“LA PASIÓN DEL
AMOR POR CRISTO”
PRIMERA
LECTURA
1TESALONICENSES
4,1-8
“Esto
quiere Dios de vosotros: una vida sagrada”
Hermanos,
por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo
proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis
las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. Esto quiere Dios de
vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que sepa cada cual
controlar su propio cuerpo santa y respetuosamente, sin dejarse arrastrar por
la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Y que en este asunto
nadie ofenda a su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga
todo esto, como ya os dijimos y aseguramos. Dios no nos ha llamado a una vida
impura, sino sagrada. Por consiguiente, el que desprecia este mandato no
desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
Escuchábamos
ayer cómo se alegraba y se consolaba Pablo por las noticias recibidas de la
comunidad de Tesalónica, que tan buen ejemplo daba a todas. Pero, al final, en
las páginas que leemos hoy y mañana, incluye unas exhortaciones para que
mejoren y se afiancen en el nuevo camino.
La
primera lectura condensa el ideal de la vida cristiana en la palabra santidad.
Y es admirable el valor de Pablo al predicar a los fieles de Tesalónica, en
efecto, Pablo, habla de la pureza, particularmente en el matrimonio, a una
gente que estaba acostumbrada a todo tipo de excesos y que miraba la
infidelidad en la pareja con una mezcla de cinismo y resignación.
Dios
tiene un plan, positivo y gozoso, sobre la vida sexual, pero en torno a ella y
desde siempre, hay mentalidades que no quieren más puntos de referencia que el
propio gusto. Por eso debemos defendernos de los criterios del mundo, si son
contrarios a los de Dios, sin dejarnos desviar por las costumbres que no pueden
admitirse en la vida de un verdadero cristiano. Esto conviene recordarlo porque
nos hace ver que no es el Evangelio el que tiene que adaptarse al mundo sino al
revés. Si el mensaje del Evangelio tuviera que adaptarse al mundo Pablo habría
tenido que alabar las costumbres paganas, o por lo menos hacer caso omiso de su
estilo de vida en Tesalónica. Muy al contrario, este verdadero testigo de
Cristo tomó el camino arduo y pedregoso y como quien anuncia la Cruz, predicó
que la pureza era no sólo hermosa, sino necesaria para todo aquel que quiera
seguir el camino de Dios. No es este un asunto de obedecer opiniones humanas
sino de seguir o no seguir la senda que Dios mismo ha querido para nosotros.
Frente a un mundo que trata al sexo desde la trivialidad, también nosotros hoy
tenemos una doble lucha: la búsqueda de la genuina pureza de corazón, nacida
del amor a Cristo, y su anuncio a la gente de nuestro tiempo. No tendremos la
victoria si no luchamos por este mensaje, y si lo guía Cristo, no quedará sin
victoria.
SALMO
RESPONSORIAL: 96
R.
/ Alegraos, justos, con el Señor.
El
Señor reina, la tierra goza,
se
alegran las islas innumerables.
Justicia
y derecho sostienen su trono. R.
Los
montes se derriten como cera
ante
el dueño de toda la tierra;
los
cielos pregonan su justicia,
y
todos los pueblos contemplan su gloria. R.
El
Señor ama al que aborrece el mal,
protege
la vida de sus fieles
y
los libra de los malvados. R.
Amanece
la luz para el justo,
y
la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos,
justos, con el Señor,
celebrad
su santo nombre. R.
OREMOS CON EL SALMO
Otro canto de alabanza y de alegría
al Dios de las victorias. La verdadera victoria de Dios es la de Jesús,
representada por su gran amor de entrega por la humanidad.
LECTURA
DEL EVANGELIO
MATEO
25,1-13
“¡Que
llega el esposo, salid a recibirlo!”
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Se parecerá el
reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a
esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las
necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se
llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño
a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el
esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas
doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las
sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las
lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay
bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo
compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más
tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor,
ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por
tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Es
probable que en la comunidad de Mateo creciera la preocupación por la
inminencia de la parusía (la Segunda Venida de Jesús). Las especulaciones sobre
lo que ya iba a ocurrir impedían la concentración y la madurez de la comunidad.
El hecho de que nadie supiera ni el día ni la hora aumentaba la incertidumbre.
No queda otra opción que estar bien preparados. La parábola de las vírgenes
necias y prudentes responde a esta preocupación. Ellas simbolizan las dos
alternativas que tenemos de prepararnos para esperar la llegada del novio
Jesús. Todas tienen las mismas posibilidades, la misma información y los mismos
instrumentos. Las lámparas encendidas simbolizan la resurrección que ilumina
aún las noches más largas y oscuras. Ante la llegada del novio, las prudentes
están preparadas, porque desde su experiencia de vida han aprendido a mantener
encendida la llama de la vida. Las necias en cambio dejan para el final lo que
tuvieron que hacer desde el principio. Estar preparados significa estar
despiertos y activos para escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios. –
Para los cristianos de hoy el panorama cambia, dado que el Reino de Dios ya
está entre nosotros. Tenemos que estar preparados y activos para hacerlo
visible y atractivo a las nuevas generaciones.
ORACIÓN
Señor
queremos tener plena conciencia que el anunciar el evangelio nace de un amor,
casi incomprensible por Ti, así como es el tuyo. Por favor queremos llevar a
nuestro prójimo a apasionarse por ti, por tu propuesta. Que tu Espíritu Santo
nos inunde de ese amor para reproducir
una verdadera campaña política, como la tuya y la de tus discípulos(as): la del
amor a ti que genera personas y sociedades basadas en
la justicia, misericordia, solidaridad, paz y abundancia desde la tierra que
nos prestaste. Amén
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