“AÑO
NUEVO, CAMBIOS NUEVOS”
Por estos días todavía
algunos nos estamos preguntando ¿Qué clase de año será este 2018?, ¿Será mejor
que el anterior?, ¿Será lo mismo o peor que el pasado?. Por todos lados siempre
se habla de cambios, queremos cambios, anhelamos y soñamos con ellos; cambia la
moda, cambian las culturas y tradiciones, hay cambios en el arte, en el
deporte, cambios en la farándula, en la política, etc. Por estos y los próximos días en nuestro país,
las campañas políticas utilizan la palabra cambio, evocando el deseo de un país
mejor. Todos de una u otra manera queremos cambiar para bien, para mejorar.
Pero muchas veces el deseo de cambio se queda en eso, un simple pensamiento o
deseo pero no una decisión. Todo cambio de lógica va a producir temor o miedo a
fracasar; por eso muchas veces es mejor mantener las cosas como están; nos
sentimos más seguros con lo ya conocido y no aventurarnos a las cosas nuevas
que puede traer lo desconocido. Además todo cambio es difícil. Todos tenemos
cosas que en nuestra vida quisiéramos que fueran diferentes y tal vez hemos
tratado de cambiarlas pero no hemos podido y nos hemos rendido porque
quisiéramos que esto fuera ya, queremos cambios mágicos e instantáneos, y esto nunca se va a lograr, porque todo
cambio verdadero tiene un proceso, implica
tiempo y paciencia. Si queremos y
decidimos cambiar necesitamos ver claramente: ¿Porqué necesitamos cambiar? Tenemos
que descubrir los beneficios del cambio, ¿Por qué y para qué cambiar?. Le escuche a alguien
decir esta afirmación: “Si no está roto no lo arregle”. Sin embargo la mayoría
de nosotros(as) sabemos muy bien que hay cosas rotas en nuestra vida, tal vez
algunos de nuestros buenos hábitos, costumbres y disciplinas que tuvimos en el
pasado, quizás algunas relaciones se están volviendo más dolorosas que
placenteras. Es cierto que los demás contribuyen a acrecentar nuestros
problemas. Pero excusarnos y quejarnos siempre echándole la culpa a los demás,
no nos ayuda para la solución de conflictos en la vida.
En qué momento
poder empezar a pensar en que
necesitamos cambios:
Cuando empezamos a
vivir situaciones de desencanto, vaciedad, sin sentido a lo que somos y a lo
que hacemos, cuando empiezan a surgir preguntas, dudas y palabras negativas
como: Estoy cansado de intentar algo diferente, esto ya no me motiva para nada,
etc. Hay que ponerle atención a esos vacíos, pérdida de sentido de la vida,
porque no solamente nos puede estar acercando a un estado de depresión sino que
puede ser la oportunidad para hacer un alto en el camino, reconociendo que no
vamos bien así como estamos y que urgentemente necesitamos de un cambio.
En el evangelio Jesús
denominó a ese cambio, NACER DE NUEVO
(Juan 3,3-6).
- Nacer de nuevo hace
referencia a una nueva relación o vínculo con Dios, conmigo mismo y con los
demás.
- Nacer de nuevo es
una transformación espiritual, tener una nueva ilusión, un nuevo anhelo y
ardor.
- Nacer de nuevo es
vivir en una permanente Navidad, que significaría: Una nueva pasión o ardor por
la vida, por lo que soy, por lo que tengo, por lo que me rodea.
- Nacer de nuevo es una nueva manera de sentir,
hablar y construir este mundo para que sea mejor.
- Nacer de nuevo es
volver a enamorarse o regresar al primer amor. (Apocalipsis 2,4).
Busquemos pidiendo en
la oración que el Buen Dios por el nombre de su Hijo Jesús nos habite una y
otra vez con la acción de su Espíritu Santo que es por excelencia el motor que
genera todo cambio verdadero en la vida.
Bendiciones para este nuevo mes,
Roberto Zamudio
PROMESA BÍBLICA DEL MES
Es necesario nacer de nuevo para
entrar en el Reino de los Cielos. Juan
3,5
EVANGELIZACIÓN
FUNDAMENTAL
PRIMER ANUNCIO
(KERIGMA)
La
evangelización constituye la misión esencial de la iglesia, su vocación propia,
su identidad más profunda. La Iglesia
existe para evangelizar. La gran preocupación pastoral de estos tiempos se
dirige con urgencia, a aquellos y
aquellas, que aun habiendo nacido en un continente o país cristiano no han
tenido una experiencia profunda de la fe que dicen profesar, ni un encuentro personal
con un Dios vivo que transforme sus vidas. Por esto es importante volver a
trabajar la evangelización fundamental dentro de la iglesia. Esta debe ser una
de las grandes prioridades dentro de la pastoral de la iglesia: recobrar la
importancia de la “Evangelización kerigmática o primer anuncio del evangelio”. Esta
iniciación cristiana será el punto de partida de nuestras reflexiones de este
año. Hay que tener en cuenta que el estilo de evangelización kerigmático no es
la puerta de entrada a ninguna asociación o movimiento, simplemente es el
camino para llegar a ser cristianos. De esta manera se convierte en la raíz del
árbol anterior a todas las espiritualidades que, vendrán después como la
ramificaciones de crecimiento posibles de este mismo árbol, que suponen primero
la raíz y el tronco para fundamentar el ser cristiano y el ser iglesia antes de
pertenecer a alguna rama, asociación, movimiento, congregación o alguna
espiritualidad en particular.
Comúnmente
a esta clase de iniciaciones kerigmáticas se le suele llamar seminarios o retiros de
iniciación o de vida en el Espíritu. Con este método han sido evangelizados
cientos de miles de personas; laicos, religiosas, sacerdotes y obispos. El
seminario de vida en el Espíritu es una experiencia plena de evangelización. En
el se proclama el amor de Dios, se anuncia de modo claro a Jesús como único
Señor y Salvador y se invita a los cristianos a reconocerlo, aceptarle y
recibirle en su vida, para así nacer a una vida nueva dinamizada por la acción
del Espíritu Santo. El Papa Juan Pablo II hablaba de una “Nueva evangelización”;
nueva en su ardor en sus métodos y en su expresión. Este seminario de
iniciación responde a esas exigencias de novedad que la iglesia plantea.
OBJETIVOS
DE ESTE PRIMER ANUNCIO O KERIGMA
1.
El
descubrimiento progresivo de Dios.
2.
La
aceptación personal de Jesucristo.
3.
La
apertura a la acción carismática del Espíritu.
4.
El
compromiso del cristiano con el hombre y con el mundo.
5.
La
formación de la comunidad cristiana.
6.
El
convertirme en discípulo misionero del Reino de Dios.
7.
La
renovación de los sacramentos de iniciación (Bautismo, Confirmación y Eucaristía)
Precisamente
desde este último punto o renovación de los sacramentos continuaremos en el
próximo mes el camino de nuestra iniciación cristiana.
ORACIÓN AL COMENZAR EL
DÍA
Una vez más, Señor,
estoy aquí delante de ti, para decirte que te amo, darte gracias, alabarte y
bendecirte por todo lo generoso y maravilloso que has sido conmigo. Pero
también quiero decirte que te necesito, necesito de tu ayuda, de tu bendición.
Necesito de tu amor Señor Jesús, para no seguir mendigando cariño y afecto a
nadie. Necesito de la fuerza de tu Espíritu para no seguir andando con muletas
existenciales que me esclavizan y me hacen dependiente y me manipulan. Necesito
de tu perdón para no sentirme culpable y quedar paralizado ante las decisiones
que debo tomar. Necesito de tu impulso para superar todas las barreras que la
vida pone a mi paso. Necesito de tu compañía para sentir que no estoy solo.
Necesito de sanación para que toda
herida y enfermedad no sean obstáculos
para seguir adelante. Gracias porque me haces pensar de nuevo en todo lo bueno
que hay en mi ser. Gracias porque me siento con muchas nuevas posibilidades,
con esperanzas, con sueños y sobre todo, con la certeza que contigo en mi vida,
Señor Jesús podré ser feliz en medio de todas las adversidades y dificultades
que la vida pone en mi camino.
Hoy quiero ver el
mundo con ojos de amor; quiero ser paciente, misericordioso, humilde,
comprensivo y bondadoso. Quiero con la ayuda de tu Espíritu ver detrás de toda
apariencia a mis hermanos como tú mismo los ves. Guarda mi lengua de toda
palabra que haga daño a los demás que solo los pensamientos que bendigan o
edifiquen permanezcan en mí. Revísteme de tu bondad, Buen Señor, y has que
durante este día se refleje en bendición para los demás. Amén.
ORACIÓN AL FINALIZAR
EL DÍA
Padre Bueno, me acerco
de nuevo a ti, para darte gracias, alabarte y bendecirte, por todo cuanto he
vivido a lo largo de este día, gracias Señor por tu bondad para conmigo y los
míos en esta jornada. Nada más importante que tener a esta hora un encuentro
restaurador contigo, recibir de tu amor que lo es todo para mí. Perdona los
errores que cometí a lo largo de este día, perdona el mal que hice, pero también perdona el bien que pude hacer y
no hice. Cómo necesito a esta hora ya de la noche la llenura de tu Espíritu en mi vida, lléname
de tu presencia, Señor Jesús; que no haya ningún espacio de mi ser que no sea
empapado de tu bendito amor, restaurador, sanador, liberador y misericordioso.
Te pido mi Buen Señor, que me hagas capaz de recuperar la paz que pierdo por
los errores y equivocaciones de los demás, hazme más paciente y tolerante con
ellos.
Coloco mi vida en tus
manos, te ofrezco mis sueños y todos los momentos de esta noche, y te pido me
conserves en tu bendición y paz. Te amo y en tu presencia siempre quiero
reposar. Amén