martes, 1 de abril de 2014

Viernes 04 de Abril de 2014

“ENTRE PERSECUCIÓN Y MUERTE IGNOMINIOSA”.

PRIMERA LECTURA
SABIDURÍA 2,1a.12-22

“Lo condenaremos a muerte ignominiosa”

Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente: "Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y sólo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás, y su conducta es diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él."

Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Las lecturas de hoy nos invitan a encarar una dura realidad: el bien y los buenos resultan fastidiosos para un mundo lleno de pactos y alianzas con la maldad. Una vez que el mal se ha vuelto un buen negocio y una forma de vida que reporta los dividendos del placer y el lucro, la bondad sólo tiene un nombre: estorbo.
Es tan grande la ilusión de fortaleza que crean las alianzas del mal que los malvados miran con cínico escepticismo los esfuerzos del que quiere ser bueno, y por ello disfrutan del morboso placer de preguntarse en qué parará toda esa virtud si es puesta a prueba. Su mente burlona y cruel necesita asegurarse de que no hay otra posibilidad ni otro camino que aliarse con el mal y por eso les parece imperioso aplastar al que no va por el camino que ellos juzgan único posible.

Y así brotan, en borbotones de sevicia, sus palabras: "Veamos si es verdad lo que dice, comprobemos cómo le va al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo asistirá y lo librará de las manos de sus adversarios. Probémoslo con ofensas y tortura: así veremos hasta dónde llega su paciencia y comprobaremos su resistencia. Condenémoslo a una muerte deshonrosa, pues, según dice, Dios lo librará". ¡Dios! ¡Cómo quisiéramos que estas palabras existieran sólo en los libros de terror y no que fueran, como son, el duro crisol por el que tantas almas buenas han de pasar!

SALMO RESPONSORIAL: 33
R. / El Señor está cerca de los atribulados.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo librará el Señor. R.

Él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
 El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El salmista nos participa su experiencia del amor de Dios y nos invita a hacer nosotros mismos esa experiencia. Él siempre está cercano de aquellos que le aman y le son fieles. Y de quienes se alejan andando por su propia cuenta, no los ha abandonado sino que sale a buscarlos para llevarlos amorosamente de vuelta a Casa, para que todos vivamos como hijos e hijas suyas.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 7,1-2.10.25-30

“Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora”

En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El texto del Evangelio de hoy presenta la introducción a  una serie de acontecimientos de Jesús  a partir de la fiesta “judía” de las Tiendas. En el relato se advierte que a los judíos les entran ganas de matarlo por hacerse igual a Dios. Parece que desde el comienzo “quieren matarlo, pero a partir del signo de Lázaro la decisión se toma en firme. Lo cierto es que hay un intento homicida hacia la persona de Jesús, porque habla y actúa con justicia y valores desde el ser enviado por el Padre, al que conoce, y debe dar a conocer, revelando su verdadero proyecto de justicia y amor. Se observa  cómo la ambición y la iniquidad llevan a aplanear la muerte del justo, con el objetivo de acabar con su presencia incómoda y poner a prueba si es cierto que Dios está de su lado.

En ninguna época de la historia del cristianismo ha sido fácil profesar públicamente la fe en el Dios que se revela en Jesucristo, practicar la justicia en nombre de Él y comprometerse con la vida de los demás. En nuestra época tampoco es fácil, y se cuenta por miles las personas asesinadas  por obrar rectamente y defender causas justas. La vivencia misma del Evangelio conlleva ese riesgo. Si a Jesucristo mismo le quitaron la vida por practicar la justicia en nombre de Dios a favor de los más necesitados de su tiempo, no ha de sorprendernos que hoy, en un mundo que da la espalda a lo sagrado, suceda lo  mismo con sus discípulos(as) misioneros (as) y con toda aquella persona que luche misericordiosamente por la justicia.

ORACIÓN
Necesitamos tanto, quienes nos consideramos tus seguidores, tener una vivencia auténtica del Evangelio, aunque eso nos lleve a renuncias y riesgos. Por favor, Señor, ayúdanos a emprender desde la fe acciones en bien de los necesitados y pobres que tengamos a nuestro alrededor, aún en medio del peligro y a lo que tengamos que renunciar. Amén.


“Nunca es mal momento para obrar bien, aunque nos cueste”  

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