lunes, 1 de julio de 2019

Viernes 19 de Julio de 2019


“MISERICORDIA, NO SACRIFICIOS”

PRIMERA LECTURA
ÉXODO 11,10-12,14

“Mataréis un cordero al atardecer; cuando vea la sangre, pasaré de largo”

En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio. Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esta noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. No comeréis de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y, si sobra algo, lo quemaréis. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis; cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La Pascua será, para todo el Antiguo Testamento, la gran fiesta, la primera y madre de todas las fiestas del pueblo hebreo. Pascua significa “paso, tránsito”. Fue Dios quien “pasó de largo” ante las puertas de los judíos, señaladas con sangre, e Israel el que “pasó” de la esclavitud a la libertad. En ella está, de una manera dinámica y viva, la síntesis de toda la fe y toda la esperanza del pueblo elegido. La Pascua, en efecto, es un "credo en acción"; más que una enseñanza sobre el Dios que libera, es una experiencia de la libertad que Él y sólo Él puede conceder.

La Pascua contiene en sí una fuerza de revelación inmensa. En ella se recuerda y hace presente, se proclama y se reconoce a Dios en toda la fuerza de su poder, en toda la inmensidad de su ternura, en toda la grandeza de sus designios, en toda la perfección de sus obras. El Dios de la Pascua es el Dios solícito por su pueblo, cercano a los dolores de quienes le pertenecen, atento a la tribulación de sus niños, celoso por el bien de su rebaño. Por su parte, el pueblo "pascual" es aquel que se fía de creador y redentor; es el pueblo que reconoce su pequeñez pero también la grandeza de su Dios; admite su debilidad, pero conoce la fuerza de su Señor; es humilde y confiesa su pecado, pero sabe a Dios vencedor de ese mismo pecado.

SALMO RESPONSORIAL: 115
R./ Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

OREMOS CON EL SALMO
En este salmo alguien que ha experimentado la protección divina en una grave aflicción da gracias al Señor por su bondad y proclama ante la comunidad los beneficios recibidos de Dios. La eucaristía es la acción de gracias de la Iglesia por los beneficios recibidos mediante Cristo y así repite con el salmista “Alzaré la copa de la salvación invocando su nombre”.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 12,1-8

“El Hijo del Hombre es Señor del sábado”

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: "Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado". Les replicó: "¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Una de las leyes más importantes para el pueblo judío era el respeto del día sábado. Jesús nos invita al discernimiento para elegir el servicio del corazón. Ante el reproche fariseo Jesús, como maestro, recurre a dos textos de la Escritura para responder (1Sam. 21,1-7) que ante situaciones difíciles es necesario ese rompimiento de la ley pues conoce el núcleo de esta ley y la intención del legislador quitando la rigidez que sacrifica y lastima al ser humano. Sólo un necio dejaría marchar a un hambriento sin satisfacer su necesidad. Jesús también ofrece la novedad al proclamarse Señor del sábado para mostrar que ninguna institución tiene valor absoluto ante la novedad del Reino que viene con él. La misma Escritura y la “Palabra hecha hombre” dan testimonio de que la auténtica religiosidad, la misericordia- debe estar por encima de las prácticas externas, sacrificios, observancia del sábado- Nada se puede anteponer a la práctica del amor. ¿Cuándo has violado la ley ha sido por amor y misericordia o más bien por intereses y/o caprichos personales?

ORACIÓN
Señor, tú nos enseñas un estilo diferente de vida, nos liberas de las opresiones y distracciones y nos enseñas que la ley del amor y la misericordia debe prevalecer sobre cualquier ley. Gracias te damos hoy  Señor por todo lo que hiciste, haces y seguirás haciendo en nuestras vidas, permite que nos mantengamos firmes en tu camino. Amén   


“Lo que tiene más valor para nuestra fe no es la denominación religiosa sino la práctica del amor y la justicia”

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