PRIMERA LECTURA
APOCALIPSIS 14,1-3-4b
“Llevaban en la frente los nombres de Cristo y su Padre”
Yo, Juan, miré y en la visión apareció
el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil
que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su
Padre. Oí también un sonido que bajaba del cielo, parecido al estruendo del
océano, y como el estampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que
tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro seres vivientes y los
ancianos, cantando un cántico nuevo. Nadie podía aprender el cántico fuera de
los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Éstos son los
que siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de
la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen
falta. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Varias veces el Apocalipsis compara la voz del Señor o en alabanza del
Señor con "muchas aguas" (Ap 1,15; 19,6). La experiencia enseña
que el estruendo de las aguas es capaz de imponerse a cualquier voz que esté
cerca por una sencilla razón física: las gotas de agua al chocar unas con otras
en tan diversas velocidades, cantidades y ángulos producen un elenco de
frecuencias que recubre casi cualquier sonido. Si la voz del Señor es como
"muchas aguas" quiere decir que su Palabra domina sobre toda otra
palabra, sobre cualquier palabra de pesimismo, de amargura o falsedad.
El vidente pasa a darnos otra descripción: un canto que nadie
puede aprender, sino los elegidos. El canto une la idea de la palabra con la
fuerza de la música. La palabra es la Palabra poderosa por excelencia, pues así
se simboliza a Cristo en este libro; la música es símbolo de la inspiración, el
compartir de un mismo espíritu.
El Apocalipsis en este texto nos da una razón además, para las
bendiciones de los elegidos: sus labios son sinceros y su conducta
irreprochable. Los "labios sinceros", o mejor: labios "sin
engaño" son aquellos que han mantenido el testimonio y no han caído en la
"falsedad", que, en lenguaje de los profetas, es, sobre todo, la
idolatría. Algo parecido hay que decir de la "conducta
irreprochable". Más que un apelativo moral, nos habla de
"aquellos en quienes está viva la gracia de la salvación". No excluye
el esfuerzo, la voluntad, los buenos hábitos, pero se funda ante todo en la
obra de Dios por Cristo.
SALMO RESPONSORIAL: 23
R. / Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
OREMOS CON EL SALMO
Después de enunciar las condiciones molares para que el culto a Dios
tenga sentido, se dramatiza la entrada de Dios, Rey de la gloria, en el templo.
En la liturgia se aplica este salmo a la entrada de Cristo al santuario
celestial, a su glorificación definitiva.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21, 1-4
"Esta mujer ha dado todo cuanto tenia para vivir"
Jesús estaba viendo a los ricos echar dinero en los cofres de las
ofrendas, y vio también a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre.
Entonces dijo: --De veras les digo que esta viuda pobre ha dado más que todos;
pues todos dan ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado
todo lo que tenía para vivir. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
A Jesús le conmueve profundamente la escena que observa en el templo.
Cómo es posible que los ricos depositen como ofrenda sólo aquello que les
sobra, lo que les estorba en el bolsillo; en cambio la pobre viuda ofrece unas
moneditas, que representan todo cuanto tiene para vivir, pone en manos de Dios
todo lo que tiene; pone su vida, expresando así que su única esperanza es la
misericordia de Dios. La ofrenda del rico no es válida ante los ojos de Dios
porque es interesada; tal vez el rico busca con ella calmar su conciencia,
remediar su injusticia, tal vez exhibirse como generoso y devoto, o bien, junto
con depositarla, proyecta acrecentar sus riquezas sin pensar en las necesidades
de sus paisanos, ni en la exigencia propia de la ley de compartir los bienes
con los más pobres.
Jesús nos quiere así demostrar que ni lo aparentemente valioso ni lo
poderoso o dominante es esencial ante los ojos de Dios. En la escala de valores
de la nueva sociedad lo primordial es el desprendimiento, la solidaridad, la
capacidad de entrega y donación a favor del más necesitado. Dios se fija
atentamente en la actitud del corazón de quien ofrece. Y no olvidemos que
aquello que parece insignificante a los ojos de este mundo, tiene un valor
inmenso según la lógica de Dios cuando viene de un corazón humilde, sencillo,
dispuesto a entregarlo todo a cambio de nada. Aprendamos hoy del ejemplo de
estas viudas generosas para ofrendar lo mejor de nosotros a Dios, siempre
presente en los hermanos. Alguien decía que a Dios se le consagra todo el
árbol, no solamente el palo y las ramas, sino también los frutos de óptima
calidad.
ORACIÓN
Señor solo Tú puedes observar las intenciones que hay en nuestro
interior. Por favor ayúdanos a ser conscientes que no somos dignos de creernos
merecedores de tu amor y a desarrollar esa humildad y sencillez de
corazón necesaria para obrar con rectitud y dar, para la construcción de tu
Proyecto, desde lo mucho o poco que tengamos y sin esperar nada a cambio.
Amén
“¡Trabajemos por una fe que ofrezca dignidad
y vida, y que no nos despoje de lo que tenemos para vivir!”
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