Santísima
Trinidad
PRIMERA
LECTURA
ÉXODO
34,4B-6.8-9
“Señor,
Señor, Dios compasivo y misericordioso”
En
aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado
el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la
nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor
pasó ante él, proclamando: "Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia y lealtad". Moisés, al momento, se
inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: "Si he obtenido tu favor, que mi
Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona
nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
Biblia nos revela en una palabra quien es Dios: Dios es amor (1 Jn 4,8). Amor
personal (porque te ama a ti, como si sólo a ti amase) amor total (sin medida,
porque la medida del amor es dar sin medida), amor sacrificado (oblativo,
entregado y paciente), amor universal (inclusivo, no excluyente), amor
preferencial (se inclina más hacia el débil). Las lecturas de hoy nos revelan
el perfil, el rostro o la fisonomía de Dios. La lectura del Éxodo lo revela
como un Dios "compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en
clemencia y lealtad" Ex 34,6; y esto inmediatamente después del episodio
de adoración al becerro de oro (Ex 32). Como queriendo contrastar la
infidelidad del Pueblo y la fidelidad de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL: INTERLECCIONAL: DANIEL 3
R.
/ A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito
eres, Señor, Dios de nuestros padres, / bendito tu nombre santo y glorioso. R.
Bendito
eres en el templo de tu santa gloria. R.
Bendito
eres sobre el trono de tu reino. R.
Bendito
eres tú, que, sentado sobre querubines,
sondeas
los abismos. R.
Bendito
eres en la bóveda del cielo. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este cántico, atribuido a los tres jóvenes en el horno
ardiendo, es un salmo en forma de letanía, como el salmo 135, que debía de
recitarse en el templo, y que el autor sagrado ha querido poner en boca de los
tres héroes para expresar sus sentimientos de gratitud a Dios por haberlos
liberado de las llamas al haberse negado a adorar la estatua del rey babilonio Nabucodonosor.
Es un pasaje deuterocanónico, que no hace parte de los salmos, sino que esta
extractado del libro de Daniel. Recitado a la luz de la revelación cristiana,
se dirige al Dios trinitario, donde se nos invita a añadir al cántico la
estrofa: "Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo”
SEGUNDA
LECTURA
2CORINTIOS
13,11-13
“La
gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo”
Hermanos:
Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios
del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso
ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de
Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo,
en la segunda lectura nos desvela el misterio de un Dios Padre, Hijo y Espíritu
Santo, mediante el saludo trinitario a la asamblea: "la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo esté
siempre con ustedes".
LECTURA
DEL EVANGELIO
JUAN
3,16-18
“Dios
mandó a su Hijo para que el mundo se salve por Él”
Tanto
amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de
los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que
cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído
en el nombre del Hijo único de Dios. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Finalmente
el evangelio de hoy, tomado de San Juan, es uno de esos textos cumbres de la
literatura bíblica que revelan una luz especial: "tanto amó Dios al mundo
que entregó a su Hijo" (Jn 3,16).
Éstos
serían como los versículos fundamentales para nuestra fiesta. En primer lugar el
Dios de Israel y de Jesús, es un Dios inserto en la historia. El antiguo y
nuevo Pueblo de Dios no llegaron a la experiencia de Dios, ni por la naturaleza
(religiones naturalistas, tendentes a divinizar la creación), ni por la
filosofía (la elucubración de los filósofos, que a través de las causas
segundas, llegaron a una primera causa: Dios), sino por la historia. Imposible
proclamar a este Dios, dejando de lado los grandes acontecimientos salvíficos:
que "nació de María, la virgen, que padeció bajo Poncio Pilatos, que fue
crucificado, muerto y sepultado", etc., son datos históricos puntuales.
Dejar de lado la historia, sería desencarnar la fe. Un Dios desentendido de la
historia no sería el Dios de los cristianos. En segundo lugar, en esta historia
llena de luces y de sombras, pero guiada de la mano de Yahvé, se va dando un
avance; lo que los teólogos han llamado "la revelación progresiva".
Cuando éramos niños tuvimos una experiencia de Dios que fue madurando poco a
poco hasta hacernos adultos... Se trata de un principio de la pedagogía divina.
El misterio de Dios uno y trino es fruto de esta experiencia de revelación
progresiva en la historia. Revelación cumbre, expresión de maduración: Dios no
es un ser aislado, desentendido de las realidades temporales, solitario. Es un
Dios comunitario, familia, sociedad, fraternidad, etc. Por eso como dijimos al
principio; la cumbre de toda la revelación bíblica es ésta: Dios es amor. Y el
amor nunca es soledad, aislamiento, sino comunión, cercanía, diálogo, alianza.
La
naturaleza misma de Dios es todo un proyecto de vida que revela la naturaleza
misma del alma humana, creada a imagen y semejanza de Dios. De este modo
podemos entender cómo la misma humanidad siente esa necesidad de alianza, aun
en medio de la diferencia. Vivimos en una casa común, somos una familia
(humana), tenemos las mismas necesidades, los mismos problemas. Dios en esta
hora de la historia habla a través de esos signos de un mundo en búsqueda.
En
tercer lugar no hay que estar rompiéndose la cabeza para intentar comprender
(desde nuestra lógica natural) un misterio que nos es dado por revelación, y
que sólo puede ser aceptado plenamente por la fe (La Trinidad). A Dios nadie lo
ha visto jamás, sólo el Hijo que estaba en el seno del Padre, es quien nos lo
ha dado a conocer (Jn 1,18). La fe ciertamente que pasa del oído a la mente, de
la mente al corazón, y del corazón a la vida. No se trata de un proceso
meramente racional. Pues la razón se entiende necesitada de la razonabilidad de
la fe, al reconocerse humilde ante el misterio de Dios. En efecto Dios revela
estas cosas a la gente sencilla, y las esconde a los sabios de este mundo. Esta
es la lógica y la sabiduría de nuestro Dios, muy distinta y muy distante de la
lógica natural, marcada por los egoísmos humanos. Dios entra más fácilmente en el
corazón del niño que en el del adulto, en el corazón del humilde que en el del
soberbio, en el corazón del débil que en el del fuerte.
ORACIÓN
Bendito Dios, Padre-Madre, Hijo y Espíritu Santo, como
tus seguidores y seguidoras, queremos comprometernos a testimoniar con nuestras
palabras y acciones el encuentro con Aquel que nos ha dado a conocer al Dios
humano y divino, que nos enseña la verdadera gracia, el amor y la comunión. Sin
tener un encuentro profundo y a diario contigo es imposible hacerlo. Dios
nuestro, no permitas que los Papás de la tierra, se aparten de Ti que eres
fuente de donde se fortalecen para cumplir este compromiso en su misión. Amén.
“Que diferente seria el mundo si los padres te dijeran: Señor yo
quiero ser como Tú, un buen ejemplo, porque mis hijos quieren ser como yo”
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