sábado, 1 de febrero de 2020

Sábado, 15 de Febrero de 2020


“LAS VERDADERAS NECESIDADES SON TRASCENDENTES”

PRIMERA LECTURA
1REYES 12,26-32;13,33-34

“Jeroboán hizo dos becerros de oro”

 En aquellos días, Jeroboán pensó para sus adentros: "Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue yendo a Jerusalén para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboán, rey de Judá; me matarán y volverán a unirse a Roboán, rey de Judá." Después de aconsejarse, el rey hizo dos becerros de oro y dijo a la gente: "¡Ya está bien de subir a Jerusalén! ¡Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto!"

 Luego colocó un becerro en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan. También edificó ermitas en los altozanos; puso de sacerdotes a gente de la plebe, que no pertenecía a la tribu de Leví. Instituyó también una fiesta el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar que había levantado en Betel, a ofrecer sacrificios al becerro que había hecho. En Betel estableció a los sacerdotes de las ermitas que había construido.
Jeroboán no se convirtió de su mala conducta y volvió a nombrar sacerdotes de los altozanos a gente de la plebe; al que lo deseaba lo consagraba sacerdote de los altozanos. Este proceder llevó al pecado a la dinastía de Jeroboán y motivó su destrucción y exterminio de la tierra. Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN

Finalmente Jeroboam ha logrado su meta, ya es rey en Israel, y para asegurar estabilidad política quiere evitar que su gente dependa religiosamente del templo de Jerusalén, que es del Reino del Sur. Su solución es implantar la idolatría. Armado de becerros de oro se siente fuerte pero no se da cuenta que está regalándole una sonrisa al demonio y a su paciencia, que lo llevara a su destrucción.
Miremos como también hoy hay muchos ídolos, también hoy hay muchos becerros de oro. Detrás de ellos corre la gente y se olvida del Dios verdadero. Consideran a Dios como alguien o un asunto que no tiene mayor trascendencia. No se dan cuenta de que al pensar así, le están haciendo el juego a  Jeroboam, el juego a los que quieren que nos olvidemos del Dios vivo y de su Alianza. Pidamos al Señor que nuestra conciencia esté siempre despierta, que otros caminos y otros ídolos no nos distraigan y que en Él esté siempre nuestra alegría, incluso si esto significa ser descalificados o tal vez ser perseguidos.
SALMO RESPONSORIAL: 105
R. /  Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Hemos pecado con nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas. R.

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un reconocimiento de los pecados del pueblo desde el comienzo hasta una situación actual de miseria. Es una invocación a la misericordia de Dios. Al proclamar el amor de Dios, debemos al mismo tiempo reconocer nuestra miseria e infidelidad. Por eso en el “Padre Nuestro” pedimos a diario perdón a Dios por nuestras faltas y que nos libre del mal. 

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 8,1-10

“La gente comió hasta quedar satisfecha”

Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos. Le replicaron sus discípulos: “¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?" Él les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?" Ellos contestaron: "Siete." Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El principal milagro que realiza Jesús es hacer entender a sus discípulos que únicamente repartiendo lo que tienen pueden alimentar a la multitud que marcha tras él. La pista para entender esto nos la da la reacción con la que los discípulos contestan a la constatación que Jesús hace sobre el estado de cansancio y hambre de la multitud. Los discípulos aún no aceptan el creciente número de simpatizantes de Jesús y, para ellos lo más sencillo es despacharlos y que cada quien se arregle como pueda. La respuesta de Jesús es dar de lo poco que tiene al grupo, compartir,  para así propiciar la solidaridad entre todos. – Hoy enfrentamos en nuestras comunidades cristianas una realidad semejante. Nos aferramos a las necesidades y limitaciones internas y no nos damos cuenta de que el único camino para salir de esa situación es ir hacia los demás, hacia la multitud hambrienta y necesitada, sea de medios de subsistencia o bien de orientaciones para dar sentido a su existencia. La comunidad cristiana crece en la medida en que responde a las necesidades de su realidad social y cultural. Debemos medir nuestras fuerzas por las posibilidades del evangelio y no por nuestras propias limitaciones.

ORACIÓN
Buen Dios, necesitamos del alimento espiritual, el dado por la Palabra, que anuncia ternura, cercanía, presencia; como lo hiciste cuando sentiste compasión por la gente que llevaba tres días escuchándote, aprendiendo y ya no tenían que comer. Ayúdanos a ejercer tu pedagogía: después de dar el verdadero alimento que da vida, entregar generosamente el alimento que restablece las fuerzas físicas y así no caer en el simple asistencialismo. Amén

“Cuando logremos sentir con el otro su dolor y necesidad,
seremos capaces de dar sin medida”


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