martes, 1 de abril de 2014

Lunes 28 de Abril de 2014



EL ANUNCIO DE LA PALABRA POR LA FUERZA DEL ESPÍRITU


PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES  4,23-31

Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la Palabra de Dios
En aquellos días, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oírlo, todos juntos invocaron a Dios en voz alta: "Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; tú inspiraste a tu siervo, nuestro padre David, para que dijera: "¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías." Así fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu Ungido, para realizar cuanto tu poder y tu voluntad habían determinado. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan, y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús." 
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios.   Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Nos va a presentar hoy una de las cualidades fundamentales de la nueva comunidad: es orante. Toda la vida debe ser un ejercicio de encuentro con Dios y la fuerza de la acción de esta nueva comunidad está en relación íntima y estrecha con el Padre Dios. Por eso, cuando Pedro y Juan volvieron a donde estaban reunidos –los suyos-  y contaron lo que había pasado en su encuentro con las autoridades, todos se pusieron a orar. Podían haber tenido otras reacciones: preparar argumentos  y salidas para escapar de la persecución, apelar a otras influencias, pero se pusieron a orar a Dios, a partir de las circunstancias que estaban viviendo. Saben “orar la vida” viéndola desde los ojos de Dios.  El temblor del lugar de la reunión se interpreta, en la Escritura, como asentimiento de Dios: Dios escuchó la oración de aquella comunidad. Los llenó de su Espíritu, como en un renovado Pentecostés, y así pudieron seguir predicando la Palabra, a pesar de los malos augurios de la persecución.

SALMO RESPONSORIAL: 2
R. /Dichosos los que se refugian en ti, Señor.

¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
"Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo". R.

El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
"Yo mismo he establecido a mi rey
en Sión, mi monte santo." R.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza." R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO

La dinastía davídica es para Israel manifestación de una especial providencia de Dios. El escogió a David y a sus descendientes y les prometió bienestar y perpetuidad. Después de la catástrofe nacional (año 587 a.C.) las miradas se volvieron al futuro y se concentran en la esperanza mesiánica. El Nuevo Testamento aplica este salmo a Cristo; ve en su persona y en su obra salvadora la plena y perfecta realización de las promesas hechas a David. 
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,1-8

“El que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios”
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: "Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él." Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo le pregunta: "¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?" Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Las acciones milagrosas de Jesús llaman la atención a Nicodemo, representante oficial del judaísmo y encargado de velar por la doctrina que se enseña a sus contemporáneos en el territorio de su jurisdicción. Nicodemo, junto con un pequeño grupo de fariseos, se siente interesado por Jesús, simpatiza con él pues actúa en nombre de Dios, y por ello decide visitarlo de noche, tiempo preciso para aquellos que sienten miedo de ser juzgados, miedo de verse perjudicados en sus intereses sociales por seguir un proyecto de vida diferente al oficial. Sin embargo, reconocer las obras de Jesús no es suficiente para comprender plenamente el sentido de su misión; hace falta algo más, hace falta “nacer de nuevo”. Cuando Jesús habla de un nuevo nacimiento desde “arriba”, se refiere a cambiar por completo la mentalidad común de comprender a Dios y a los seres humanos; es necesario asumir una nueva mentalidad, nuevos comportamientos y nuevas actitudes que permitan entender y vivenciar la lógica del Reino de Dios. La acción del Espíritu y la eficacia del bautismo posibilitan al hombre y a la mujer abrirse plenamente al misterio de Dios y comprometerse con su proyecto. – ¿Somos conscientes de la misión que hemos asumido por medio del sacramento del bautismo?

ORACIÓN
Suplicamos a ti, Espíritu Santo de Dios, que nos guíes, fortalezcas e ilumines ante los acontecimientos que amenazan e impiden el anuncio de la Palabra de Dios, por eso ayúdanos en este tiempo a renacer de nuevo,  a empoderarnos de nuestra misión, que nuestro espíritu se adhiera a ti  para anunciar y denunciar sin desfallecer la revelación central de nuestra fe y todo lo que vaya en su contra. Amén.


“La vida en el Espíritu también es el resultado de la comunión de dos o más personas que invocan la presencia en Dios en medio de ellas ”

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