miércoles, 1 de abril de 2020

Lunes 20 de Abril de 2020

“VOLVER A NACER PARA VIVIR EL REINO DE DIOS EN EL MUNDO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 4,23-31
“Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios"         
En aquellos días, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oírlo, todos juntos invocaron a Dios en voz alta: "Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; tú inspiraste a tu siervo, nuestro padre David, para que dijera: "¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías." Así fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu Ungido, para realizar cuanto tu poder y tu voluntad habían determinado. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan, y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús." Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La lectura de hoy nos presenta una de las cualidades fundamentales de la nueva comunidad: es orante. Toda la vida debe ser un ejercicio de encuentro con Dios y la fuerza de la acción de esta nueva comunidad está en relación íntima y estrecha con el Padre Dios. Por eso, cuando Pedro y Juan volvieron a donde estaban reunidos –los suyos-  y contaron lo que había pasado en su encuentro con las autoridades, todos se pusieron a orar. Podían haber tenido otras reacciones: preparar argumentos  y salidas para escapar de la persecución, apelar a otras influencias, pero se pusieron a orar a Dios, a partir de las circunstancias que estaban viviendo. Saben “orar la vida” viéndola desde los ojos de Dios.  El temblor del lugar de la reunión se interpreta, en la Escritura, como asentimiento de Dios: Dios escuchó la oración de aquella comunidad. Los llenó de su Espíritu, como en un renovado Pentecostés, y así pudieron seguir predicando la Palabra, a pesar de los malos augurios de la persecución.

SALMO RESPONSORIAL 2
R./ Dichosos los que se refugian en ti, Señor

¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
"Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo". R.

El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
"Yo mismo he establecido a mi rey
en Sión, mi monte santo." R.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza." R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo contiene una declaración decisiva en cuanto al desenlace manifestación de una especial providencia de Dios. El escogió a David y a su descendencia y les prometió bienestar y perpetuidad. Después de la catástrofe nacional (año 57 a.C.), las miradas se volvieron al futuro y se concentraron en la esperanza mesiánica. El NT aplica este salmo a Cristo, ve en su persona y en su obra salvadora la plena y perfecta realización de las promesas hechas a David. 

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,1-8
“El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”

Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: "Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él." Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo le pregunta: "¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?" Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Nicodemo era un magistrado que formaba parte del Sanedrín, el supremo tribunal de los judíos. Va a ver a Jesús de noche. ¿Prudencia o cobardía? Está en búsqueda pero como tantos de nosotros, no está dispuesto a perder su posición política y social. Sus compañeros fariseos ya se han declarado contrarios al Maestro. Nicodemo quiere saber: ¿es Jesús el Mesías esperado o no? Jesús le habla de la necesidad de un nuevo nacimiento para conocer el Reino de Dios. Estos términos no entran en la cabeza de Nicodemo. Desconoce la transformación profunda que realiza el Espíritu del Señor al incorporar a las personas a la comunidad por el bautismo. Jesús le dice ¿Tú eres maestro de Israel e ignoras esto? Jesús, un trabajador de pueblo, está llamando ignorante a un sabio doctor de la Ley. Esto sucede con frecuencia, la gente sencilla comprende a Jesús y lo siguen en su proyecto de solidaridad y compasión, mientras que letrados y doctores se cierran a sus enseñanzas y no se comprometen con el prójimo.

ORACIÓN
Suplicamos a ti, Espíritu Santo de Dios, que nos guíes, fortalezcas e ilumines ante los acontecimientos que amenazan  nuestra vida, nuestras familias, nuestra comunidad, ayúdanos Señor en este tiempo a renacer de nuevo,  a empoderarnos de nuestra misión, que nuestro espíritu se adhiera a ti  para no la perder la fe, ni la esperanza, para permanecer orantes y no desfallecer y confiar siempre en ti. Amén.


 “En Jesús y su Espíritu Santo, podremos ser personas nuevas, llenas de luz, esperanza y amor”

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