“RECUPERAR LA FE EN EL AMOR”
PRIMERA LECTURA
DEUTERONOMIO 6, 2-6
“Escucha Israel: Amarás al Señor con todo el corazón”
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Teme al Señor,
tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y
tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y
ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor,
Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha,
Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con
todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy
te digo quedarán en tu memoria." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La redacción de este pasaje, aunque aparenta ser de una época previa a
la conquista y posesión de la tierra, en realidad es de una época en la cual
Israel ha probado y experimentado en carne propia lo que significa no escuchar
poniendo en práctica los mandatos y preceptos del Señor. Estamos en la llamada
época del post-exilio, Israel ha pasado por las experiencias históricas más
crueles y difíciles: desaparición del sistema solidario tribal, aparición de la
monarquía (punto de partida de todos sus pecados), división del reino,
destrucción de ambos reinos, deportación... En todo momento Israel fue
instruido por medio de los profetas que siempre lo invitaban a reorientar su
camino, pero la queja de Dios fue siempre constante: «Israel no me escucha»
(Sof 3,2), no me obedece, va camino a la perdición...
Las experiencias históricas obligan a Israel a aprender qué significa
escuchar a su Dios y poner en práctica su Palabra, su instrucción. Con base en
todo lo que le ha pasado, Israel descubre que los mandatos del Señor no buscan
atarlo, cerrarle horizontes ni poner a todo un pueblo bajo la dirección de un
Dios caprichoso. No es un Dios cualquiera el que libre y espontáneamente ha
optado por este pueblo, es un Dios de Vida que sólo busca orientar al pueblo
por sendas de vida. Israel no entendió siempre así el propósito de Dios y se
fue detrás de otros dioses, y cuando se metió en el proyecto de otras
divinidades empezó a perderse, se confundió y resultó siendo peor que otros
pueblos que no conocían al verdadero y único Dios. Así pues, después de
sobrevivir a las más duras experiencias, Israel vuelve a recordar cuál era
desde el principio la propuesta de su Dios: amarlo sólo a él, buscarlo sólo a
él y no confiarse de ninguna otra propuesta por más llamativa que fuera para no
volver a caer en un fracaso peor.
SALMO RESPONSORIAL: 17
R./Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R.
OREMOS CON EL SALMO
Alabanza a Dios (puesta en boca de David) por la protección que obtuvo
en su lucha contra diversos enemigos. La presencia de Dios se manifestó en
medio de la tormenta. El tono guerrero de este Salmo podemos tomarlo como una
imagen literaria y aplicarla a realidades nuevas, en el orden espiritual.
También estamos en lucha con el pecado, con el mal, con la muerte. Dios es el
único que puede iluminar nuestras tinieblas. Cristo el descendiente de David,
es el Rey victorioso.
SEGUNDA LECTURA
HEBREOS 7, 23-28
“Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa”
Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes del Antiguo Testamento,
porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para
siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar
definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive
siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo
sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado
sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día- como los sumos
sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del
pueblo-, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En
efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidad. En
cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo,
perfecto para siempre. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El Texto de Hebreos dentro del tema que nos propone hoy la
liturgia, es tratar de confrontar la vida, por las dimensiones
fundamentales del verbo “AMAR”; siendo una oportunidad para mirar si el amor
que profesamos a Dios se vuelve vida en relación al prójimo. El autor de la
carta de Hebreos lo relaciona, el amor en clave de servicio (sacerdocio),
en este caso servicio sacerdocio eterno de Jesús, adquirido por la ofrenda
gratuita de su propia vida, signo del verdadero rito agradable a Dios. Su
sacerdocio, descrito con toda clase de calificativos, es el modelo del
verdadero amor oblativo. Por eso la comunidad de los hebreos nos invita a
celebrar el día del Señor (domingo) acercándonos a Jesús centro de la
celebración con un corazón sincero y con una total confianza; dejemos que su
único sacrificio, por nuestros muchos pecados nos otorgue la vida eterna (vida
nueva). Cada celebración eucarística es una invitación a actualizar su
sacrificio sacerdotal en la atenta escucha de la palabra y en la fracción del
pan. Jesús en la cruz se ha ofrecido por nosotros,
ofrezcámosles nosotros también un sacrificio de acción de gracias y alabanza en
la entrega y servicio a nuestro prójimo.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 12, 28b-34
“No estás lejos del reino de Dios”
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué
mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es:
"Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con
todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti
mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó:
"Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y
no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el
entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más
que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús. Viendo, que había
respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios."
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús se encuentra con que su pueblo cumple con una norma de varios siglos.
Todos los días, tres veces al día todo israelita varón recita el «Escucha
Israel... el Señor nuestro Dios es uno sólo, a él amarás...», el shemá, pero
como sucedía desde, ese shemá se quedó solo en el campo
auditivo, en el campo de la práctica no se ve, y eso es lo que Jesús denuncia a
lo largo de su ministerio, muchas palabras, muchas normas y preceptos, mucho
invocar a Dios para todo, muchas frases de la ley en los bordes del manto,
en el marco de las puertas, en el brazo, en la frente, pero nada en el corazón
y menos aún en la vida ordinaria, en la práctica cotidiana.
En la comunidad de Marcos se están presentando situaciones similares a
las del judaísmo. Las normas y preceptos que conocen los primeros cristianos
son necesariamente aquellas que vienen del mundo judío; ahora, ¿serán de
obligatorio cumplimiento todos esos preceptos en esta nueva experiencia de vida
que se supone está animada por la presencia viva del Señor resucitado? Lo
primero y más importante que los creyentes deben tener en cuenta es que no se
trata de una adhesión a una divinidad distinta a la del judaísmo. Es el mismo
Dios revelado al pueblo de Israel y en la Escritura, es el mismo Dios de Jesús,
por tanto lo que primero tiene que hacer el cristiano es profesar su fe, amor y
adhesión a ese Único Dios en términos de «escuchar» su Palabra y ponerse en
función de obedecerle. Ese es el proyecto de vida de Jesús, eso fue lo que
movió toda su vida y su obra y eso es lo que tiene que mantener vivo al
cristiano, su adhesión a ese único y verdadero Dios a quien no le interesa otra
cosa que el amor y adhesión a Él, que lo vivan sus fieles en el amor mutuo y
fraterno. Pero no tiene sentido para Jesús hablar del amor a Dios sin tener en
cuenta la ÚNICA puerta de acceso a Él: el prójimo.
ORACIÓN
Gracias Señor porque en estos días tu Palabra nos anima al
discernimiento sobre el verdadero sentido del amor, llevándonos a hacernos
preguntas como: ¿Cuánto amo?, ¿Cuánto soy capaz de salir de mi confort para dar
a los demás?, ¿Será que me quedo en el sustantivo y no ejecuto el verbo? Señor
ayúdanos a vivir el verdadero sentido del amor y por favor capacítanos para
seguir tu ejemplo. Amén
“Si amo a
Dios, ese amor es al hermano; y todo amor al hermano es en definitiva amor a
Dios. Son inseparables”
(Madre Teresa de Calcuta)
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