miércoles, 1 de noviembre de 2017

LOIDA Y EUNICE

MODELOS DE MAMÁS CATEQUISTAS

Más o menos hacia el año 48, cuando Pablo y Bernabé viajaban por Asia Menor entraron a la ciudad de Listra, donde se encontraron con unos ingenuos y supersticiosos pobladores, que, al ver la curación que realizaron sobre un tullido, confundieron a los apóstoles con el apuesto Zeus y el charlatán Hermes, dioses de la mitología griega y pretendieron adorarlos y ofrecerles sacrificios como a unos dioses (Hechos 14,8-18). Sin embargo, hubo dos mujeres, madre e hija, Loida y Eunice que escucharon y abrazaron la fe predicada por Pablo. No tomaron su conversión a la ligera. Por su formación de judías creyentes conocían el compromiso de educar a sus hijos en la fe, como les recordaba la ley antigua: “Guarda en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Se las repetirás a tus hijos, les hablaras de ellas, tanto si están en casa como si va de viaje, acostado y levantado” (Deuteronomio 6,ss). Mañana y tarde, oportuna e inoportunamente en su propia lengua leían las antiguas profecías, para entender mejor el misterio de Cristo que Pablo les había anunciado. Educaron de tal forma a su hijo y nieto, el joven Timoteo (Que significa: el que honra a Dios) que muy pronto la fama de su buena conducta y profundo conocimientos, se extendió entre los cristianos. (Hechos 16. 1-2; 2da de Timoteo 1,3 y 3,14).
Esta abuela y madre habían marcado tal vez con un excesivo cariño a su hijo y nieto, que algunos dicen que este estaba muy apegado a sus mamás y era un tanto tímido, lo que varias veces le valieron, cariñosas reprimendas o regaños del recio San Pablo. Más adelante casi veinte años más tarde Pablo recordara con nostalgia a su “Querido hijo en el evangelio, la fe sincera que había recibido de su madre y su abuela” (2da de Timoteo 3,14).

CARACTERÍSTICAS DE LA ESPIRITUALIDAD DE LOIDA Y EUNICE (2DA DE TIMOTEO 1,7)

Estas dos mujeres influyeron positivamente en la vida de Timoteo:
1.      TERNURA: las madres y abuelas están para sembrar en sus hijos la sensibilidad y la ternura; el Papa Francisco la llama la revolución de la ternura (1ra de Tesalonicenses 2,7)
2.      FE VERDADERA: Loida y Eunice eran auténticas cristianas, no eran hipócritas, su fe no era fingida, mucho menos falsa. Tenía una fe coherente; es decir rezaban, meditaban la Palabra, creían pero actuaban de la misma manera. Abuelas y mamás por favor: “No olviden que sus hijos no son tontos” ellos saben cuando una fe es real y cuando simplemente estoy rezando y mintiendo, cuando mi fe a través de mi forma de vivir, no es coherente con lo que digo creer.
3.      CONFIANZA EN EL PODER DE DIOS: Pablo le recuerda a Timoteo, que no debe ser temeroso sino atrevido y valiente. Ese don del Espíritu lo empiezan a activar la abuela Loida y madre Eunice en su hijo Timoteo. ¿Qué es lo que ven en nosotros, en nuestras abuelas y mamás los hijos?, ¿Será acaso miedo, desconfianza, cobardía? Cuidado, de que se pega se pega.
4.      AMOR: Sembremos en nuestros hijos, amor, del amor de Dios, ese amor que se da y entrega en beneficio de los demás (ágape), enseñémosles el amor no interesado e incondicional (1ra de Corintios 13, 4-7).
5.      DOMINIO PROPIO: Enseñémosles a nuestros niños e hijos a aprender a manejar su carácter; a tener dominio y control, a autodisciplinarse, a dominar su temperamento. Como Loida y Eunice, enseñemósles a buscar agradar a Dios y no agradar a lo que dice  la gente y el mundo. 

Loida y Eunice un buen testimonio y ejemplo de vida para el mundo de hoy que tanto necesita de abuelas y mamás catequistas.


   Roberto Zamudio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: