sábado, 1 de junio de 2024

Martes 04 de Junio de 2024

 


“ESPERAR Y APRESURAR”

 

PRIMERA LECTURA

2PEDRO 3,12-15a.17-18

 

“Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva”

 

Queridos hermanos: Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él,  inmaculados e irreprochables. Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación. Así, pues, queridos hermanos, vosotros estáis prevenidos; estad en guardia para que no os arrastre el error de esos hombres sin principios, y perdáis pie. Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La primera lectura de hoy utiliza dos verbos que aparentemente se contradicen: esperar y apresurar. Podemos pensar, en efecto, que esperar es no hacer nada. Confundimos "esperar" con el simple "aguardar." Para la Biblia, en cambio, existe la "esperanza activa," que se caracteriza precisamente porque "apresura" la llegada de aquel que esperamos. La esperanza es una nota muy característica de nuestra fe cristiana, quizá la que más. La esperanza mira al futuro con la certeza de un algo que es invisible o incluso inexistente para los demás. Y el futuro, que es un libro cerrado para nuestros cálculos humanos, es también el gran libro en que podemos encontrar  manifiesto el poder de Dios. Precisamente porque nuestras cuentas nunca pueden agarrar por completo el futuro, sabemos que el futuro le pertenece a Dios. Y el tiempo de la espera del que nos habla el texto,  no es un tiempo perdido, no es un tiempo vacío, es también un tiempo para crecer. Hay una madurez, una  plenitud, en la vida cristiana,  plenitud a la que estamos llamados.

Vivamos nuestra esperanza cristiana, como esa  fuerza que  transforma nuestro presente, que cuanto más comprendamos que Cristo es Señor de la Historia, más deseemos su retorno y más queramos vivir en pleno acuerdo con la obra suave y vigorosa a la vez de su Espíritu Santo.

 

SALMO RESPONSORIAL: 89

R. / Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

 

Antes que naciesen los montes

o fuera engendrado el orbe de la tierra,

desde siempre y por siempre tú eres Dios. R.

 

Tú reduces el hombre a polvo,

diciendo: "Retornad, hijos de Adán."

Mil años en tu presencia

son un ayer, que pasó;

una vela nocturna. R.

 

Aunque uno viva setenta años,

y el más robusto hasta ochenta,

la mayor parte son fatiga inútil,

porque pasan aprisa y vuelan. R.

 

Por la mañana sácianos de tu misericordia,

y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Que tus siervos vean tu acción,

y sus hijos tu gloria. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Frente al Dios eterno y trascendente el ser humano siente su pequeñez y su fragilidad, más cuando está agobiado por la calamidad. Sin embargo, siempre, puede esperar su bondad. La pequeñez humana ha sido transformada por la encarnación del Hijo de Dios, quien asumió nuestra miseria para hacernos participar de la vida divina.     

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 12, 13-17

 

“Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios”

 

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?" Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: "¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea." Se lo trajeron. Y él les preguntó: "¿De quién es esta cara y esta inscripción?" Le contestaron: "Del César." Les replicó: "Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios." Se quedaron admirados.   Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El César de Roma cobraba tributos a todos los pueblos conquistados, lo que empobrecía cada vez más a la gente. Dos grupos enemigos entre sí, fariseos y herodianos, se unen para tenderle una trampa a Jesús. Si dice que hay que pagar el tributo a Roma lo condenarán los nacionalistas. Si dice que no, lo condenarán los que apoyaban a Roma. Jesús, en su inmensa libertad, no cede ante los halagos que le hacen y responde con una frase sabia. El dinero es un ídolo al que muchos rinden culto y el César que quiere ser adorado como Dios es también un ídolo. El dinero no sirve para el Reino de Dios que se basa en relaciones de hermandad y gratuidad. Quienes sólo piensan en categorías de comprar y vender no pueden entenderlo. El pueblo, los pobres, los hombres y mujeres pequeños y vulnerables son de Dios y no pueden ser convertidos en mercancía. Lo que es de Dios no debe ser entregado a ningún dominador de este mundo. ¿Cuál son nuestros ídolos y qué les estamos ofreciendo? ¿Dónde está nuestro corazón?.

 

ORACIÓN

Aunque haya quienes nos quieran confundir, Señor, tu Espíritu nos dará la astucia para defender tu propuesta de un mundo cargado de afecto no de dinero y poder que enceguece el corazón y lleva a cometer injusticias, desigualdad e irrespeto por la vida. Te amamos y hemos optado por Ti en gratitud por tu gran entrega. Gracias precioso  Dios Nuestro. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Gladys Lancheros en su cumpleaños. Amén

 

“Nuestra vida espiritual y nuestra vida civil deben ser una misma cosa en coherencia con el Evangelio”

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