del Cordero”
Yo, Juan, vi en el
cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete
plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin al furor de Dios.
Vi una especie de mar
de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido
a la fiera, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la
mano las arpas que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés, el
siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: "Grandes y
maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu
nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Hay un arco de luz que nos precede y nos
sobrepasa, que va desde Moisés hasta el Cordero sacrificado, y luego desde
Jesucristo hasta la gloria de la llegada en plenitud de su gloria, manifiesta a
todos los pueblos. Cada pequeña victoria nuestra se inscribe en ese arco: hemos
sido convocados a ser testigos y protagonistas de una gesta maravillosa; vamos
a contemplar y a realizar la derrota de la bestia, vamos a cantar y a hacer una
realidad la victoria de nuestro Cristo.
Ahora bien, hay que saber entender la
victoria sobre la bestia. La bestia pierde incluso cuando pretende estar
ganando terreno. Es la ley que vemos inscrita en la Cruz del Señor: allí donde
el demonio pretendía estar venciendo estaba siendo vencido. La angustia ante la
oposición del mundo es lo que da la victoria al enemigo. Lo inteligente, con la
inteligencia de Dios ( 1 Cor 2,16), es aprovechar cada herida como anuncio y
cada persecución como camino que conduce a nuevos modos y lugares de evangelización.
El cristiano no se distingue porque todas las cosas le salen bien, sino porque
sabe aprovechar y sale victorioso sostenido por el Señor de los momentos malos.
SALMO RESPONSORIAL 97
R./ Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios Omnipotente.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.
Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21,12-19
“Todos os odiarán por causa mía, pero ni un
cabello de vuestra cabeza perecerá”
En aquel tiempo dijo
Jesús a sus discípulos: "Os echarán mano, os perseguirán, estregándoos a
los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores
por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito
de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las
que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros
padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos
de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de
vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras
almas".Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
A los discípulos y misioneros
de Jesús, a los que han optado radicalmente por vivir el evangelio, no les
espera un camino fácil: serán llevados a las sinagogas y a las cárceles, ante
reyes y magistrados por causa del nombre de Jesús. Ésta será una ocasión para
que el discípulo de testimonio de su Maestro, asistido por el Espíritu Santo,
que dará una elocuencia indecible para resistir el ataque de sus aguerridos
adversarios.
En todo tiempo y lugar debemos
recordar que la opción por Jesús cuando se vive con toda intensidad comporta
sacrificio y sufrimiento. Porque el discípulo tiene que configurarse e
identificarse con su maestro, también en la faceta dolorosa de la misión. Por
consiguiente, debe estar dispuesto a tomar la cruz de cada día, que implica
amenazas, persecuciones y hasta incomprensiones de los miembros del núcleo
familiar, eclesial y social.
Es inevitable que en nuestra
vida nos sobrevengan las tribulaciones, los momentos prueba, muchas veces
dolorosos como la enfermedad, pero hay que recordar que Jesús nos da la
seguridad al decirnos no solamente que no tengamos miedo sino que, precisamente
en esas circunstancias tengamos el privilegio de testimoniar nuestra fe y que
el Espíritu Santo pondrá en nuestros labios las palabras necesarias para
nuestra defensa.
La palabra de hoy nos presenta
las consecuencias que trae consigo el vivir con fe, esperanza y radicalidad los
valores del Reino de Dios en medio de una sociedad que tiene como principio de
vida la búsqueda del poder personal antes que la solidaridad y la fraternidad.
Como lo hemos mencionado, la persecución, el enfrentamiento con las fuerzas del
poder y el martirio son realidades que el discípulo y toda comunidad creyente
deben asumir por causa de instaurar un nuevo orden de relaciones en el que el
respeto por la vida y la dignidad del ser humano y de la naturaleza, la
búsqueda de la justicia social, la solidaridad y la fraternidad entre los
pueblos son fundamentos esenciales. Este ambiente hostil en el que va creciendo
la comunidad de testigos y seguidores de Jesús, como aquella semilla de
mostaza, es propicio para que todos los creyentes en la esperanza den
testimonio del Dios de la Vida, resistiendo a toda calumnia, a toda forma de
muerte y permanezcan con fidelidad en la construcción de experiencias comunitarias,
y en nombre del Evangelio sigan defendiendo la vida.
ORACIÓN
¡Ay!
Señor cuantos de los que han replicado y replican tu Evangelio no han sido
entendidos, apoyados y respetados; a cuántos han sacrificado por declarar y dar
a conocer el verdadero sentido de la existencia que es tu Proyecto de amor. Es
una locura para el mundo ver a aquellos (as) que en medio del rechazo, el dolor
y sufrimiento siguen orantes, transmitiendo la Palabra, sirviendo con gozo y
alzando las manos a ti. Gracias por ellos y ellas. Amén.
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