lunes, 1 de julio de 2019

Miércoles 24 de Julio de 2019

“TERRENO FÉRTIL”


 PRIMERA LECTURA
ÉXODO 16,1-5.9-15

“Acérquense al Señor que ha escuchado sus murmuraciones”

Toda la comunidad israelita salió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí. Era el día quince del mes segundo después de su salida de Egipto. Allí, en el desierto, todos ellos comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón. Y les decían:
--¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allá nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos hasta llenarnos, pero ustedes nos han traído al desierto para matarnos de hambre a todos. Entonces el Señor le dijo a Moisés: -Voy a hacer que les llueva comida del cielo. La gente deberá salir cada día, y recogerá solo lo necesario para ese día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no. El sexto día, cuando preparen lo que van a llevar a casa, deberán recoger el doble de lo que recogen cada día.

Luego Moisés le dijo a Aarón: -Di a todos los israelitas que se acerquen a la presencia del Señor, pues él ha escuchado sus murmuraciones. En el momento en que Aarón estaba hablando con los israelitas, todos ellos miraron hacia el desierto, y la gloria del Señor se apareció en una nube. Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: --He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: 'Al atardecer, ustedes comerán carne, y por la mañana comerán pan hasta quedar satisfechos. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.' Aquella misma tarde vinieron codornices, las cuales llenaron el campamento, y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto. Como los israelitas no sabían lo que era, al verlo se decían unos a otros: "¿Y esto qué es?" Y Moisés les dijo: --Este es el pan que el Señor les da como alimento. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El pueblo luego del paso por el Mar Rojo, donde experimentó la fidelidad de Dios, empieza a experimentar la dureza del desierto y de nuevo protesta contra Moisés y contra Dios, anhelando el pan y la carne que comían en Egipto.
La respuesta de Dios es inmediata. Se sirve de dos fenómenos naturales que, por su oportunidad, fueron interpretados como actuaciones prodigiosas de Dios para con su pueblo: una bandada de codornices que emigran y se ponen al alcance de los israelitas, y el maná una especie de resina comestible de algún árbol o alguna clase de rocío alimenticio. Habrá alimento para todos, todos los días. Observemos algunos detalles del relato; 1) Cada uno debe recoger lo que necesita comer (justo reparto de los bienes); 2) nadie debe guardar para el día siguiente (no acaparar, no acumular, no concentrar los bienes en pocas manos), 3) El día sexto recogerán el doble (para reservar el día séptimo al descanso, pues el hombre es un hijo de Dios, no una máquina). Todo esto permite concluir que la intención del autor de este relato (de la corriente sacerdotal) es ayudar al israelita del exilio y del post-exilio a reconstruir su fe, meditando en los prodigios realizados por Dios en el pasado, en medio del pueblo.

SALMO RESPONSORIAL: 77
R./ El Señor les dio un trigo celeste.

Tentaron a Dios en sus corazones,
pidiendo una comida a su gusto;
hablaron contra Dios: "¿Podrá Dios
preparar una mesa en el desierto?" R.

Pero dió orden a las nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Hizo soplar desde el cielo el levante,
y dirigió con su fuerza el viento sur. R.

Hizo llover carne como una polvareda,
y volátiles como arena del mar;
los hizo caer en mitad del campamento,
alrededor de sus tiendas. R.

OREMOS CON EL SALMO

Este es un salmo de instrucción, que cubre la historia de Israel desde Egipto al tiempo de David. En el podemos ver el fracaso del pueblo y la fidelidad de Dios. Es un Salmo que nos invita a acudir a Dios para que escuche y responda. Dios es fiel con nosotros hoy. Solo requirió de los suyos obediencia a su Palabra. Su amor por su pueblo en la actualidad es una realidad, y su fidelidad hacia todas las generaciones de todos aquellos que creyeron en Él, es un estímulo para aumentar nuestra confianza en El, en su protección, en su provisión abundante para nuestras necesidades, tanto materiales como espirituales.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13, 1-9

“Cayó en tierra buena y dio fruto”

Aquel mismo día salió Jesús de casa y se sentó a la orilla del lago. Como se reunió mucha gente, Jesús subió a una barca y se sentó, mientras la gente se quedaba en la playa. Entonces se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas.
Les dijo: "Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; esa semilla brotó pronto, porque la tierra no era muy honda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte de la semilla cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio buena cosecha; algunas espigas dieron cien granos por semilla, otras sesenta granos, y otras treinta. Los que tienen oídos, oigan."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El reino crece misteriosamente y Jesús lo enseña a través de las parábolas que buscan provocar en sus oyentes una respuesta. Intentan animar la fe de la comunidad. En esta parábola lo más importante, señalado por Jesús, es el éxito increíble de la siembra, que llega a ofrecer el ciento por uno, manifestando el triunfo final del reino aún en medio de la oposición que Jesús y sus seguidores están experimentando. Jesús desea animarnos ante las dificultades que encontramos con los “diferentes terrenos” personas, a quienes se les invita a escuchar la Palabra y ponerla en práctica. A pesar del fracaso aparente en algunas situaciones y personas la presencia oculta del reino es una realidad y es imparable. Si Dios, el sembrador, está dispuesto a arriesgar arrojando sus semillas en cualquier terreno, incluso en tierra menos productiva y se regocija con tal de que produzca algo, entonces nosotros, sus discípulos-misioneros, no pongamos límites a las posibilidades del reino. ¿Siembras la semilla del reino en tus ambientes y realidades de cada día?

ORACIÓN

Que bello Señor Jesús cuando a través de la naturaleza sacas tantas enseñanzas. Por favor ayúdanos a ser tierra buena, abonada con tu Palabra, la oración, la comunidad y sobre todo con la comunión permanente contigo, que nos lleva a ser personas gratas, solidarias, sabias y amorosas. Amén    

“No permitamos que la semilla de la Palabra se pierda, sino que de fruto”



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