jueves, 1 de noviembre de 2012

REFLEXIÓN


EN LAS DIFICULTADES NOS MANTENEMOS FUERTES GRACIAS A ÉL

En este mes de noviembre que inicia con la celebración del Día de los Difuntos, muchos tendemos  a entristecernos y llenarnos de vacío y de dolor, por los recuerdos. Sea ésta,  una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre el sentido de las dificultades, sufrimientos y problemas. He oído en repetidas ocasiones que los problemas son lecciones que debemos aprender, que detrás de cada dificultad y sufrimiento hay bendiciones y debemos darle gracias a la vida porque nos permite enfrentar situaciones adversas y nos posibilita pelear batallas duras, muy difíciles. Recuerdo que un amigo al oír una de estas expresiones afirmó: “¡entonces, según esto, yo estoy haciendo un doctorado, porque qué pocotón de problemas por los que estoy atravesando!”.
Creo que aprendemos mucho de todas estas situaciones que nos hacen sufrir; de esos recuerdos tristes que  nos duelen y no quisiéramos tener. También me parece que tendríamos que trabajar más en el cómo hacer que esas experiencias duras, difíciles, se vuelvan como un trampolín para llegar a estados mejores de nuestra vida.

Para ello te propongo tres reflexiones:

1.            Reconocer las dificultades y los problemas que tenemos, nunca negarlos, pues nada hacemos disfrazando la realidad y tratando de huir de ella. Si tenemos una situación dura, lo primero que debemos hacer es aceptarla. Tomar conciencia de qué es realmente, cómo se produjo, qué actores están presentes y por qué y cómo puedo solucionarla. Nunca culpes a nadie. Encontrar culpables no soluciona los problemas, a veces lo que hace es agravarlos. Es bueno ver quiénes son los responsables para ver qué se puede hacer; pero no sirve de nada señalar con el dedo índice a los otros con quienes compartimos la vida.
2.            Es necesario ser valientes (Josué 1, 8-9). No podemos desesperarnos ni angustiarnos, frente a los problemas y dificultades; sino que debemos enfrentarlos. Ante todo problema, siempre hay una solución. Hay que desterrar el negativismo de nuestra manera de pensar y de hablar. Hay que hacerse sordo a todos esos comentarios de los “pesimistas y negativos” que tratarán de desanimarte y decirte que te des por vencido(a).
3.            El camino de la fe o espiritualidad es fundamental. En épocas de dificultades o crisis Dios debe ser el centro de la vida, y en Jesús, como Señor y Salvador, dejar que pronuncie palabras de vida eterna, su Palabra nos levanta, nos llena de sabiduría, sana y anima. En tiempos de dificultades el reto es acercarnos a tener una relación íntima e intensa con Jesús, el Dios de la vida. Necesitamos conocerlo, amarlo, servirlo y dejar que su presencia, sea poder, es decir, su Espíritu nos guíe y nos haga crecer; cuando llegan los dolores, Él los consuela; cuando llegan las derrotas Él está a nuestro lado para levantarnos; cuando estamos a oscuras, Él es la luz que se enciende y nos orienta. Pero sobre todo, cuando estamos en relación con Él, sabemos que todo lo que nos sucede es para nuestro bien (Rom. 8, 28-37).

Te invito en este mes a identificar el problema que tienes y su posible origen. Asúmelo y míralo con una actitud de fe, optimismo y esperanza. Desde la sabiduría de Dios busca luces para solucionar la dificultad que estás atravesando en este momento.

¡Vamos levántate!, ten ánimo en medio de tu necesidad, de tu problema o dificultad, Dios está contigo.

Oro por ti y tu familia y te bendigo en este nuevo mes.

Robero Zamudio

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