“QUIÉN CREE EN ÉL HARÁ SUS OBRAS”
PRIMERA
LECTURA
HECHOS
13,44-52
“Sabed
que nos dedicamos a los gentiles”
El sábado
siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la Palabra de Dios. Al ver el
gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las
palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones:
"Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como
la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos
dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz
de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la
tierra."" Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la
palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
La palabra
del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a
las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron
una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos
sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a
Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
Dios tiene caminos para hacer las
cosas y casi siempre maravillosos, aunque impensados. Quien creería que el
sábado siguiente a la predicación de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia,
casi toda la ciudad, se congregó para oír la Palabra de Dios. Ocho días después, la “buena nueva” había
recorrido toda la ciudad. En el mercado,
en las calles, en las tiendas, en las casas, entre los vecinos. Y todos,
curiosos de saber más cosas, se reunieron alrededor de Pablo. Los judíos, al verlo, se llenaron de
envidia y contradecían con blasfemias
cuanto Pablo decía. Este pasaje nos muestra un viraje decisivo en la historia
de la Iglesia. Los apóstoles, después de haber predicado primero a los judíos
en las sinagogas, se verán obligados a dirigirse preferentemente a los gentiles, en los que hallaban unos
oyentes más receptivos. Entonces, dijeron con valentía Pablo y Bernabé: “era
necesario anunciaros a vosotros en
primer lugar la Palabra de Dios pero ya
que la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, mirad, que nos
volvemos a los gentiles”. El pueblo del Antiguo Testamento había sido elegido
primero. Es verdad. Pero no podía monopolizar
la salvación de Dios. Su elección tenía que extenderse a todos los
pueblos: esto estaba previsto y anunciado por los profetas. El Dios del
Universo-mundo ama a todos los hombres y quiere salvarlos a todos.
SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los
confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su
fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han
contemplado
la victoria de nuestro Dios
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto de
aclamación a la realeza de Dios, Señor del universo y de la historia. El
despliegue del poder liberador de Dios
llega a su punto culminante en la encarnación de su Hijo y en la victoria de
este sobre la muerte y el error.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN
14,7-14
“Quien me
ha visto a mí ha visto al Padre “
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocéis a mí, conoceréis
también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le
dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica:
"Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha
visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?
¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo
hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras.
Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os
lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún
mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo
lo haré." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Los judíos conocían a Dios pero no lo habían
experimentado como Padre. La experiencia de Jesús es diferente: el conoce al
Padre y actúa en su nombre. Cuando habla de Dios se refiere a su Padre y a su
proyecto de vida. Ante el pedido de Felipe: “Muéstranos al Padre y eso nos
basta”, Jesús le dice: “Felipe, eso es lo que estoy tratando de revelarles
desde hace tres años: Quien me ve a mí, ve al Padre”. Cuando vemos a Jesús
tratando con tanto cariño a los niños, a los enfermos; tratando con tanta
delicadeza a las mujeres; estamos viendo la ternura del Padre que se manifiesta
en El. Todo lo que Jesús ha dicho y hecho ha sido una progresiva revelación del
Padre. Nadie conoce al Padre si no conoce a Jesús. Es urgente que los
cristianos redescubramos la persona de Jesús de Nazaret. Debemos volver al
Jesús histórico, el que vivió y actuó en la Palestina del siglo primero. En Él
se ha revelado el Padre Dios, providente, misericordioso y lleno de ternura.
ORACIÓN
Amado Jesús, tú
siempre manifiestas que no vienes por ti mismo, sino por el Padre. ¡Qué muestra tan grande de humildad y sencillez,
de fidelidad y amor!, cuando podías haber pasado por el mundo como un gran rey
liberador, por tus propios atributos. Ayúdanos por favor a tenerlo siempre en
cuenta, entender que no somos los
promotores de tu amor sino lo es el Padre a través tuyo. Amén
“Para seguir el
ejemplo de Jesús en la tierra hay que conocerlo desde su Palabra”
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