sábado, 1 de junio de 2024

Martes 25 de Junio de 2024

 

“UNIDOS EN LA ORACIÓN”

 

 

PRIMERA LECTURA

2REYES 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36

 

“Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David”

 

En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: "Decid a Ezequías, rey de Judá: "Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria. Tú mismo has oído hablar cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar?""

Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró: "Señor, Dios de Israel, sentado sobre querubines; tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú hiciste el cielo y la tierra.

Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo. Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra, y los han destruido. Ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios."

Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Así dice el Señor, Dios de Israel: "He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: 'Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén. Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes. ¡El celo del Señor lo cumplirá!

Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad -oráculo del Señor-. Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo.""

Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.   Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

Destacar, de la primera lectura, las palabras de Senaquerib, que son, por decirlo así, la lógica del mundo. Esa altivez que pretende adueñarse primero de la mente y del corazón de las personas y desde ahí gobernar toda su vida. Dice Senaquerib al piadoso rey Ezequías: "Que no te engañe tu Dios, tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los pueblos; ¿tú te vas a librar?" "Todos han caído, ¿no vas a caer tú?".

Ezequías sin embargo pertenece a una raza distinta; es verdad que todos los otros han caído, es verdad que todo lo demás ha sido destruido, pero es que esos no eran dioses.  Ezequías no se considera la excepción, sino que considera que su Dios es la excepción; él no busca la seguridad en sí mismo, pero tiene la convicción, y esa es la fuerza de la fe, tiene la convicción profunda de que su Dios le puede sostener. Por eso, la carta que él recibe la considera ante todo como una ofensa a Dios. Pone por encima la gloria de Dios, que queda igualado a los ídolos, por encima de su propia preocupación e incluso de la suerte de su ciudad, Jerusalén, y de su pueblo. Aunque tenía ante los ojos el desastre del vecino reino de Israel que ya había caído, este rey de Judá pone por encima la gloria de Dios, y por eso considera que esa carta es una ofensa a Dios, y por eso se va al templo. Sabemos cuál fue el desenlace: Dios interviene de una manera misteriosa que el relato bíblico atribuye a un Ángel del Señor, y Senaquerib con toda su prepotencia tiene que devolverse a Nínive. Ha vencido Dios. Esa imagen de Ezequias de rey humilde orante nos enseña qué hay que hacer ante muchos problemas, acudir a Dios y mostrarle exactamente qué está sucediendo, mientras renovamos nuestra confianza en Él y buscamos la mejor manera de que resplandezca su gloria. La súplica de Ezequías obtuvo una generosa respuesta. Y también nosotros veremos maravillas si nuestras oraciones  van cargadas de esa misma confianza.

 

 

SALMO RESPONSORIAL: 47

R. / Dios ha fundado su ciudad para siempre.

 

Grande es el Señor y muy digno de alabanza

en la ciudad de nuestro Dios,

su monte santo, altura hermosa,

alegría de toda la tierra. R.

 

El monte Sión, vértice del cielo,

ciudad del gran rey;

entre sus palacios,

Dios descuella como un alcázar. R.

 

Oh Dios, meditamos tu misericordia

en medio de tu templo:

como tu renombre, oh Dios, tu alabanza

llega al confín de la tierra;

tu diestra está llena de justicia. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es un canto de aclamación a Dios, presente en el templo, para proteger a su pueblo. La presencia de Dios en la Iglesia, Nueva Jerusalén, se hace más real a través de Jesucristo, Dios con nosotros para siempre. 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 7, 6. 12-14

 

“Tratad a los demás como queréis que ellos os traten”

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos".  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

La máxima del evangelio, “traten a los demás como quieren que los demás los traten”, condensa en un principio ético universal toda la interpretación profética de la Ley. Se trata de superar el mecanismo automático de la respuesta inconsciente al estímulo, modelando la conciencia humana de acuerdo a ideales humanizadores. Al anteponer nuestras propias expectativas de justicia, equidad y respeto en la relación con los demás, evitamos caer en el juego de los espejos que es el de dejarse envolver inconscientemente en espirales de conflicto que aumentan la violencia y hacen imposible la transformación de las condiciones de convivencia. Pero el cambio no es fácil. Supone reconocer su escasa aceptación y su enorme dificultad. La primera exigencia consiste en aceptar que no todos los individuos están dispuestos a reconocer y asumir el estilo de vida que se deriva de ese principio. A esto se refiere el texto cuando nos advierte de no lanzarle perlas o margaritas a los puercos. La otra condición está relacionada con la «puerta estrecha». Se trata de reconocer que el evangelio nos propone lo más difícil, pero también lo más edificante. La asimilación de estas condiciones presupone una formación especial que sólo se da en el seguimiento de Jesús, y que viene a convertirse en  nuestro reto.

 

ORACIÓN

Señor, ayúdanos a través del encuentro diario contigo y en comunidad, a comprender y asumir en nuestro quehacer todo lo que nos transmites desde tu lógica sabia y amorosa para llevar una vida con relaciones armoniosas, justas y misericordiosas. Ayúdanos a saber escoger y entrar por la puerta estrecha y fortalécenos en las dificultades que encontraremos en ese caminar contigo. Amén

 

 

“Sufrir en silencio la injusticia, saber perdonar y no juzgar, pagar bien por mal, vivir con generosidad colaborando con los necesitados…, es seguir el camino estrecho que Dios apoya”

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