jueves, 1 de noviembre de 2012

REFLEXIÓN


EN LAS DIFICULTADES NOS MANTENEMOS FUERTES GRACIAS A ÉL

En este mes de noviembre que inicia con la celebración del Día de los Difuntos, muchos tendemos  a entristecernos y llenarnos de vacío y de dolor, por los recuerdos. Sea ésta,  una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre el sentido de las dificultades, sufrimientos y problemas. He oído en repetidas ocasiones que los problemas son lecciones que debemos aprender, que detrás de cada dificultad y sufrimiento hay bendiciones y debemos darle gracias a la vida porque nos permite enfrentar situaciones adversas y nos posibilita pelear batallas duras, muy difíciles. Recuerdo que un amigo al oír una de estas expresiones afirmó: “¡entonces, según esto, yo estoy haciendo un doctorado, porque qué pocotón de problemas por los que estoy atravesando!”.
Creo que aprendemos mucho de todas estas situaciones que nos hacen sufrir; de esos recuerdos tristes que  nos duelen y no quisiéramos tener. También me parece que tendríamos que trabajar más en el cómo hacer que esas experiencias duras, difíciles, se vuelvan como un trampolín para llegar a estados mejores de nuestra vida.

Para ello te propongo tres reflexiones:

1.            Reconocer las dificultades y los problemas que tenemos, nunca negarlos, pues nada hacemos disfrazando la realidad y tratando de huir de ella. Si tenemos una situación dura, lo primero que debemos hacer es aceptarla. Tomar conciencia de qué es realmente, cómo se produjo, qué actores están presentes y por qué y cómo puedo solucionarla. Nunca culpes a nadie. Encontrar culpables no soluciona los problemas, a veces lo que hace es agravarlos. Es bueno ver quiénes son los responsables para ver qué se puede hacer; pero no sirve de nada señalar con el dedo índice a los otros con quienes compartimos la vida.
2.            Es necesario ser valientes (Josué 1, 8-9). No podemos desesperarnos ni angustiarnos, frente a los problemas y dificultades; sino que debemos enfrentarlos. Ante todo problema, siempre hay una solución. Hay que desterrar el negativismo de nuestra manera de pensar y de hablar. Hay que hacerse sordo a todos esos comentarios de los “pesimistas y negativos” que tratarán de desanimarte y decirte que te des por vencido(a).
3.            El camino de la fe o espiritualidad es fundamental. En épocas de dificultades o crisis Dios debe ser el centro de la vida, y en Jesús, como Señor y Salvador, dejar que pronuncie palabras de vida eterna, su Palabra nos levanta, nos llena de sabiduría, sana y anima. En tiempos de dificultades el reto es acercarnos a tener una relación íntima e intensa con Jesús, el Dios de la vida. Necesitamos conocerlo, amarlo, servirlo y dejar que su presencia, sea poder, es decir, su Espíritu nos guíe y nos haga crecer; cuando llegan los dolores, Él los consuela; cuando llegan las derrotas Él está a nuestro lado para levantarnos; cuando estamos a oscuras, Él es la luz que se enciende y nos orienta. Pero sobre todo, cuando estamos en relación con Él, sabemos que todo lo que nos sucede es para nuestro bien (Rom. 8, 28-37).

Te invito en este mes a identificar el problema que tienes y su posible origen. Asúmelo y míralo con una actitud de fe, optimismo y esperanza. Desde la sabiduría de Dios busca luces para solucionar la dificultad que estás atravesando en este momento.

¡Vamos levántate!, ten ánimo en medio de tu necesidad, de tu problema o dificultad, Dios está contigo.

Oro por ti y tu familia y te bendigo en este nuevo mes.

Robero Zamudio

ORACIONES



AL COMENZAR EL DÍA

Señor  anhelamos en cada mañana de este penúltimo mes del año, levantar las  manos para alabarte y bendecirte, aunque tal vez no tengamos fuerzas por las situaciones difíciles que estemos viviendo. Porque sabemos que refugiados(as) en tu presencia, sin separarnos de Ti y escuchado tu Palabra,  podremos vaciar nuestra humanidad para ser consolados, alimentados  y animados y así no desfallecer.
Que al salir a nuestro entorno estemos tan llenos(as) de Ti, tan saciados(as) de tu amor  que reflejemos  paz, seguridad y esperanza, si Señor, aunque no tengamos fuerzas, porque Tú llenas nuestro espacio  y haces que el corazón no vacile y se fortifique  para compartir, para dar y servir, haciéndonos así  un reflejo de tu amor.
Nos ponemos en tus manos, para que nada nos arrebate de Ti , dándote infinitas gracias por esta sencilla mañana, por este maravilloso día que nos darás y por todas las personas que a nuestro alrededor colocas para descubrir que a través de ellas nos confortas, nos demuestras cuanto nos amas y nos animas a seguir adelante. Amén


AL FINALIZAR EL DÍA

Te damos gracias Señor por todo lo  que nos has dado. Gracias porque nos has hecho pensar de nuevo en todo lo bueno que hay en nuestro ser. Gracias porque nos sentimos con muchas posibilidades, con esperanzas, con sueños y, sobre todo, con la certeza que podremos ser felices, en medio de todas las dificultades que la vida nos trae. Estamos optimistas, sabemos que podemos ganar y  ser personas llenas de posibilidades. Gracias por todas las cosas buenas que nos vas a dar mientras dormimos, Estamos seguros(as),  Dios, que nunca nos vas a dejar y que hoy estarás liberándonos y llenándonos de gozo mientras descansamos en tus manos. Suplicamos tu bendición para las personas que amamos y en este momento están necesitadas de tu mirada amorosa. Te amamos Señor y gracias por amarnos. Amén.

PROMESA BÏBLICA DEL MES




“Aunque estemos llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos”

                                                                               2° CORINTIOS 4,8

Jueves 1 de Noviembre 2012


“LA SALVACIÓN ES PARA TODOS NO PARA UN GRUPO SELECTO”

PRIMERA LECTURA
APOCALIPSIS 7,2-4.9-14

“Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: "No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios." Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Después esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: "¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!" Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: "Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén."
Y uno de los ancianos me dijo: "Ésos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?" Yo le respondí: "Señor mío, tú lo sabrás." Él me respondió: "Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Lo primero que atrae nuestra atención en este día es la contundente manifestación del bien. Estamos acostumbrados a que el mal haga espectáculo. El mal es notorio y llega a volverse notable, y nuestra mente quizá ha llegado a acostumbrarse a eso. La primera lectura cambia este hábito de nuestra mente: "una muchedumbre que nadie podría contar" (Ap.7,9). Después de todo, el bien también existe; está entre nosotros, aunque, por ahora, permanece de modo casi invisible.
En esa muchedumbre el vidente del Apocalipsis encuentra gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación. Otra imagen que nos sorprende. Tal vez estamos acostumbrados a pensar la salvación en términos de élites y de exclusiones: los del hemisferio Norte tienen un nivel de vida, y los del Sur, otro; los ricos gozan lo que no pueden disfrutar los pobres; los educados y los incultos, los sanos y los enfermos. Siempre parece que la salvación y la felicidad son para un grupo cerrado que deja excluido al resto. La alegría del Apocalipsis es distinta; en ella la exclusión ha sido excluida.
La muchedumbre de la tierra se une a la muchedumbre del cielo. Pensábamos que luchábamos solos, que sufríamos solos, que no teníamos más compañía que nuestras propias ideas y recursos. De repente, el velo se corre y vemos que estamos y que siempre estuvimos acompañados. Millares de ángeles se gozan en el mismo Dios nuestro, y nuestro gozo es su mismo gozo.

SALMO RESPONSORIAL: 23
R./ Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
 el orbe y todos sus habitantes:
 él la fundó sobre los mares,
 él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
 El hombre de manos inocentes
 y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

SEGUNDA LECTURA
1 JUAN 3, 1-3

“Veremos a Dios tal cual es”

Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a Él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en Él, se purifica a sí mismo, como él es puro.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Nos hace una afirmación contundente: el Padre nos ama y nos ha llamado hijos suyos. La filiación la recibimos por Cristo, en Él somos hijos del Padre que nos ama aunque todavía no se manifieste lo que seremos. Aunque no seamos santos, ni perfectos como Él quiere, Dios Padre, tiene siempre la esperanza abierta a que lo seamos, a que hagamos vida ese proyecto suyo. Vamos a ser semejantes a Él en todo, purificados en su amor, sin embargo, aún estamos lejos de vivir esa realidad y por eso nos invita a hacer su voluntad por medio de su Hijo y espera de nosotros que así sea. Esta confianza de Dios debe ser respondida con actitudes existenciales de nuestra parte, de apertura de amor, de compromiso con su voluntad, de resistencia al pecado.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,1-12a

"Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo"

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y Él se puso a hablar, enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Hoy celebramos en nuestra liturgia la fiesta de todos los santos. Dios nos quiere a todos felices y para alcanzar esa plenitud en la comunión con Él, nos hace hoy esta invitación a ser santos como Él es santo (Lev.19,2).  Esta festividad nos representa visualmente a toda la multitud de los redimidos para descubrirnos el destino que nos espera también a nosotros, como peregrinos en esta vida. Es, además, un motivo para hacernos conscientes de nuestra solidaridad con todos aquellos que nos han precedido en el mundo del espíritu. Todos aquellos, que ya viven frente a Dios, y que siguen dando esperanza en el recuerdo e impulso a nuestra vida.

Infortunadamente se sigue pensando que los santos fueron unos personajes extraños de los primeros siglos de la era cristiana o de la edad media, mas no de nuestros tiempos. Se ha creído que la santidad consiste en hacer cosas extrañas, adquirir posturas o espiritualidades raras, místicas. Ser santo al estilo de Jesús es simplemente tratar de reproducir la imagen de Cristo, asumiendo y comprometiéndome con su Palabra y su proyecto de vida. Por tanto podemos afirmar que la santidad no es una propuesta inalcanzable, se trata con la ayuda y guía del Espíritu Santo de ser fiel, ir hasta el final, permanecer y perseveras en el camino de Dios, cubrir la distancia, como el Padre con su Hijo (Mateo 5,48).

Para iluminar esta fiesta se nos propone los primeros doce versículos de mateo 5. En la tradición este pasaje se ha denominado el texto del “sermón del monte o de las bienaventuranzas”. Según mateo 5,1 este anuncio testimonial de Jesús va dirigido a las muchedumbres. Sin embargo, en un círculo más próximo, se hallan los discípulos, y para superar la experiencia de Moisés en el Sinaí, el Hijo de Dios, desde un monte entrega la nueva enseñanza y propuesta de vida a todos los suyos. Jesús camina para enseñar con su propia vida, pero también, como en este caso se “sienta” para darnos en su Palabra una explicación de la manera como entiende su existencia.

Las bienaventuranzas proclamadas por Jesús a sus discípulos representan, de manera sintética, una nueva forma de comprender la acción de Dios en la humanidad. No son una nueva ley que determina estrictamente la vida de sus seguidores, sino una propuesta de vida que tiene como eje fundamental la misericordia. Son verdaderamente felices y santos los que viven según la misericordia, es decir, aquellos que reaccionan ante el sufrimiento ajeno y buscan erradicarlo movidos simplemente por el amor al otro.

Con las bienaventuranzas Jesús está expresando su más profundo querer: que todos los seres humanos sean felices, en especial aquellos que son víctimas de la injusticia social; es el nuevo programa del reinado de Dios, es la expresión de la voluntad de Dios para sus hijos, es la respuesta amorosa de Dios para los que sufren por su causa. Aquí encontramos un nuevo orden de valores y realidades: son felices los pobres, los mansos, los afligidos, los perseguidos, en últimas, aquellos que no representan algún poder o importancia en la sociedad. Seguir entonces a Jesús implica abrir los ojos y los oídos al mundo de los pobres, pasar por nuestro corazón sus situaciones de dolor y actuar misericordiosamente, es lo que verdaderamente nos conduce a la santidad.

ORACIÓN
Señor, gracias porque hoy tu Palabra nos lleva a comprender que todos y todas sin distinción,  estamos llamados(as)  a vivir en comunión contigo para desarrollar tu proyecto de justicia, paz e igualdad. Que sin dejar de ser  comunes y corrientes, si practicamos el don del amor, que nos hace humildes y sencillos de corazón, podremos ser de los miles que lucharon y luchan por  ser fermento, sal y luz desde sus realidades de vida.  Amén

Viernes 2 de Noviembre 2012


“JESÚS, MOTIVO PARA CREER Y CELEBRAR LA VIDA HOY Y DESPUÉS DEL GRAN PASO”          


PRIMERA LECTURA
2 MACABEOS 12, 43-46  

 Efectuó entre sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos. Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El texto que nos propone la liturgia de la celebración de los fieles difuntos es 2 Macabeos en el capítulo 12, es un escrito muy tardío del antiguo testamento. Durante la dominación griega en Jerusalén, hacia el siglo II antes de Cristo nos cuenta como, después de la batalla contra  Gorguias, el ejército de Judas Macabeo fue a recoger los muertos para darles sepultura y encontraron en muchos de ellos “objetos consagrados a los ídolos” que la ley prohíbe a los judíos. Judas macabeo, entonces ofrece una celebración de sacrificios de expiación, unos , para pedir perdón de los pecados; pero con el pensamiento puesto en la resurrección.
Hay aquí dos elementos muy propios de nuestra experiencia cristiana: la conciencia del pecado comunitario, que lleva a celebrar un sacrificio para pedir perdón, y la esperanza puesta en la resurrección. Lo segundo da confianza para lo primero; porque creemos en la resurrección, pedimos perdón a Dios por el pecado de todos, no solo por lo pecados de nuestros difuntos.        

SALMO RESPONSORIAL 129
R. / Desde lo hondo grito a Ti, Señor.

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.


Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.


Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora R.


Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.


SEGUNDA LECTURA
ROMANOS 6,3-9

¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? 

Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.

Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El texto que nos regala la liturgia se comprende mejor si se piensa en el bautismo primitivo cuando se usaba en el rito de la inmersión: el signo de sumergirse en el agua y salir de ella expresa muy bien lo que sucede a través de este rito: el hombre se une a Cristo sepultado en la muerte y resucitado de entre los muertos. Eso tiene una primera consecuencia: esta unión con Cristo trae un cambio en el modo de vivir. El que se ha unido conscientemente con Él, ciertamente querrá vivir del modo más parecido, sin pecado. Y esta unión tiene una segunda consecuencia que es vivir con Él más allá de la muerte. El cristiano cree que Jesús ha resucitado y vive para siempre, y por eso cree también que el que se ha sumergido con El en la muerte vivirá también por siempre.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14, 1-6

“EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS HABITACIONES Y YO LES ESTOY PREPARANDO LA SUYA”

"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."
Tomás le dijo a Jesús:
--Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Los que nos han precedido, nos han dejado una herencia vivida en el amor y en la fe, en el sacrificio y en el trabajo. Por eso, celebrar hoy la conmemoración de los fieles difuntos es la manifestación fraterna de nuestra solicitud cristiana y de nuestro agradecimiento por nuestros seres queridos. El sacrificio de Cristo en la cruz, nos alcanza la salvación, abre a ellos y a nosotros la esperanza de la vida eterna. El apóstol Pablo nos anuncia hoy un mensaje de alegría, de esperanza y victoria; ante la muerte, Pablo no quiere que vivamos tristes y desconsolados como los que no tienen esperanza. Para un cristiano la muerte no puede ser el final, sino el comienzo de una vida nueva, pues tiene la absoluta certeza de que Dios le concede participar de la muerte de Jesús para resucitar victorioso con Él.

Hoy es una noticia consoladora saber que si participamos de la muerte de Cristo, también participaremos un día de su gloriosa resurrección. San Pablo le reprocha a la comunidad de Corinto y nos sigue reprochando a nosotros fuertemente: “si se proclama que Cristo resucitó de la muerte, ¿cómo algunos de ustedes siguen diciendo que no hay resurrección de los muertos?” (1 de corintios 15,12). Recordamos en este día con afecto y gratitud a todos nuestros seres queridos difuntos con la feliz esperanza de que un día nos encontraremos todos en el gran banquete del Reino de Dios.
El evangelio de este día nos confirma, a través de la resurrección de Jesús, que la vida está por encima de la muerte. La vida es el destino de la humanidad, pues es el querer de Dios, es su proyecto; y es este proyecto el que Jesús vivió y proclamó: que todos y todas tuviéramos vida abundante y digna. Los que presenciaban la agonía de Jesús en la cruz creían que era la derrota de un hombre y de un proyecto, no la donación de una vida a favor de la humanidad; el único que confiesa la acción salvífica de Dios efectuada en Jesús es el centurión romano: Realmente este hombre era Hijo de Dios; esta confesión nos lleva a afirmar que la muerte, y con ella todos los sistemas que ciegan la vida, es derrotada. Por lo tanto, la fe que confesamos debe estar apoyada por verdaderas acciones que defiendan la vida, tal como lo hizo Jesús de Nazaret.

ORACIÒN
Amado Jesús Tú nos llamas a ver con claridad el sentido del paso de este mundo a la verdadera resurrección, aquella que nos acerca a ti desde el hoy y que permitirá que nos reconozcas cuando regresemos a tu dimensión de libertad y plenitud. Ayúdanos por favor a tomar conciencia de nuestra misión en este  mundo, a partir de la comunión contigo velando por tus preferidos; Te agradecemos también por los que ya pasaron y dejaron huellas de amor en nuestra vida. Amén

Sábado 3 de noviembre 2012


SAN MARTIN DE PORRES

“PARA EL CREYENTE, LA VIDA ES CRISTO, Y HACERSE PEQUEÑO UNA  GANANCIA”

PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 1,18-26

“Para mí el vivir es Cristo, y la muerte ganancia”

Hermanos: De la manera que sea, con segundas intenciones o con sinceridad, se anuncia a Cristo, y yo me alegro; y me seguiré alegrando, porque sé que esto será para mi bien, gracias a vuestras oraciones y al Espíritu de Jesucristo que me socorre. Lo espero con impaciencia, porque en ningún caso saldré derrotado; al contrario, ahora, como siempre, Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en este dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para que avancéis alegres en la fe, de modo que el orgullo que sentís por mí en Jesucristo rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El título dice que Dios puede valerse de muchos medios para hacer que su Reino crezca en medio de la humanidad, incluso de las circunstancias que parecieran más adversas, como la muerte misma. Así mismo Cristo es la vida del cristiano: Esta vida se desarrolla en medio de tensiones, pero todo fluye para bien de los que aman a Dios. Cuando se vive según Cristo, es decir en clave del Amor, las alegrías, los triunfos, así como las persecuciones y la muerte sirven para darle gloria al Dios mismo. La meta del cristiano es llegar a sentir que todo, incluyendo la muerte es de Cristo. Anunciar el evangelio no es andar siempre con las palabras de la Biblia en los labios sino encarnar sus valores en cada situación que se hace y se vive. Cristo puede ser predicado también por los que son de otra corriente religiosa, diferente a la nuestra, pero que viven de manera coherente con la voz de Dios que les habla desde su propia conciencia, que les lleva a preocuparse de sus hermanos y de restablecer la justicia y la misericordia que han sido desterrados.

SALMO RESPONSORIAL: 41
R./ Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Como busca la cierva
 corrientes de agua,
 así mi alma te busca
a ti, Dios mío. R.

Tiene sed de Dios,
 del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios? R.

Recuerdo cómo marchaba a la cabeza del grupo
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 14, 1-11

“El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido

En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá: "Cédele el puesto a éste". Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba". Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".
Pero ¿qué importa? De cualquier manera, con sinceridad o sin ella, anuncian a Cristo; y esto me causa alegría.

Y todavía me alegraré más, pues yo sé que todo esto será para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo. Pues espero firmemente que Dios no me dejará quedar mal, sino que, ahora como siempre, se mostrará públicamente en mí la grandeza de Cristo, tanto si sigo vivo como si muero. Porque para mí, seguir viviendo es Cristo, y morir, una ganancia. Y si al seguir viviendo en este cuerpo, mi trabajo puede producir tanto fruto, entonces no sé qué escogerme es difícil decidirme por una de las dos cosas: por un lado, quisiera morir para ir a estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor para mí; pero, por otro lado, a causa de ustedes es más necesario que siga viviendo. Y como estoy convencido de esto, sé que me quedaré todavía con ustedes, para ayudarlos a seguir adelante y a tener más gozo en su fe. Así me tendrán otra vez entre ustedes, y haré que aumente su orgullo en Cristo Jesús.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy la comunidad lucana nos pone en sintonía con uno de los temas vitales de la comunidad de su tiempo: El del prestigio y el honor de ocupar los primeros puestos. En la mesa de los fariseos hay disputas por esos primeros puestos. Todos los invitados los desean. Los primeros en ocuparlos son los distinguidos los supuestos elegidos. Para ellos “ocupar los últimos puestos es una vergüenza” se muestra en este escenario, en contexto de la mesa y de la comida, el reflejo de la estratificación y exclusión social del tiempo de Jesús. Sin embargo, en la mesa del Reino de Dios los invitados buscan el último puesto. En la mesa de Jesús los últimos suben y los primeros deben estar dispuestos a bajar de manera que se llegue a conformar una mesa en la equidad, donde no haya jerarquías opresoras y delimitadoras de la dignidad humana.

Los invitados a la mesa del Reino, son invitados al gran banquete que es abierto a todos, en especial a los más pobres, necesitados, marginados, que en el evangelio son los considerados los “últimos”. El verdadero honor y prestigio evangélico del discípulo de Jesús tiene que pasar por el permanente servicio desinteresado a los demás. Estos son los rostros y las coordenadas del Reino de Dios.

ORACIÓN
Cuando nos llamas y comenzamos a pensar, ver y sentir diferente, es porque vamos descubriendo tu propuesta de amor misericordioso, dadivoso y servidor  en este proceso necesitamos mucho de tu ayuda para poder vivir el servicio desde el abajarnos para pensar en el otro y brindarle nuestro ser para que crezca como persona, sin que nos hagamos notar. Ayúdanos por favor. Amén

Domingo 4 de noviembre 2012


“LO QUE CUENTA ES EL AMOR A DIOS Y 
AL PRÓJIMO”

PRIMERA LECTURA
DEUTERONOMIO 6, 2-6

“Escucha Israel: Amarás al Señor con todo el corazón”

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria."   Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La redacción de este pasaje, aunque aparenta ser de una época previa a la conquista y posesión de la tierra, en realidad es de una época en la cual Israel ha probado y experimentado en carne propia lo que significa no escuchar poniendo en práctica los mandatos y preceptos del Señor. Estamos en la llamada época del post-exilio, Israel ha pasado por las experiencias históricas más crueles y difíciles: desaparición del sistema solidario tribal, aparición de la monarquía (punto de partida de todos sus pecados), división del reino, destrucción de ambos reinos, deportación... En todo momento Israel fue instruido por medio de los profetas que siempre lo invitaban a reorientar su camino, pero la queja de Dios fue siempre constante: «Israel no me escucha» (Sof 3,2), no me obedece, va camino a la perdición...
Las experiencias históricas obligan a Israel a aprender qué significa escuchar a su Dios y poner en práctica su Palabra, su instrucción. Con base en todo lo que le ha pasado, Israel descubre que los mandatos del Señor no buscan atarlo, cerrarle horizontes ni poner a todo un pueblo bajo la dirección de un Dios caprichoso. No es un Dios cualquiera el que libre y espontáneamente ha optado por este pueblo, es un Dios de Vida que sólo busca orientar al pueblo por sendas de vida. Israel no entendió siempre así el propósito de Dios y se fue detrás de otros dioses, y cuando se metió en el proyecto de otras divinidades empezó a perderse, se confundió y resultó siendo peor que otros pueblos que no conocían al verdadero y único Dios. Así pues, después de sobrevivir a las más duras experiencias, Israel vuelve a recordar cuál era desde el principio la propuesta de su Dios: amarlo sólo a él, buscarlo sólo a él y no confiarse de ninguna otra propuesta por más llamativa que fuera para no volver a caer en un fracaso peor.

SALMO RESPONSORIAL: 17
R. / Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R.

SEGUNDA LECTURA
HEBREOS 7, 23-28

“Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa”.

Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes del Antiguo Testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día- como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo-, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidad. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El Texto de Hebreos dentro del tema que nos propone hoy la liturgia,  es tratar de confrontar la vida, por las dimensiones fundamentales del verbo “AMAR”; siendo una oportunidad para mirar si el amor que profesamos a Dios se vuelve vida en relación al prójimo. El autor de la carta de  Hebreos lo relaciona, el amor en clave de servicio (sacerdocio), en este caso servicio sacerdocio eterno de Jesús, adquirido por la ofrenda gratuita de su propia vida, signo del verdadero rito agradable a Dios.  Su sacerdocio, descrito con toda clase de calificativos, es el modelo del verdadero amor oblativo.  Por eso la comunidad de los hebreos nos invita a celebrar el día del Señor (domingo) acercándonos a Jesús centro de la celebración con un corazón sincero y con una total confianza; dejemos que su único sacrificio, por nuestros muchos pecados nos otorgue la vida eterna (vida nueva). Cada celebración eucarística es una invitación a actualizar su sacrificio sacerdotal en la atenta escucha de la palabra y en la fracción del pan. Jesús en la cruz se ha ofrecido por nosotros,     ofrezcámosles nosotros también un sacrificio de acción de gracias y alabanza en la entrega y servicio a nuestro prójimo.     
    
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 12, 28b-34

“No estás lejos del reino de Dios”

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "-El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios."Jesús. Viendo, que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús se encuentra con que su pueblo cumple con una norma de varios siglos. Todos los días, tres veces al día todo israelita varón recita el «Escucha Israel... el Señor nuestro Dios es uno sólo, a él amarás...», el shemá, pero como sucedía desde, ese shemá se quedó solo en el campo auditivo, al campo de la práctica no se ve, y eso es lo que Jesús denuncia a lo largo de su ministerio, muchas palabras, muchas normas y preceptos, mucho apelo a Dios para todo, muchas frases de la ley en los bordes del manto, en el marco de las puertas, en el brazo, en la frente, pero nada en el corazón y menos aún en la vida ordinaria, en la práctica cotidiana.
En la comunidad de Marcos se están presentando situaciones similares a las del judaísmo. Las normas y preceptos que conocen los primeros cristianos son necesariamente aquellas que vienen del mundo judío; ahora, ¿serán de obligatorio cumplimiento todos esos preceptos en esta nueva experiencia de vida que se supone está animada por la presencia viva del Señor resucitado? Lo primero y más importante que los creyentes deben tener en cuenta es que no se trata de una adhesión a una divinidad distinta a la del judaísmo. Es el mismo Dios revelado al pueblo de Israel y en la Escritura, es el mismo Dios de Jesús, por tanto lo que primero tiene que hacer el cristiano es profesar su fe, amor y adhesión a ese Único Dios en términos de «escuchar» su Palabra y ponerse en función de obedecerle. Ese es el proyecto de vida de Jesús, eso fue lo que movió toda su vida y su obra y eso es lo que tiene que mantener vivo al cristiano, su adhesión a ese único y verdadero Dios a quien no le interesa otra cosa que el amor y adhesión a Él, que lo vivan sus fieles en el amor mutuo y fraterno. Pero no tiene sentido para Jesús hablar del amor a Dios sin tener en cuenta la ÚNICA puerta de acceso a Él: el prójimo.

ORACIÓN
Gracias porque en estos días la Palabra nos anima al discernimiento sobre el verdadero sentido del amor, llevándonos a hacernos preguntas: ¿Cuánto amo?, ¿Cuánto soy capaz de salir de mi confort para dar a los demás?, ¿será que me quedo en el sustantivo y no ejecuto el verbo? ¡Ay! Señor ayúdanos a vivir el verdadero sentido del amor, por favor capacítanos a tu ejemplo. Amén

Lunes 5 de noviembre de 2012



“LA MOTIVACION PROFUNDA DE LA COMUNIDAD: UN MISMO AMOR Y UN SOLO ESPÍRITU”


PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 2, 1-4

“Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes

Hermanos: Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Es sabido que el apóstol tuvo una relación de particular amor con esta comunidad de Filipo, hacia la cual desplegó sentimientos de singular delicadeza y expresividad. Podemos decir que para los filipenses Pablo tuvo más el corazón de un amigo entrañable que el de un simple predicador o maestro.
Y desde esa relación cálida brotan los consejos que hoy hemos escuchado: unidad, paz, humildad. En la mente de Pablo estas tres realidades están tan conexas que se diría que son una sola. No es posible tener alguna sin tener las otras dos. Aunque, si pensamos bien, la raíz está en la humildad: de ella nace la capacidad de acoger, que engendra unidad, y la capacidad de perdonar y apoyar, que hace posible la paz.
La humildad, pues, no es una decoración espiritual o una virtud entre otras: es la condición ineludible para hacer presente el misterio de Cristo en medio de la comunidad. Esto explica el tono suplicante y firme a la vez con el que Pablo quiere que reine la humildad en medio de sus amados filipenses: " Si de algo vale una advertencia hecha en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu, si tienen un corazón compasivo, llénenme de alegría..."

SALMO RESPONSORIAL: 130
R./ Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.

Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre. R.

Espera Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 14, 12-14

No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados

En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado: "Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos."   Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús desafía los prejuicios sociales y religiosos de su época y su cultura. El objetivo de los banquetes no era suplir las necesidades de alimento, sino que eran un modo para conseguir nuevos aliados, consolidar antiguas amistades y demostrar a simpatizantes y adversarios que se contaba con los recursos económicos y sociales para asumir un gasto extraordinario. Lo primero que hace Jesús es alertar a los invitados para que no caigan en el eterno juego de sentarse en los asientos preferentes para indicar su posición social, religiosa y política. El siguiente gesto se dirige al anfitrión, para que no convierta un momento de encuentro y gratuidad en una ocasión para exhibir su poder y su ambición. Para Jesús, la cena era un momento de comunión con todos aquellos que, aunque excluidos de la escala social, religiosa o económica, eran capaces de abrazar la causa del Reino y hacer del alimento un gesto de solidaridad que anticipa la justicia de Dios. – Nuestra fe cristiana nos desafía hoy a retar los prejuicios culturales, que otorgan mayor valor a las personas que cuentan con mayor crédito económico, excluyendo a aquellos que carecen de los medios para hacerse reconocer de bancos, empresas e instituciones.
Como cristianos debemos saber que lo único que incrementa nuestro inmenso valor como seres humanos es la capacidad de solidarizarnos con quienes han sido despojados de su dignidad humana.

ORACIÓN
Señor ayúdanos por favor a ser comunidades unidas, fraternas, que nos esforcemos por salir adelante en la comisión de amar y servir a quienes más lo necesiten, en los espacios donde nos desenvolvemos. Que despojándonos de nuestros intereses seamos capaces de ser misericordiosos(as) y compartir también con quienes no hacen parte de nuestros afectos. Amén