viernes, 1 de noviembre de 2024

NOVIEMBRE 2024

 “LA SANTIDAD  UN PROCESO, UN CAMINO EN EL QUE TODOS PODEMOS AVANZAR”

 

Iniciamos este penúltimo mes del año, donde vamos a celebrar algunos acontecimientos que la liturgia nos va a proponer: El primero el Día de todos los Santos, el llamado que el Señor desde su Palabra nos hace a parecernos a Él, ya que hemos sido creados a su imagen y semejanza, la santidad consiste no en hacer cosas raras, extrañas y sobrenaturales (milagros), sino vivir al modo Jesús y vivir Jesús-mente  es optar por la dinámica constante del amor que se traduce en perdón, fraternidad y servicio, eso es ser Santo. Pero también conmemoraremos el recuerdo eterno de todos los difuntos, de los que se nos han adelantado y han partido por el camino de regreso a la casa del padre Dios; teniendo siempre la certeza y la esperanza de que allí vamos a encontrar la vida eterna. En este mes también terminará el año litúrgico con la fiesta de Cristo Rey del Universo y a los 8 días, con el tiempo de Adviento comenzaremos el nuevo año litúrgico 2023 que nos preparará a la fiesta de la Navidad.

A propósito de  la Fiesta de todos los santos reflexionemos sobre su sentido.

Escuchaba a alguien que contaba que de niña cuando le preguntaban que quería ser cuando fuera  mayor  decía que quería ser santa, luego se dio cuenta que eso no era una profesión y además era muy difícil conseguirlo. Pero cuando fue madurando y se hizo mayor se dio cuenta que en todas las profesiones y actividades se puede ser santo, y que ese debería ser su  propósito en la vida, una meta a lograr y que debería intentarlo en el lugar donde se desempeñara.

Celebramos en este mes la fiesta de todos los santos, y si miramos y pasamos revista de todos ellos,  hay una gran diversidad blancos, negros,  ancianos, algunos muy jóvenes y hasta  niños. Unos han sido siempre muy buenos, otros no se portaron muy bien, pero al final se dieron cuenta que Jesús era su amigo y les quería como eran y decidieron seguirle. Algunos vivían con los pobres, otros eran ricos y vendieron todo para seguir a Jesús. Algunos eran sabios, otros muy sencillos pero todos tenían algo en común. Se habían dado cuenta que no hay nadie ni nada tan importante como Jesús.

 

Este día nos recuerda a todas aquellas personas que quisieron seguir a Jesús por encima de todo y nos invita a hacer lo mismo. A muchos ni  siquiera se les ha canonizado, no están en el calendario, no tienen un día especial, pero Dios les conoce y sabe que son santos.  Muchos son «los santos del mundo», de un mundo verdaderamente «universal», es una fiesta ecuménica, porque no contempla sólo a los santos cristianos, sino a «todos», los que  son y fueron santos a los ojos de Dios.

 

Este día es para todos ellos,  es el día para los santos anónimos que entregan la vida, aman y sirven a otros día tras día. Escuchemos el llamado del Señor para ser santos, para esforzarnos en hacer lo que Él nos enseño: Amar al prójimo como a nosotros mismos.

San Agustín decía "ama y haz lo que quieras" sí amas a alguien no puedes hacerle nada malo.

 

San Luis Gonzaga cuando era un niño le preguntaron cuando estaba en la escuela en el recreo, que haría si en ese momento supiese que se iba a acabar el mundo. Dijo que seguiría jugando porque en ese momento era lo que tenía que hacer. Nosotros si queremos ser santos debemos seguir haciendo nuestras obligaciones, lo mejor que sepamos y podamos, y con alegría, porque recordemos lo dicho por otro santo: un santo triste es un triste santo.

 

Reflexionemos en este día además sobre dos aspectos: la santidad misma  y sobre el «Dios de todos los santos». La amplitud del corazón y de la mente hacia la universalidad, a la acogida de todos sin etiquetas particulares. Dios no puede ser sólo nuestro Dios, el nuestro, el que piensa como nosotros e intervendría en la historia siempre según nuestras categorías y de acuerdo con nuestros intereses... Dios, si es verdaderamente Dios, ha de ser el Dios de todos los santos, el Dios de todos los nombres, el Dios de todas las utopías, el Dios de todas las religiones.  Dios es «católico» pero en el sentido original de la palabra (universal).  Está más allá de toda religión concreta. Está «con todo el que ama y practica la justicia, sea de la religión que sea», como dijo Pedro en casa de Cornelio (Hch 10). 

Abramos nuestra mente a la universalidad y propongámonos entrar en el camino de la santidad día tras día.

 

ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Gracias Amado Dios de infinita misericordia, por el hermoso don de la vida, por permitirnos vivirla con nuestra familia y nuestros amigos y por las sublimes bendiciones con las que Tú colmas nuestros días. En tus manos dejamos todos lo que somos, todo lo que anhelamos y todo lo que tenemos. Por favor nunca te apartes de nuestras vidas, pues cada día que pasa necesitamos mucho más de ti. Señor permítenos ser un instrumento de tu obra y ayúdanos a comprender que sin importar a donde vayamos, nunca estaremos solos pues tú siempre estarás con nosotros en todo lugar. Ayúdanos también a comprender que todos tus hijos e hijas consagrados a ti somos santos, no por ser piadosos y estar en los preceptos religiosos, sino por llevar una vida en medio de este mundo hostil guiada y transformada por ti, así nos equivoquemos, porque siempre nos buscarás y nos volverás a adentrar a tu redil. Amén      

 

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Señor, la noche llega, te damos gracias por el día vivido. Padre celestial en estos tiempos difíciles de incertidumbre, angustia, no permitas que nos desanimemos, nos llenemos de pesimismo, ante tantas dificultades económicas, desigualdad, falta de solidaridad, polarización, si la enfermedad llega a nuestra vida, mantennos, firmes en la fe, en nuestras convicciones, seguros de que tu nos acompañas siempre y no nos abandonas.

Señor te pedimos especialmente hoy por nuestros gobernantes, dales de tu amor y sabiduría  para que guíen con justicia y equidad nuestro país. Solo a ti te clamamos en el nombre poderoso de Jesucristo. Dejamos a tus pies en esta noche todas nuestras preocupaciones, alegrías y tristezas, toma el control, haz que mañana nos encontremos renovados(as) en la esperanza. Amado Dios danos un descanso reparador y quédate en esta tu casa. Amén     

 

 

CUMPLEAÑOS NOVIEMBRE

 

1. Yolanda Betancur

2. Aura Cecilia Ocampo

4. Héctor Buitrago y Ana González

5. Miriam González

9. Sandra Franco y Laura María Alvarado Corredor 

12. Leticia Hospital

13. Raquel Rodríguez

18. Jeiler Andrade Leudo

23. Sandra González

26. Servando González

27. Lucía González

28. Mireya Barahona

29. Martha Lucia Díaz

 

Viernes 01 de Noviembre 2024

 


“CON ESPÍRITU DE SANTIDAD”

 

PRIMERA LECTURA

APOCALIPSIS 7,2-4.9-14

 

“Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua”

 

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: "No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios." Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel. Después esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: "¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!" Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: "Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén." Y uno de los ancianos me dijo: "Ésos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿Quiénes son y de dónde han venido?" Yo le respondí: "Señor mío, tú lo sabrás." Él me respondió: "Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Lo primero que atrae nuestra atención en este día es la contundente manifestación del bien. Estamos acostumbrados a que el mal haga espectáculo. El mal es notorio y llega a volverse notable, y nuestra mente quizá ha llegado a acostumbrarse a eso. La primera lectura cambia este hábito de nuestra mente: "una muchedumbre que nadie podría contar" (Ap.7,9). Después de todo, el bien también existe; está entre nosotros, aunque, por ahora, permanece de modo casi invisible.

En esa muchedumbre el vidente del Apocalipsis encuentra gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación. Otra imagen que nos sorprende. Tal vez estamos acostumbrados a pensar la salvación en términos de élites y de exclusiones: los del hemisferio Norte tienen un nivel de vida, y los del Sur, otro; los ricos gozan lo que no pueden disfrutar los pobres; los educados y los incultos, los sanos y los enfermos. Siempre parece que la salvación y la felicidad son para un grupo cerrado que deja excluido al resto. La alegría del Apocalipsis es distinta; en ella la exclusión ha sido excluida.

La muchedumbre de la tierra se une a la muchedumbre del cielo. Pensábamos que luchábamos solos, que sufríamos solos, que no teníamos más compañía que nuestras propias ideas y recursos. De repente, el velo se corre y vemos que estamos y que siempre estuvimos acompañados. Millares de ángeles se gozan en el mismo Dios nuestro, y nuestro gozo es su mismo gozo.

 

SALMO RESPONSORIAL: 23

R./ Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,

 el orbe y todos sus habitantes:

 él la fundó sobre los mares,

 él la afianzó sobre los ríos. R.

 

¿Quién puede subir al monte del Señor?

¿Quién puede estar en el recinto sacro?

 El hombre de manos inocentes

 y puro corazón,

que no confía en los ídolos. R.

 

Ése recibirá la bendición del Señor,

le hará justicia el Dios de salvación.

Éste es el grupo que busca al Señor,

que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Después de enunciar las condiciones morales para que el culto a Dios tenga sentido, se dramatiza la entrada de Dios, Rey de la gloria, en el templo. En la liturgia se aplica este salmo a la entrada de Cristo al santuario celestial, a su glorificación definitiva. De Él también se puede decir que es el Rey de la gloria, La conducta de los que buscan al Señor debe corresponde a su presión de fe.     

 

SEGUNDA LECTURA

1 JUAN 3, 1-3

 

“Veremos a Dios tal cual es”

 

Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a Él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en Él, se purifica a sí mismo, como él es puro. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Nos hace una afirmación contundente: el Padre nos ama y nos ha llamado hijos suyos. La filiación la recibimos por Cristo, en Él somos hijos del Padre que nos ama aunque todavía no se manifieste lo que seremos. Aunque no seamos santos, ni perfectos como Él quiere, Dios Padre, tiene siempre la esperanza abierta a que lo seamos, a que hagamos vida ese proyecto suyo. Vamos a ser semejantes a Él en todo, purificados en su amor, sin embargo, aún estamos lejos de vivir esa realidad y por eso nos invita a hacer su voluntad por medio de su Hijo y espera de nosotros que así sea. Esta confianza de Dios debe ser respondida con actitudes existenciales de nuestra parte, de apertura, de amor, de compromiso con su voluntad y de resistencia al pecado.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 5,1-12a

 

"Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo"

 

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y Él se puso a hablar, enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy celebramos en nuestra liturgia la fiesta de todos los santos. Dios nos quiere a todos felices y para alcanzar esa plenitud en la comunión con Él, nos hace hoy esta invitación a ser santos como Él es santo (Lev.19,2).  Esta festividad nos representa visualmente a toda la multitud de los redimidos para descubrirnos el destino que nos espera también a nosotros, como peregrinos en esta vida. Es, además, un motivo para hacernos conscientes de nuestra solidaridad con todos aquellos que nos han precedido en el mundo del espíritu. Todos aquellos, que ya viven frente a Dios, y que siguen dando esperanza en el recuerdo e impulso a nuestra vida.

 

Para iluminar esta fiesta se nos propone los primeros doce versículos de Mateo 5. En la tradición este pasaje se ha denominado el texto del “sermón del monte o de las bienaventuranzas”. Según Mateo este anuncio testimonial de Jesús va dirigido a las muchedumbres. Sin embargo, en un círculo más próximo, se hallan los discípulos, y para superar la experiencia de Moisés en el Sinaí, el Hijo de Dios, desde un monte entrega la nueva enseñanza y propuesta de vida a todos los suyos. Jesús camina para enseñar con su propia vida, pero también, como en este caso se “sienta” para darnos en su Palabra una explicación de la manera como entiende su existencia.

 

Las bienaventuranzas proclamadas por Jesús a sus discípulos representan, de manera sintética, una nueva forma de comprender la acción de Dios en la humanidad. No son una nueva ley que determina estrictamente la vida de sus seguidores, sino una propuesta de vida que tiene como eje fundamental la misericordia. Son verdaderamente felices y santos los que viven según la misericordia, es decir, aquellos que reaccionan ante el sufrimiento ajeno y buscan erradicarlo movidos simplemente por el amor al otro. Con las bienaventuranzas Jesús está expresando su más profundo querer: que todos los seres humanos sean felices, en especial aquellos que son víctimas de la injusticia social; es el nuevo programa del reinado de Dios, es la expresión de la voluntad de Dios para sus hijos, es la respuesta amorosa de Dios para los que sufren por su causa. Aquí encontramos un nuevo orden de valores y realidades: son felices los pobres, los mansos, los afligidos, los perseguidos, en últimas, aquellos que no representan algún poder o importancia en la sociedad. Seguir entonces a Jesús implica abrir los ojos y los oídos al mundo de los pobres, pasar por nuestro corazón sus situaciones de dolor y actuar misericordiosamente, es lo que verdaderamente nos conduce a la santidad.

 

ORACIÓN

Señor, gracias porque hoy tu Palabra nos lleva a comprender que todos y todas sin distinción,  estamos llamados(as)  a vivir en comunión contigo para desarrollar tu proyecto de justicia, paz e igualdad. Que sin dejar de ser  comunes y corrientes, si practicamos el don del amor, que nos hace humildes y sencillos de corazón, podremos ser de los miles que lucharon y luchan por  ser fermento, sal y luz desde sus realidades de vida. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Yolanda Betancur en su cumpleaños. Amén

 

 

 

“Para apreciar los bienes del cielo debemos entender que los bienes de la tierra son relativos y efímeros, que los bienes del cielo nunca los perderemos y que la verdadera recompensa del cielo es Dios mismo”

Sábado 02 de Noviembre 2024

 Conmemoración de todos los Fieles Difuntos

 

“JESÚS, MOTIVO PARA CREER Y CELEBRAR LA VIDA HOY Y DESPUÉS DEL GRAN PASO”          

 

 

PRIMERA LECTURA

2 MACABEOS 12, 43-46  

 

 Efectuó entre sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos. Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado.  Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

El texto que nos propone la liturgia de la celebración de los fieles difuntos es 2 Macabeos en el capítulo 12, es un escrito muy tardío del antiguo testamento. Durante la dominación griega en Jerusalén, hacia el siglo II antes de Cristo nos cuenta como, después de la batalla contra  Gorguias, el ejército de Judas Macabeo fue a recoger los muertos para darles sepultura y encontraron en muchos de ellos “objetos consagrados a los ídolos” que la ley prohíbe a los judíos. Judas macabeo, entonces ofrece una celebración de sacrificios de expiación, unos , para pedir perdón de los pecados; pero con el pensamiento puesto en la resurrección.

Hay aquí dos elementos muy propios de nuestra experiencia cristiana: la conciencia del pecado comunitario, que lleva a celebrar un sacrificio para pedir perdón, y la esperanza puesta en la resurrección. Lo segundo da confianza para lo primero; porque creemos en la resurrección, pedimos perdón a Dios por el pecado de todos, no solo por los pecados de nuestros difuntos.        

 

SALMO RESPONSORIAL 129

R. / Desde lo hondo grito a Ti, Señor.

 

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora R.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.

 

SEGUNDA LECTURA

ROMANOS 6,3-9

 

¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? 

 

Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.

 

Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El texto que nos regala la liturgia se comprende mejor si se piensa en el bautismo primitivo cuando se usaba en el rito de la inmersión: el signo de sumergirse en el agua y salir de ella expresa muy bien lo que sucede a través de este rito: el hombre se une a Cristo sepultado en la muerte y resucitado de entre los muertos. Eso tiene una primera consecuencia: esta unión con Cristo trae un cambio en el modo de vivir. El que se ha unido conscientemente con Él, ciertamente querrá vivir del modo más parecido, sin pecado. Y esta unión tiene una segunda consecuencia que es vivir con Él más allá de la muerte. El cristiano cree que Jesús ha resucitado y vive para siempre, y por eso cree también que el que se ha sumergido con El en la muerte vivirá también por siempre.

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 14, 1-6

 

“En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones y yo les estoy preparando la suya”

 

"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."

Tomás le dijo a Jesús:

--Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?

Jesús le contestó:

--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Los que nos han precedido, nos han dejado una herencia vivida en el amor y en la fe, en el sacrificio y en el trabajo. Por eso, celebrar hoy la conmemoración de los fieles difuntos es la manifestación fraterna de nuestra solicitud cristiana y de nuestro agradecimiento por nuestros seres queridos. El sacrificio de Cristo en la cruz, nos alcanza la salvación, abre a ellos y a nosotros la esperanza de la vida eterna. El apóstol Pablo nos anuncia hoy un mensaje de alegría, de esperanza y victoria; ante la muerte, Pablo no quiere que vivamos tristes y desconsolados como los que no tienen esperanza. Para un cristiano la muerte no puede ser el final, sino el comienzo de una vida nueva, pues tiene la absoluta certeza de que Dios le concede participar de la muerte de Jesús para resucitar victorioso con Él.

 

Hoy es una noticia consoladora saber que si participamos de la muerte de Cristo, también participaremos un día de su gloriosa resurrección. San Pablo le reprocha a la comunidad de Corinto y nos sigue reprochando a nosotros fuertemente: “si se proclama que Cristo resucitó de la muerte, ¿cómo algunos de ustedes siguen diciendo que no hay resurrección de los muertos?” (1 de corintios 15,12). Recordamos en este día con afecto y gratitud a todos nuestros seres queridos difuntos con la feliz esperanza de que un día nos encontraremos todos en el gran banquete del Reino de Dios.

Y el evangelio de este día nos confirma, a través de la resurrección de Jesús, que la vida está por encima de la muerte. La vida es el destino de la humanidad, pues es el querer de Dios, es su proyecto; y es este proyecto el que Jesús vivió y proclamó: que todos y todas tuviéramos vida abundante y digna. Los que presenciaban la agonía de Jesús en la cruz creían que era la derrota de un hombre y de un proyecto, no la donación de una vida a favor de la humanidad; el único que confiesa la acción salvadora de Dios efectuada en Jesús es el centurión romano: Realmente este hombre era Hijo de Dios; esta confesión nos lleva a afirmar que la muerte, y con ella todos los sistemas que ciegan la vida, es derrotada. Por lo tanto, la fe que confesamos debe estar apoyada por verdaderas acciones que defiendan la vida, tal como lo hizo Jesús de Nazaret.

 

ORACIÒN

Amado Jesús Tú nos llamas a ver con claridad el sentido del paso de este mundo a la verdadera resurrección, aquella que nos acerca a ti desde el hoy y que permitirá que nos reconozcas cuando regresemos a tu dimensión de libertad y plenitud. Ayúdanos por favor a tomar conciencia de nuestra misión en este  mundo, a partir de la comunión contigo velando por tus preferidos; Te agradecemos también por los que ya pasaron y dejaron huellas de amor en nuestra vida. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Aura Cecilia Ocampo en su cumpleaños. Amén

 

“Esta conmemoración nos recuerda que la caridad en la Iglesia trasciende las fronteras de la muerte, la grandeza de la santidad de Dios a la que estamos llamados y que somos peregrinos, que estamos llamados a la eternidad”

 

Domingo 03 de Noviembre 2024

 


“RECUPERAR LA FE EN EL AMOR”

 

PRIMERA LECTURA

DEUTERONOMIO 6, 2-6

 

“Escucha Israel: Amarás al Señor con todo el corazón”

 

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria."   Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

La redacción de este pasaje, aunque aparenta ser de una época previa a la conquista y posesión de la tierra, en realidad es de una época en la cual Israel ha probado y experimentado en carne propia lo que significa no escuchar poniendo en práctica los mandatos y preceptos del Señor. Estamos en la llamada época del post-exilio, Israel ha pasado por las experiencias históricas más crueles y difíciles: desaparición del sistema solidario tribal, aparición de la monarquía (punto de partida de todos sus pecados), división del reino, destrucción de ambos reinos, deportación... En todo momento Israel fue instruido por medio de los profetas que siempre lo invitaban a reorientar su camino, pero la queja de Dios fue siempre constante: «Israel no me escucha» (Sof 3,2), no me obedece, va camino a la perdición...

Las experiencias históricas obligan a Israel a aprender qué significa escuchar a su Dios y poner en práctica su Palabra, su instrucción. Con base en todo lo que le ha pasado, Israel descubre que los mandatos del Señor no buscan atarlo, cerrarle horizontes ni poner a todo un pueblo bajo la dirección de un Dios caprichoso. No es un Dios cualquiera el que libre y espontáneamente ha optado por este pueblo, es un Dios de Vida que sólo busca orientar al pueblo por sendas de vida. Israel no entendió siempre así el propósito de Dios y se fue detrás de otros dioses, y cuando se metió en el proyecto de otras divinidades empezó a perderse, se confundió y resultó siendo peor que otros pueblos que no conocían al verdadero y único Dios. Así pues, después de sobrevivir a las más duras experiencias, Israel vuelve a recordar cuál era desde el principio la propuesta de su Dios: amarlo sólo a él, buscarlo sólo a él y no confiarse de ninguna otra propuesta por más llamativa que fuera para no volver a caer en un fracaso peor.

 

SALMO RESPONSORIAL: 17

R./Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

 

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;

Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

 

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,

mi fuerza salvadora, mi baluarte.

Invoco al Señor de mi alabanza

y quedo libre de mis enemigos. R.

 

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,

sea ensalzado mi Dios y Salvador.

Tú diste gran victoria a tu rey,

tuviste misericordia de tu Ungido. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Alabanza a Dios (puesta en boca de David) por la protección que obtuvo en su lucha contra diversos enemigos. La presencia de Dios se manifestó en medio de la tormenta. El tono guerrero de este Salmo podemos tomarlo como una imagen literaria y aplicarla a realidades nuevas, en el orden espiritual. También estamos en lucha con el pecado, con el mal, con la muerte. Dios es el único que puede iluminar nuestras tinieblas. Cristo el descendiente de David, es el Rey victorioso.  

 

SEGUNDA LECTURA

HEBREOS 7, 23-28

 

“Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa”

 

Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes del Antiguo Testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día- como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo-, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidad. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El Texto de Hebreos dentro del tema que nos propone hoy la liturgia,  es tratar de confrontar la vida, por las dimensiones fundamentales del verbo “AMAR”; siendo una oportunidad para mirar si el amor que profesamos a Dios se vuelve vida en relación al prójimo. El autor de la carta de  Hebreos lo relaciona, el amor en clave de servicio (sacerdocio), en este caso servicio sacerdocio eterno de Jesús, adquirido por la ofrenda gratuita de su propia vida, signo del verdadero rito agradable a Dios.  Su sacerdocio, descrito con toda clase de calificativos, es el modelo del verdadero amor oblativo.  Por eso la comunidad de los hebreos nos invita a celebrar el día del Señor (domingo) acercándonos a Jesús centro de la celebración con un corazón sincero y con una total confianza; dejemos que su único sacrificio, por nuestros muchos pecados nos otorgue la vida eterna (vida nueva). Cada celebración eucarística es una invitación a actualizar su sacrificio sacerdotal en la atenta escucha de la palabra y en la fracción del pan. Jesús en la cruz se ha ofrecido por nosotros,     ofrezcámosles nosotros también un sacrificio de acción de gracias y alabanza en la entrega y servicio a nuestro prójimo.         

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 12, 28b-34

 

“No estás lejos del reino de Dios”

 

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús. Viendo, que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Jesús se encuentra con que su pueblo cumple con una norma de varios siglos. Todos los días, tres veces al día todo israelita varón recita el «Escucha Israel... el Señor nuestro Dios es uno sólo, a él amarás...», el shemá, pero como sucedía desde, ese shemá se quedó solo en el campo auditivo, en el campo de la práctica no se ve, y eso es lo que Jesús denuncia a lo largo de su ministerio, muchas palabras, muchas normas y preceptos, mucho invocar  a Dios para todo, muchas frases de la ley en los bordes del manto, en el marco de las puertas, en el brazo, en la frente, pero nada en el corazón y menos aún en la vida ordinaria, en la práctica cotidiana.

En la comunidad de Marcos se están presentando situaciones similares a las del judaísmo. Las normas y preceptos que conocen los primeros cristianos son necesariamente aquellas que vienen del mundo judío; ahora, ¿serán de obligatorio cumplimiento todos esos preceptos en esta nueva experiencia de vida que se supone está animada por la presencia viva del Señor resucitado? Lo primero y más importante que los creyentes deben tener en cuenta es que no se trata de una adhesión a una divinidad distinta a la del judaísmo. Es el mismo Dios revelado al pueblo de Israel y en la Escritura, es el mismo Dios de Jesús, por tanto lo que primero tiene que hacer el cristiano es profesar su fe, amor y adhesión a ese Único Dios en términos de «escuchar» su Palabra y ponerse en función de obedecerle. Ese es el proyecto de vida de Jesús, eso fue lo que movió toda su vida y su obra y eso es lo que tiene que mantener vivo al cristiano, su adhesión a ese único y verdadero Dios a quien no le interesa otra cosa que el amor y adhesión a Él, que lo vivan sus fieles en el amor mutuo y fraterno. Pero no tiene sentido para Jesús hablar del amor a Dios sin tener en cuenta la ÚNICA puerta de acceso a Él: el prójimo.

 

ORACIÓN

Gracias Señor porque en estos días tu Palabra nos anima al discernimiento sobre el verdadero sentido del amor, llevándonos a hacernos preguntas como: ¿Cuánto amo?, ¿Cuánto soy capaz de salir de mi confort para dar a los demás?, ¿Será que me quedo en el sustantivo y no ejecuto el verbo? Señor ayúdanos a vivir el verdadero sentido del amor y por favor capacítanos para seguir tu ejemplo. Amén

 

“Si amo a Dios, ese amor es al hermano; y todo amor al hermano es en definitiva amor a Dios. Son inseparables”

(Madre Teresa de Calcuta)