“DESPIERTOS CON NUESTROS DONES”
PRIMERA LECTURA
PROVERBIOS
31,10-13.19-20.30-31
Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale
mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le
trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino,
los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y
sostiene con la palma de rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el
brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor
merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben
en la plaza. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Vamos
llegando al final del año litúrgico y con él a un tiempo de evaluación de
balance en nuestro caminar de fe frente al Señor y a su palabra.
La
primera lectura de una manera sencilla nos invita a hacer una exaltación a la
mujer sabia, trabajadora y responsable. Importante para la mujer, como la ve el mundo
oriental, no es su figura, no es su belleza y porte físico, que es fugaz y
engañoso. Lo que vale en una mujer desde
la óptica de un mundo bíblico y de hecho en la cultura oriental es su sabiduría,
disposición y responsabilidad en su trabajo a favor del hogar, y su vocación,
su dinamismo, creatividad, generosidad y calidad de su servicio, y siempre la
apertura bondadosa a los más necesitados, los más pobres. Una mujer así merece
toda loa, según el libro de los Proverbios, porque genera vida, confianza,
sirve de apoyo, es alabada por todos y vale más que las perlas. Si tú eres
discípula de Jesús, mírate hoy al espejo de esta palabra y juzga la calidad de tu respuesta.
SALMO
RESPONSORIAL: 127
R./Dichoso el que teme
al Señor.
Dichoso
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos.
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.
Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo describe la felicidad
doméstica del que es fiel al Señor. La paz en el hogar es prenda de la
prosperidad de todo el pueblo y de la iglesia, casa de Dios.
SEGUNDA
LECTURA
1
TESALONISENSES 5,1-6
En lo referente al tiempo y las circunstancias no
necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor
llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "Paz y
seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los
dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros,
hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un
ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la
noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos
vigilantes y despejados. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Prepararse, estar despiertos y vigilantes, no
vivir en la oscuridad, son los consejos a los que invita Pablo a la comunidad
de Tesalónica. Esto quiere decir estar atentos y vigilantes en la vida y en los
sentidos, empezando por el comportamiento, el actuar y el pensamiento, para el
día en que en presencia del mismo Cristo se dé respuesta de la misión realizada
en este mundo. No quiere decir que se esté condicionando era algo o sujeto a lo
otro; se trata de ser coherente con los propósitos o metas que queremos
realizar. En sí en esta segunda lectura Pablo continúa el mensaje del domingo
anterior; invitándonos a estar siempre preparados, preparación que viene de una
conciencia sana que se expresa en la vida. El que vigila está atento en medio
de la oscuridad, cuida y defiende lo que le han entregado bajo su
responsabilidad, somos vigilantes de la vida, del amor, de la justicia, de la
reconciliación, de la paz y la comunión entre los hermanos.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 25, 14-30
“Has
sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
"Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados
de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a
cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos
fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo
lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la
tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso
a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos
y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste;
mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un
empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo
importante; pasa al banquete de tu señor."
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
"Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor
le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel
en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo:
"Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges
donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí
tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente
y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no
esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver
yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al
que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no
tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera,
a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes." Palabra de
Dios.
REFLEXIÓN
El
evangelio por su parte hoy nos habla de los servidores del Señor que han
recibido la responsabilidad de administrar sabiamente sus bienes. A cada uno le
ha dado el Señor unos “talentos”, a unos cinco, a otro dos, a otro uno. Somos,
administradores de esos talentos o carismas de Dios para el servicio de la
comunidad. ¿Qué espera el Señor de
nosotros?, que seamos sabios y fieles.
Servidores de calidad que producen fruto abundante para construir la comunidad.
¿Qué nos promete Dios?. Una palabra de felicitación y de apoyo (bendición), muy
bien siervo, bueno y fiel, que no es otra cosa que una bendición eterna y una
invitación gratuita al banquete definitivo del reino. (“Entra en el banquete de
tu Señor”).
A una
vida entregada generosamente a los demás
y bien administrada, a una felicidad
plena y una comunión eterna con el Señor. Te invito, en esta semana a
hacer tu evaluación de
discípulo(la), y de creyente en este año
que has vivido. ¿Cuál ha sido tu
respuesta?
¿Cuál
ha sido tu esfuerzo y tu logro? ¿Qué puedes ofrecer hoy con gratitud y alegría
en la presencia del Señor?
Como
eco del mensaje de hoy que seamos movidos por el Espíritu del Señor, a la
diligencia, sabiduría y fidelidad (buenos administradores), virtudes que
debemos practicar mientras el Reino de Dios
se instaura plenamente. Esta espera se hace realidad cuando no nos cruzamos
de brazos y nos dedicamos a la pereza. Es necesario trabajar para ir rindiendo
cuentas. Somos inconsecuentes cuando al recibir el mensaje del evangelio lo
enterramos para refugiarnos en una seguridad estéril que nos conducirá a la aridez e incluso a la desesperación.
ORACIÓN
Amado
Padre, son muchos los dones y bendiciones que hemos recibido de ti y tú quieres
que los pongamos al servicio de nuestros hermanos. No merecemos tanta
confianza, pero queremos administrar adecuadamente todo lo que tus nos has dado, para hacer
presente tu reino y colaborar en la transformación de nuestra vida, nuestra familia y nuestro
entorno. Regálanos la gracia de poder escuchar tu voz, seguir tus enseñanzas y vivir bajo tu
voluntad. Amén.
“Que el Señor nos vea
cumpliendo con responsabilidad la misión que nos ha confiado”
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