jueves, 1 de marzo de 2012

Viernes 30 de Marzo de 2012

Viernes 5ª semana de Cuaresma



“EL SEÑOR ESTÁ A MI LADO COMO GUERRERO PODEROSO”



PRIMERA LECTURA
JEREMIAS 20,10-13


“EL SEÑOR ESTÁ CONMIGO, COMO FUERT E SOLDADO”

Oía el cuchicheo de la gente: "Pavor en torno; delatadlo, vamos a delatarlo." Mis amigos acechaban mi traspié: "A ver si se deja seducir, y lo abatiremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él."
Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.



REFLEXIÓN
La vida de Jeremías fue una vida marcada por muchos miedos, especialmente debidos a la incomprensión y dureza de su propio pueblo. Marcado por una soledad dolorosa, que no carecía de significado en el conjunto de su ministerio profético, este hombre admirable vivió con intensidad singular lo que significa "amar a Dios sobre todas las cosas". En su voz, aterrada por las amenazas de sus enemigos, sigue siendo más fuerte el amor a Dios y a su alianza.
Tal es la fuerza de la fe. No es un blindaje que nos impide sentir la oposición, la burla, el dolor o la incomprensión. No es una anestesia que nos distrae mientras el mundo nos ataca con su crueldad o nos castiga con su indiferencia. Es una luz sobrenatural que nos permite reconocer detrás de toda bruma el esplendor de un amor que se ha entregado entero por nosotros; es una energía interior que nos mueve más allá de nosotros mismos a una fidelidad que no es otra cosa sino la fidelidad divina obrando adentro de quienes han estado dispuestos a creer.


SALMO RESPONSORIAL: 17
R. / En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.

Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R.

En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,31-42

“INTENTARON DETENERLO, PERO SE LES ESCABULLÓ DE LAS MANOS”


En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: "Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?" Los judíos le contestaron: "No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios." Jesús les replicó: "¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre."
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad." Y muchos creyeron en él allí.


REFLEXIÓN
Los adversarios ya no soportan las palabras de Jesús y lo quieren eliminar. Ante la pregunta de Jesús por la razón de su ofuscación ellos le dicen que es por blasfemia, pues se considera él, poco más o menos, igual a Dios. No alcanzan a comprender que un hombre humilde, campesino, sencillo, pero con autoridad y coherencia de vida sea el rostro visible de Dios y que su palabra interpelante y desestabilizadora sea palabra de Dios. Por eso lo quieren eliminar. Lo mismo ha pasado con muchos hermanos y hermanas que han asumido los valores auténticos del evangelio, no como teoría o discurso, sino como praxis, testimonio, acción transformadora de la realidad pecadora, injusta y violenta en que está sumida la humanidad. Cuando la religión ya no puede justificar ni legitimar un régimen autoritario, corrupto y excluyente, y lo denuncia, entonces se tiende a descalificar y a eliminar a los voceros -profetas-de la religión. Pero, como Jesús, los creyentes se mantienen firmes en sus convicciones y opciones fundamentadas por el evangelio del Reino. Hacer presente el evangelio de Jesús en medio del pueblo es nuestra misión y tarea, que sólo podemos alcanzar con la gracia de Dios. Admiremos y apoyemos a todos los que sufren persecución y martirio por su coherencia con el evangelio.

ORACIÓN
Señor Jesús, yo creo que Tú eres el Cristo, el Mesías, el Ungido. Todas tus palabras son buenas y tus actos son perfectos. Ayúdame, hoy Señor, a permanecer en Ti, para que mis actos revelen tu presencia y tu bondad. Amén.

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