San Carlos Borromeo
“DISPONER LAS HABILIDADES PARA DIOS”
FILIPENSES 3,17- 4,1
“Aguardamos
un Salvador; él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su
cuerpo glorioso”
Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos
en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía
muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan
como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el
vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros,
por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador:
el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de
su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues,
hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el
Señor, queridos. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Hay tres notas que
identifican a estos enemigos: "su dios es el vientre"; "se
enorgullecen de lo que debería avergonzarlos", y "sólo piensan en las
cosas de la tierra". Sería fácil pensar en gente glotona o materialista,
por la primera y tercera de estas notas, pero un poco de atención a la segunda
nos muestra que esta interpretación es quizá insuficiente. Ni los glotones ni
la gente superficial "se enorgullecen de lo que debería
avergonzarlos".
Si ser enemigo de la Cruz de Cristo es apoyarse en prácticas externas y
humanas como las de la ley de Moisés, entendemos también qué significa ser
amigo de la Cruz del Señor. Tal amistad consiste sobre todo en aceptar el bien
propio del sacrificio de Jesús, que es nuestra salvación. Del amor de
Cristo recibimos un cuerpo nuevo y una ciudadanía nueva. No vale la pena dar
demasiada importancia al vientre, es decir: qué alimentos están prohibidos o
permitidos por la Ley; ni a la circuncisión, es decir: si soy o no judío de
raza, o si mi genealogía es más o menos limpia que la tuya. Nuestras
expectativas y nuestra gloria siguen otras sendas, fundadas en Cristo: "El
transformará nuestro frágil cuerpo en un cuerpo glorioso como el suyo"
(Flp 3,21). Tampoco vale la pena anclarnos en los "elementos de este
mundo" y encerrar nuestra lógica en pensamientos que sólo se refieren a
cosas y prácticas que pasarán cuando este mundo pase. ¡Nuestra ciudadanía está
en los cielos!, grita Pablo (Flp 3,20), proclamando la maravillosa libertad de
los que no dependen de sí mismos sino de Dios en cuanto a su destino eterno.
SALMO RESPONSORIAL 121
¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.
OREMOS CON EL SALMO
Los Salmos recogen sentires diversos: alabanza, agradecimiento, reconocimiento a la divinidad; dolor, amargura, sufrimiento, recogimiento, lamento y resurgimiento. Hoy, el salmista comparte el anhelo de Paz que deviene de una historia de destrucción. El salmista se alegra por el retorno de los exiliados a su casa. Miremos hoy nuestra realidad, nuestra América Latina y Caribeña, que colecciona años de violencia y empobrecimiento, produce denigrantemente movilidades humanas, migraciones forzadas, esperas eternas, anhelos de retorno de miles de migrantes, anhela decir a sus hijos e hijas migrantes: «¡La paz sea contigo!». Un retorno digno, justo, seguro, ‘acuerpado’, se hace canto en la garganta del sufriente. El salmo nos lleve a suplicar por el retorno a la tierra de la “promesa”: ¡tierra de descanso, pan, solidaridad y esperanza! Necesitamos construir, creativamente y sin ingenuidad, las bases de esa comunidad humana que se abrace sin desconfianza y desde un amor sincero.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 16,1-8
“Los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz”
En aquel tiempo dijo Jesús a sus
discípulos: "Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia
de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso
que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido".
El administrador se puso a echar sus
cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para
cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para
que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su
casa". Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:
"¿Cuánto debes a mi amo?" Este respondió: "Cien barriles de
aceite". El le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe
cincuenta". Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" El
contestó: "Cien fanegas de trigo". Le dijo: "Aquí está tu
recibo, escribe ochenta". Y el amo felicitó al administrador injusto, por
la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más
astutos con su gente que los hijos de la luz". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Una buena clave para comprender mejor cada una de las parábolas
narradas por Jesús es tratar de descubrir el doble objetivo que buscaba Jesús a
través de ellas: denunciar y anunciar. Miremos qué es lo que denuncia Jesús
aquí: salta a la vista que lo que Jesús quiere poner en evidencia es la tremenda
corrupción administrativa de su tiempo, corrupción que toca todas las esferas
del sistema; esto es, la política, la economía, la religión. ¿No nos hemos
sentido admirados también nosotros por la diversidad de formas de corrupción
que campea hoy en nuestros países o ciudades, pero sobre todo por la sagacidad
y la astucia con que actúan los corruptos?
Cierto que esta no es una conducta que debamos imitar; aunque el
administrador es felicitado por su patrón, es claro que la parábola está
denunciando toda forma de corrupción; sin embargo, a partir de algo tan
negativo Jesús invita a utilizar también la sagacidad y la astucia en las
tareas de implantación del Reino. Y esa debería ser una súplica constante al
Señor: que nos ayude a ser más sagaces, más astutos, más audaces en las tareas
de denuncia y de anuncio del reinado de Dios entre nosotros.
ORACIÓN
Padre Amado, acércanos a tu corazón para que hoy se reflejen en nuestra vida tus sentimientos, todo lo bueno que viene de ti. Que nuestros actos sean reflejo de tu amor que nos conquisto, ese amor incondicional y perfecto, que podamos dar a nuestros hermanos un poco de lo que tú nos has dado y salir juntos a tu encuentro. Oramos, damos gracias y bendecimos las vidas de Héctor Buitrago y Ana González en su cumpleaños. Amén.
"Todas aquellas pericias que tenías para manejar el mundo, ponlas al servicio del amor en Jesucristo"
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