miércoles, 1 de septiembre de 2021

Sábado 11 de Septiembre de 2021

 

“POR LOS FRUTOS NOS CONOCERÁN”

 

PRIMERA LECTURA

1TIMOTEO 1,15-17

 

"Vino al mundo para salvar a los pecadores"

 

Querido hermano: Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna. Al rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

En el breve texto de la primera lectura de hoy encontramos que Pablo se declara por dos veces "el primero". Se considera el primero entre los pecadores y el primero entre los signos de la misericordia de Dios, una especie de ejemplo que invita a la fe.

Y como Dios hizo de él un signo de misericordia, con eso mismo lo hizo un instrumento de misericordia a través del ministerio de la predicación. Aquel que ha sido compadecido no tiene más que predicar sino su propia historia. La compasión divina es tan poderosa, en efecto, que hace que nuestro pasado sea un lenguaje en el que ya no se lee ruina sino construcción maravillosa; ya no la herida sino el relato de su curación; ya no el mal olor del pecado sino el penetrante y dulce aroma de la gracia. Por eso, para aprender a ser predicadores de la gracia necesitamos aprender a ser conocedores de la desgracia que nos trae el pecado y el alejarnos de Dios. Un predicador ajeno al tema del pecado es un predicador ausente del drama del dolor humano y de lo maravilloso  del amor divino.

SALMO RESPONSORIAL: 112

R./Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.

 

Alabad, siervos del Señor,

alabad el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor,

ahora y por siempre. R.

 

De la salida del sol hasta su ocaso,

alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,

su gloria sobre los cielos. R.

 

¿Quién como el Señor, Dios nuestro,

que se abaja para mirar

al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,

alza de la basura al pobre. R.

 

OREMOS CON EL SALMO  

Este salmo es un canto de alabanza a Dios por su bondad especial con los pobres y afligidos. El canto de María (el Magníficat) desarrolla temas parecidos, pero relacionándolos con el acontecimiento central  de la historia de salvación: la venida del Mesías.  

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 6,43-49

 

¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo?

 

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: "No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca.

¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó y quedó hecha una gran ruina." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La parábola de la casa construida sobre roca, representa una llamada significativa para una época que necesita cambios. Durante los últimos años hemos sido testigos de que este modelo económico neoliberal rompe con el circuito "vital" de la vida (valga la redundancia) porque a costa de proteger a unos pone en peligro a otros. Este modelo además de socavar una profunda y creciente desigualdad entre las personas, la radicaliza con la naturaleza. Por eso, se hace urgente poner en práctica acciones como: cuidar el agua, los animales y a nosotros mismos. De acuerdo con esto, el llamado de Jesús a sus discípulos, a través de la parábola, es claro. Muchos escuchamos atentamente sus palabras y comprendemos sus implicaciones, pero Jesús no pronuncia la parábola para eso, sino para que se practiquen sus enseñanzas, no son una cátedra para hacer el bien sino muestra el bien que debemos hacer. Ahora reflexionemos con esta Palabra y miremos que estamos haciendo para  edificar nuestro  proyecto vida en Jesús.

 

ORACIÓN

En ti, Señor Jesús, roca firme de Salvación, queremos hundir nuestra vida, y seguir profundizando en tu manera de ser, y sentir y actuar; síguenos enseñando tu forma de amar generosamente en obras concretas. Que cada día por la acción de tu Espíritu nos sintamos más comprometidos con la situación de los demás. Que por el fruto que demos desde el servicio misericordioso a los demás, especialmente los que están alejados de ti o no te conocen, te descubran y sepan que tu eres una realidad. Amén.   

 

“El amor tiene que ponerse en acción. Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos” (Madre Teresa de Calcuta)

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