“BASTE NUESTRA PALABRA”
PRIMERA LECTURA
1REYES 19, 19-21
“Eliseo se levantó y marchó tras Elías”
En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Eliseo, hijo de
Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y
le echó encima el manto. Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías
y le pidió: "Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te
sigo." Elías le dijo: "Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?" Eliseo
dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego
con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó,
marchó tras Elías y se puso a su servicio. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Los profetas recibieron de Dios la capacidad de hablar no sólo con
palabras sino también con actitudes señales y gestos. Un ejemplo muy típico es
la escena que hemos visto en la primera lectura de hoy: Elías "echa el
manto" sobre Eliseo, y este entiende ese gesto en su profundidad de
llamado. Pero Eliseo va más allá. Si nos parece débil su actitud cuando pide
plazo para despedirse de sus papás, es indudable la fuerza de su resolución
cuando quema el yugo, que debía ser inmenso y muy costoso, para los parámetros
de la época. "Quemar el yugo" es dejar cerrada la posibilidad de
volver a la vida anterior; es cerrar con fuerza un capítulo de la propia vida.
Eliseo no quemó muchos yugos en su vida. Su historia quedó partida por
la mitad con este encuentro con Elías. De ello aprendemos que no cualquier día
ni cualquier voz son una invitación a "quemar el yugo." Es preciso un
discernimiento, tanto más profundo cuanto mayores son las implicaciones que se
siguen. Pero hecho el discernimiento, hay que llegar también al momento de la
verdad, y si es el caso, darse la oportunidad de empezar una etapa distinta y
nueva.
SALMO RESPONSORIAL: 15
“Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.”
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien."
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo, característico de Cuaresma, nos brinda la ocasión de
hacer la experiencia más prolongada de intimidad con Dios. El salmista se
consideraba "huésped" de Dios. La presencia de Dios en el templo
es fuente de atracción constante y de alegría confiada. La presencia de Dios
entre los seres humanos se hace definitiva a través de su Hijo Jesucristo quien
es la luz que ilumina a todo hombre y mujer. Él puso su morada entre nosotros
para hacernos participar de su vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5, 33-37
“Yo os digo que no juréis en absoluto”
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Sabéis que se mandó a
los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al
Señor". Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es
el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no
puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir sí o no.
Lo que pasa de ahí viene del Maligno". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Estamos acostumbrados a ver a los dirigentes de las naciones jurar sobre
los evangelios cuando asumen cargos públicos. Los hechos de corrupción que
estallan día a día demuestran que fueron juramentos en falso. Jesús nos pide
cortar con juramentos y promesas que no vamos a cumplir. Nos pide que al dar
nuestra palabra seamos honrados, íntegros y confiables. Que lo que digamos, no
sea producto de un hablar de los labios para afuera, sino que brote de nuestra
verdad interior. Coherencia, honestidad, sinceridad, convicción, verdad, nos
darán libertad y nos harán seguir más de cerca los pasos de Jesús de Nazaret,
el hombre que por su integridad, hizo acontecer, con su palabra y su obra, el
Reinado de Dios en nuestra historia. Jesús fue el SÍ de Dios a la Humanidad. Un
Sí definitivo a la vida, dado para siempre por Dios y transformado en Palabra
Creadora de nueva humanidad. En Él hemos recibido la salvación sin merecerla.
Cumpliendo la Ley del Reino nos hacemos más hijos de nuestro Padre Dios y más
hermanos de Jesús y de nuestro prójimo.
ORACIÓN
Padre Misericordioso, la inconstancia en nuestra manera de actuar nos
aleja de ti y no nos deja cumplir tu voluntad y aleja también a las personas
que nos rodean y que son más débiles en la fe. Haznos verdaderos testigos de tu
amor; danos firmeza, decisión y valentía a la hora de dar testimonio tuyo ante
los demás. Qué nuestras palabras y acciones reflejen verdaderamente lo que
llevamos por dentro. Amén.
“Seamos fieles
seguidores(as) de Jesús hablando siempre la verdad, que nuestras palabras
reflejen nuestra alma, porque nada tenemos que esconder”
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