miércoles, 1 de abril de 2020

Viernes 24 de Abril de 2020


“LOS SIGNOS CRISTIANOS HABLAN DE DIOS”
  
PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5,34-42

Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús

En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo: "Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. No hace mucho salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, salió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces. En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios."
Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El consejo del rabino Gamaliel sobre lo que hay que hacer con los predicadores cristianos suena lógico en términos de apertura religiosa; muchas iniciativas humanas, incluso contrarias al proyecto del Reino, lejos de fracasar, han perdurado por siglos. De alguna manera, Gamaliel es un fariseo tolerante ante la novedad que representaba la fe cristiana en medio del judaísmo, y deja entrever que Dios lleva el hilo de la historia de la salvación humana. Acostumbramos medir el éxito de las empresas con números y cifras, incluso en los eventos y procesos de pastoral. Por supuesto que hay buscar ser eficaces y tener parámetros, pero no han de ser ellos los que dirijan la dinámica de la fe, esperanza y caridad cristianas. No son las multitudes ni la popularidad lo que indica el éxito de una iniciativa, sino lo que consigue transformar en el corazón humano.
Y siguiendo el camino de los apóstoles nos vamos dando cuenta de cómo van dando un giro los lugares y las palabras de la predicación de la nueva Iglesia de Jesús. Poco a poco van abandonando los lugares habituales de predicación (templo, sinagogas, puerta de las ciudades) e inician la misión “puerta a puerta”. La visita evangelizadora a las casas comienza a perfilarse como una opción razonable para una minoría que confía más en la decisión personal que en las grandes masas.
¿Qué ha cambiado el evangelio de Cristo a nuestro alrededor? ¿Me hace tolerante y abierto de corazón?

SALMO RESPONSORIAL: 26
R. / Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.

OREMOS CON EL SALMO
La presencia de Dios en el templo es fuente de atracción constante y de alegría confiada. La presencia de Dios ente las personas se hace definitiva a través de su Hijo Jesucristo, quien es la luz que ilumina a todo ser humano. Él puso su morada entre nosotros para hacernos participar de su vida. 

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,1-15

Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron”

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: "¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?" Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: "Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo."
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?" Jesús dijo: "Decid a la gente que se siente en el suelo." Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: "Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie." Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: "Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo." Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
A través del “signo” de la multiplicación de los panes se evidencia el sistema económico que rige a la comunidad judía del momento, caracterizada especialmente por el binomio “compra-venta”, donde “comprar” significa obtener el bien necesario para la vida, a cambio de dinero. Este sistema crea una fuerte dependencia, ya que la vida, expresada en el alimento, no está directamente al alcance del ser humano, sino que está mediada por ciertos individuos que acaparan el poder. Jesús no asume esta estructura económica, y, como respuesta a la necesidad que se presenta, enseña a sus discípulos una manera nueva de relacionarse con los bienes que se poseen. Felipe simboliza la impotencia de los pobres, pues ni con medio año de jornal se puede dar de comer a tanta gente. Andrés presenta a Jesús una alternativa diferente al comprar, pero se da cuenta de que, aunque haya un muchacho dispuesto a compartir lo que tiene, no es suficiente para cambiar la realidad; el sistema es más fuerte y es casi imposible independizarse de él. Sin embargo, el milagro comienza cuando se comparte lo poco que se tiene, cuando comprendemos que los bienes que poseemos no nos pertenecen; que son dones recibidos de Dios y, por lo tanto, deben ser compartidos con toda la humanidad.

ORACIÓN
Amado Dios, un signo cristiano, que nos identifica contigo, es el compartir la mesa de la vida, que incluye tanto lo material, como la cuota afectiva y espiritual que todos(as) necesitamos. Por favor ayúdanos a ser  misioneros(as) que en todo momento tienen esto tan presente, que se note en nuestra persona y comunidades que  permanecemos en ti, porque compartimos con el prójimo,  gracias al signo de tu amor. Amén

“Todo lo que realices de Palabra y de obra hazlo en el nombre de Jesús”

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