sábado, 1 de febrero de 2020

Sábado 08 de Febrero de 2020


“SUPLICAR CON HUMILDAD LA SABIDURÍA”

PRIMERA LECTURA
1REYES 3,4-13

“Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo”

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos. En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: "Pídeme lo que quieras." Respondió Salomón: "Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?"
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: "Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno."   Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Aparece en primer plano el don de la sabiduría, por supuesto, porque Salomón es conocido sobre todo como el sabio por excelencia. Pero ese no es el único don que podemos meditar y agradecer hoy. Ante todo, porque la sabiduría no aparece sin una cierta preparación, que, según vemos esta primera lectura, incluye la oración y la humildad. La humildad a su vez brota del reconocimiento, es decir, de admitir los bienes recibidos desde fuera y las limitaciones que tenemos por dentro. Las dos cosas hace Salomón. Lo primero cuando dice: " Tú favoreciste mucho a mi padre David..."; lo segundo cuando añade: " yo soy muy joven y no sé cómo gobernar..."
Hay otras dos compañeras que van muy cerca de la humildad: la responsabilidad y la búsqueda  de la gloria de Dios. La responsabilidad, como lo sugiere su nombre, indica el deseo consecuente de responder. Salomón observa que David fue "responsable" en ese sentido, pues respondió al favor de Dios caminando "con fidelidad, justicia y rectitud de corazón." El hambre de la gloria de Dios es fundamental también porque es lo que termina orientando nuestros esfuerzos y propósitos, no hacia nosotros mismos, sino como ofrenda de amor al que es la Fuente de la vida y de todo bien. La sabiduría es un don precioso pero no está solo. La Palabra  nos enseña cómo, buscarlo, prepararlo y conservarlo.
SALMO RESPONSORIAL: 118
R. /  Enséñame, Señor, tus leyes.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
 Cumpliendo tus palabras. R.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R.

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. R.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo presenta las excelencias de la ley de Dios, entendida como la manifestación de la voluntad de Dios para el ser humano; su cumplimiento le asegura el bienestar y la dicha. La urgencia de cumplir siempre la voluntad de Dios nace de la misma fe. Para nosotros se trata de “La Ley perfecta del amor”, que se encuentra en el evangelio y se encarna en el seguimiento a Cristo.  

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 6,30-34

“Andaban como ovejas sin pastor”
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco." Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Recuerdo a un hermano misionero que el domingo de resurrección decía: “el Señor resucitó hoy, pero yo sigo muerto”, para hacer referencia al agotamiento producido por todas las actividades de semana santa: confesiones, predicaciones, celebraciones, procesiones…uuufff… Considero que algo parecido le sucedía a Jesús y sus discípulos. Luego de largas y pesadas jornadas de predicación y combate contra el mal, se sentían agotados, querían descansar un poco, alejarse de la multitud y retirarse a un lugar solitario para recuperar fuerzas y continuar la faena. Pero la gente, cautivada por la palabra arrolladora de Jesús, no se cansaba de escucharlo y de experimentar la salud, el perdón, la compasión y la vida que salían de su boca y de sus manos. Por eso Jesús renuncia a su descanso porque primero está la gente. Qué bueno que los ministros, misioneros, consagrados y agentes de pastoral comprometidos, tuviéramos los mismos sentimientos y actitudes de Jesús, a pesar del cansancio y agotamiento tener siempre la disposición para atender y escuchar con agrado las necesidades y requerimientos de nuestra gente.

ORACIÓN
Señor, cuando nos haces partícipes de proclamar tu Evangelio y guiar a tu rebaño, por favor, no permitas que surja en nosotros sentimientos de autosuficiencia y orgullo,  que no olvidemos que somos siervos inútiles y solo estamos haciendo lo que nos corresponde, y que no somos seres humanos con poder para atropellar al prójimo. Ayúdanos para que con la sabiduría y fortaleza que da tu Espíritu Santo sepamos guiar a otros, y estemos siempre dispuestos a hacerlo como tú lo hacías.  Amén


“Solo la sabiduría que proviene de Dios transforma”

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