miércoles, 1 de abril de 2020

ABRIL 2020


“PASCUA: ESPERANZA DE VIDA PARA TODOS LOS CRUCIFICADOS DE HOY”

En medio de los momentos difíciles que atraviesa no solamente nuestro país sino el mundo entero, que gran noticia la que nos recuerda la Palabra del Señor para estos nuevos días del tiempo de Pascua: “Que la vida venció la muerte”.
La fiesta de la Pascua es el momento central en la celebración cristiana y el motor o eje de la vida de todo creyente, desde la cual brota toda una fuerza vivificante en medio de las realidades y adversidades del mundo. Podríamos decir en un primer instante que la Pascua Judía es la antesala o puerta que nos lleva a la Pascua Cristiana; vale la pena resaltar que la primera es celebración del acontecimiento de Dios pasando por en medio de su pueblo Israel para liberarlo de la esclavitud de Egipto, mientras que en la segunda es Jesucristo, el Hijo del Dios vivo que se ofrece como el Cordero Pascual que se ofrecía en la fiesta judía, quien pasa por la existencia de la humanidad no solo liberándola del pecado, sino abriéndole las puertas a la vida eterna. La Pascua, como “Paso”, es la fuerza que mueve la vida del discípulo y le da verdadero sentido a su existencia, para vivir como verdadero hijo de Dios y experimentar la vida del Resucitado, siendo capaz de entregarse completamente a los demás en servicio ya que ha sido salvado primero por el gran amor de Dios a la humanidad. No es la Pascua un acontecimiento pasado, sino siempre actual, que debe mover al cristiano(a) a salir de su oscuridad, de las tinieblas que le embargan, de la enfermedad que le oprime, de los miedos que le paralizan, de los problemas que lo intranquilizan, de las esperanzas rotas que lo desaniman, de tantas tristezas y vacíos acumulados que desfiguran su rostro, a la novedad de la vida que se impone por encima de la muerte.
La Pascua es la celebración de Dios que es Padre-Madre, quien en su indescriptible amor por su creación no se cansa de salir al encuentro de la humanidad para bendecir los caminos de dolor y de sufrimiento que se han ido labrando como consecuencia del pecado y a entregarse, por cada uno de nosotros. Por eso la Pascua debe ser un tiempo de gracia para la comunidad, un tiempo festivo, un tiempo para celebrar la vida por encima de las tentativas de la cultura de la muerte que quiere imponerse; la Pascua nos da firmeza para mantenernos de pie en medio de tantas adversidades, y como un faro que ilumina el horizonte del ser humano para llenarlo de una esperanza, donde el mundo será un lugar mucho mejor para todos, pues será presencia de Dios y su Reino de vida. Por lo tanto, en un primer momento Pascua es toda una experiencia personal de encuentro con el resucitado. Pero a continuación debe ser un compromiso de solidaridad con el otro(a), con el que comparte conmigo este universo, con aquel que se configura en mi hermano, mi hermana, mi madre y mi padre. Pascua es la buena noticia de Jesucristo a sus discípulos de ayer, de hoy y de siempre. Hemos de ser, por tanto, como cristianos verdaderos y más en estos días de dificultad, signos unos de otros de la Pascua del resucitado. Que iluminados, quizás por la oración del santo de Asís, podamos día a día compartir la oración o consigna: de llevar la alegría a los tristes, el amor a los que odian, el perdón a los que ofenden y han sido ofendidos, la esperanza a los que han sido separados de ella, la seguridad y certeza a todos los que están viviendo momentos de profundo miedo y la vida a aquellos que constantemente son amenazados de perderla y se encuentran excluidos, marginados, solos y desanimados. En definitiva, la celebración pascual en nuestras vidas es la ratificación de que ya no somos esclavos, sino libres, ya no somos extraños sino hijos, ya no somos condenados, ya no somos excluidos sino incorporados al amor del Padre, que se da por cada uno de nosotros. Este es nuestro futuro que se hace realidad en nuestro presente gracias a la resurrección de Jesucristo. No olvidemos la primera palabra del Resucitado a María Magdalena: “No tengan miedo”. Que en estos días todas estas palabras del resucitado se conviertan en fuerza motivadora para nuestras vidas, invitándonos a vivir esa pascua en: …
-          la vida personal
-          la familia
-          la iglesia
-          la sociedad
-          la ecología
-          el trabajo
Bendiciones para este nuevo mes y sigamos dejando que la buena noticia de la vida la podamos:

“ESCUCHAR-CREER Y CELEBRAR”.


PROMESA BÍBLICA DEL MES
“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo’ No está aquí, sino que ha resucitado”

Lucas 24,5-6
ORACIÓN DEL DÍA

Amado Dios, buenos días, en este mes te damos infinitas gracias por hacerte el Cordero del sacrificio, por mostrarnos el camino al Gólgota con un propósito de amor y obediencia y la satisfacción de recibir la recompensa por el deber cumplido. Qué ejemplo tan real para el mundo de hoy Señor es tu pasión, muerte y resurrección, pues todo lo hiciste sin que te representara un beneficio personal, sino por el bien de los seres humanos que enceguecidos por los antivalores del Reino solo buscan poder, placer y derroche de lo que nos has prestado. Gracias por un día llamarnos a tantos y hacernos ver la grandeza de tu amor y la miseria que hay en nosotros. Que hermoso es ver cómo te haces el encontradizo para rescatarnos y llevarnos a un camino de comprensión de tu acción, de conversión y de servicio… Por favor no permitas que nos apartemos de tu Espíritu Santo y ayúdanos a cumplir el propósito en ti para que en nuestro entorno logremos reproducir, en obediencia a Ti y de la mejor manera, el ejemplo de tu amor.  Amén

ORACIÓN DE LA NOCHE

Buen Dios, en estas noches de abril, viviendo el final de la cuaresma y el desarrollo de la Pascua de Jesús, queremos venir a tu presencia de manera personal y comunitaria, para darte gracias, por revelarnos el misterio del amor pleno, del que da la vida por sus amigos, por la creación y las criaturas. Como no alabarte, adorarte, bendecirte, glorificarte y darte infinitas gracias por tu paso por esta tierra y quedarte con nosotros en tu resurrección. Hemos hecho un alto en el camino durante este tiempo y comprendido también, que sin Ti el mundo vive en constante caos y que la tierra reclama ser respetada y aprovechada sabiamente, que la familia fue creada con un fin, el de crecer, multiplicarse, desde el amor y los parámetros que tú nos diste. Que al haberse tergiversado tu proyecto, nos viniste a enseñar el amor misericordioso, el ser solidarios, comunitarios y no egoístas e individualistas y nos regalaste la presencia del Espíritu Santo. Vamos al descanso con el sueño de que cada ser humano de este planeta volvamos el rostro a ti, te escuchemos obedeciéndote y te demos el lugar que debes ocupar en nuestra vida. Amén

CUMPLEAÑOS DE ABRIL

1. Martha Cecilia Ochoa
8. Claudia Torres
9. Santiago Castaño
28. Ana Rita Reina y Claudia Patricia Herrera
30. Julia Leyva

DIAS ESPECIALES
7. Día Mundial de la Salud
22. Día Mundial de la Tierra
23. Día del Idioma
26. Día de la Secretaria(o) 
27. Día del Diseñador Gráfico
28. Día del(a)  Bacteriólogo(a)


Miércoles 01 de Abril de 2020


LA PALABRA ABRE LOS OJOS PARA CONOCER LA VERDAD



PRIMERA LECTURA
DANIEL 3,14-20.91-92.95

“Envió un ángel a salvar a sus siervos”

En aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo: "¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no respetáis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados al punto al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?" Sidrac, Misac y Abdénago contestaron: "Majestad, a eso no tenemos por qué responder. El Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos. Y aunque no lo haga, conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido."
Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido. El rey los oyó cantar himnos; extrañado, se levantó y, al verlos vivos, preguntó, estupefacto, a sus consejeros: "¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?" Le respondieron: "Así es, majestad." Preguntó: "¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el horno sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino."  Nabucodonosor entonces dijo: "Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y prefirieron arrostrar el fuego antes que venerar y adorar otros dioses que el suyo." Palabra de Dios
REFLEXIÓN
En esta primera lectura, tres jóvenes hebreos se encuentran en medio del fuego, como castigo del rey Nabucodonosor,  (quien en realidad representa a un rey posterior, Antíoco IV), quien había puesto una estatua del dios pagano Zeus en el templo de Jerusalén y quería obligar a los judíos a adorarla. Para aquellos jóvenes, la fe y el servicio a Yahvé, Dios de la vida, es optar por la verdadera vida aun cuando ello conlleve sufrimiento o incluso el martirio. A pesar de estar en medio de un ambiente hostil, pagano, y a pesar de todas la ordenes y amenazas de la corte real en la que sirven, saben mantener su identidad de creyente.  En medio de las llamas del horno, son un ejemplo viviente de libertad. Son  más libres ellos que el rey que ha mandado arrojarlos al horno. Es tal su fidelidad a Dios que, preservados de todo mal, provocan en el rey una alabanza al Dios de Israel. Con este relato el autor del libro nos intenta animar a todos los creyentes para que persistamos en la fe y resistamos la agresión de los poderosos que quieren ocupar el lugar de Dios. También nosotros(as) hoy somos destinatarios(as) de este mensaje. Son muchos los ídolos que nos presenta el mundo para que le rindamos culto. Pero si nuestra vida descansa en Dios, nada ni nadie nos va apartar del amor del Padre.   

SALMO RESPONSORIAL: DANIEL 3, 52-56
R. / A ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso. R.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos. R.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este cántico, atribuido a los tres jóvenes en el horno ardiendo, es un salmo en forma de letanía, el autor sagrado lo ha querido poner en boca de los tres héroes para expresar sus sentimientos de gratitud a Dios por haberlos liberado de las llamas. Contiene una oración a Dios, que se ha manifestado a Israel, en su alianza y en su templo de Jerusalén, como Dios glorioso que habita sobre los querubines e invita a todas las criaturas a que alaben a Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 8,31-42
“Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?" Jesús les contestó: "Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre."  Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió."  Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La fidelidad a la Palabra de Jesús es lo que da la certeza de estar en el camino discipular, en el camino verdadero. La verdad es la única realidad que genera, en la historia de la humanidad y en la persona en concreto, la libertad. Es necesario ser libre para tener una relación personal con el Padre de Jesús. Dios no hace pacto con esclavos. Dios necesita de personas libres, para que en libertad acojan su propuesta y la hagan posible en la historia. La verdad que da libertad es el conocimiento total del Padre. Y es Jesús quien revela definitivamente a Dios. No se puede aceptar el mensaje de Jesús sobre Dios y sobre los seres humanos sino aceptamos de manera contundente que ese mensaje es la misma vida de Jesús de Nazaret. Él es el mensaje de Dios hecho carne. Es Hijo de Hombre e Hijo de Dios. Ojalá que cada creyente cultive una relación personal con Jesús, que lo lleve a experimentar la libertad de Hijos de Dios, que él sabe dar.Abrámonos a la revelación de Dios realizada por Jesús. Entonces conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres.

ORACIÓN
Señor tu nos has enseñado que lo importante es la libertad interior,  la que sentimos cuando estamos seguros de andar en tus caminos y obrar con rectitud; por eso te pedimos hoy que nos ayudes a salir de esas esclavitudes personales y sociales que aún nos mantienen atados(as) y alejados(as) de ti, para asumir la libertad que produce tu amor y que nos  que entrega tu Hijo Jesucristo. Amén.


A través de la Palabra conocemos y seguimos a Dios por eso hay que estudiarla, meditarla y sobre todo ponerla en práctica”

Jueves 02 de Abril de 2020


FIELES A LA PALABRA DE CRISTO

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 17,3-9

“Serás padre de muchedumbre de pueblos”

En aquellos días, Abrán cayó de bruces, y Dios le dijo: "Mira, éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino que te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré crecer sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. Seré tú Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios."  Dios añadió a Abrahán: "Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones."  Palabra de Dios
REFLEXIÓN
De la esterilidad vencida viene una fecundidad maravillosa, una muchedumbre de pueblos. Y conmueve pensar que a esa muchedumbre pertenecemos también nosotros, pues ciertamente es la fe de Abraham la que ha hecho posible que un día cada uno de nosotros lleguemos a la fe.

La alianza con Abraham tiene tres puntos: una descendencia, una tierra y sobre todo, una relación: "yo seré el Dios de tus descendientes". Aunque ciertamente lo más inmediato y visible es la tierra y la descendencia, es sobre todo ese modo de relación lo que va a resultar más durable y decisivo en la alianza cuyo comienzo presenciamos en esta primera lectura. Nosotros mismos, en una inmensa mayoría, no somos descendencia de Abraham según la carne y la sangre; no venimos de Isaac, en ese sentido. Tampoco vivimos en Palestina. Pero el género nuevo y único de relación de amor y bendición que Dios inauguró con Abraham, y que tiene su plenitud en Cristo, el Unigénito, eso sí es herencia nuestra.

SALMO RESPONSORIAL: 104
R. / El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es la proclamación de las maravillas que realizó el Señor para la salvación de su Pueblo. Las acciones divinas se enumeran a partir de la Alianza de Dios con Abraham y el designio salvador es presentado como una prueba constante de la fidelidad de Dios, que lleva a su cumplimiento las promesas hechas al Patriarca. La alabanza, la acción de gracias y la obediencia a los preceptos divinos deben ser la nuestra respuesta a la obra de Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 8,51-59
“Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abraham murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?" Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron: "No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La manera de ser y de hablar de Jesús generaba irritación en la gente de su tiempo. Muchos acomodados a viejas tradiciones, no podían recibir con gozo y alegría la frescura de la Buena Noticia. La gente se armaba con piedras para acabar con Jesús, La novedad que él proponía no la podían entender, a dicha novedad la enfrentan con violencia. Jesús se manifiesta con una autoridad tremenda: “quien cumpla mi palabra no sufrirá jamás la muerte” Al hablar así Jesús se manifiesta como la revelación autorizada de Dios. Él es Dios y habla con la autoridad divina que tiene. Eso molesta a la gente. Eso irrita a las autoridades religiosas del judaísmo. Jesús se revela como el “YO SOY” por eso se atreve a decirles a los judíos que él es anterior a Abraham. Reconocer a Jesús como el Señor es una de las cosas que tenemos que pedirle al Espíritu de Dios que nos regale en esta cuaresma. Mientras no reconozcamos a Jesús como el Señor, los cambios en nuestra vida no serán profundos.

ORACIÓN
Señor Jesús ayúdanos hoy a guardar Tu Palabra y alegrarnos en tu presencia. Que tu amor nos sorprenda dispuestos(as) a hacer el bien y tu favor nos llene de tu gracia. Hoy como Abraham nos gozamos al pensar en Tí.  Glorificado sea tu nombre,Señor, que la tierra entera conozca tu grandeza. Amén


Pidamos la gracia de permanecer en la Palabra de Dios que es fuente de fe y vida


Viernes 03 de Abril de 2020


“ANUNCIAR A DIOS SIN TEMOR”

PRIMERA LECTURA
JEREMIAS 20,10-13

“El Señor está conmigo, como fuerte soldado”

Oía el cuchicheo de la gente: "Pavor en torno; delatadlo, vamos a delatarlo." Mis amigos acechaban mi traspié: "A ver si se deja seducir, y lo abatiremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él." Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos. Palabra de Dios
REFLEXIÓN
La vida de Jeremías fue una vida marcada por muchos miedos, especialmente debidos a la incomprensión y dureza de su propio pueblo. Marcado por una soledad dolorosa, que no carecía de significado en el conjunto de su ministerio profético, este hombre admirable vivió con intensidad singular lo que significa "amar a Dios sobre todas las cosas". En su voz, aterrada por las amenazas de sus enemigos, sigue siendo más fuerte el amor a Dios y a su alianza.
Tal es la fuerza de la fe. No es un blindaje que nos impide sentir la oposición, la burla, el dolor o la incomprensión. No es una anestesia que nos distrae mientras el mundo nos ataca con su crueldad o nos castiga con su indiferencia. Es una luz sobrenatural que nos permite reconocer detrás de toda bruma el esplendor de un amor que se ha entregado entero por nosotros; es una energía interior que nos mueve más allá de nosotros mismos a una fidelidad que no es otra cosa sino la fidelidad divina obrando adentro de quienes han estado dispuestos a creer.
SALMO RESPONSORIAL: 17
R. / En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.

Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R.

En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es una alabanza a Dios (puesta en boca de David) por la protección que obtuvo en su lucha contra diversos enemigos. La presencia de Dios se manifestó en medio de la tormenta. El tono guerrero de este salmo podemos tomarlo como una imagen literaria y aplicarla a realidades nuevas, en el orden espiritual. También estamos en lucha con el pecado, con el mal, con la muerte. Dios es el único que pude iluminar nuestras tinieblas. Cristo, es el Rey victorioso.     

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,31-42
“Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos”
En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: "Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?" Los judíos le contestaron: "No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios." Jesús les replicó: "¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre." Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad." Y muchos creyeron en él allí.  Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Jesús ha sido fiel a su Padre Dios. Lo único que ha hecho durante toda su vida es mostrar el amor y la bondad infinita del Padre. Las buenas obras de Jesús se dirigen a reconstruir la creación como estaba en el diseño de Dios. Jesús busca por todos los medios posibles inaugurar el reino de la vida y destruir el imperio de la muerte. La obra de Dios, que Jesús confirma con su vida y su palabra, es un ininterrumpido trabajo de creación y de liberación. Esa tarea que hace el Padre, también la hace el Hijo y asume las consecuencias de crear la vida y de liberarla de toda esclavitud. Jesús se presenta como Hijo. No tiene más nada que lo acredite frente al Pueblo. Dios mismo da testimonio de él, pero la gente más creyente no le cree a Dios. Esto puede pasar hoy con nosotros. Estemos atentos. Que tanta religión no nos haga perder de vista la revelación plena de Dios en su Hijo Jesús.

ORACIÓN
Queremos Señor apasionarnos por ti, enamorarnos  de ti, estar contigo y así siempre vivir, con nuestra vida puesta en tus manos, seguros(as) de tu amor, acompañamiento y ayuda. No nos sueltes de tu mano, por favor; que tu Espíritu Santo nos envuelva en todas las áreas de nuestra vida para vencer todo  lo que nos aparte de ti. Amén.

Cuando hablamos en nombre de Dios no debemos preocuparnos por alcanzar la aprobación de las otras personas


Sábado de 04 de Abril de 2020


“ES HORA DE CONSTRUIR COMUNIDAD”

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 37,21-28

“Los haré un solo pueblo”

Así dice el Señor: "Yo voy a recoger a los israelitas por las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar. Los haré un solo pueblo en su país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos ellos. No volverán a ser dos naciones ni a desmembrarse en dos monarquías. No volverán a contaminarse con sus ídolos y fetiches y con todos sus crímenes. Los libraré de sus pecados y prevaricaciones, los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos por obra.

Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, en la que habitaron vuestros padres; allí vivirán para siempre, ellos y sus hijos y sus nietos; y mi siervo David será su príncipe para siempre. Haré con ellos una alianza de paz, alianza eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté entre ellos mi santuario para siempre."  Palabra de Dios

REFLEXIÓN
Miremos cuántas cosas nos promete el Señor por boca de este profeta: el cumplimiento de las promesas hechas al pueblo de la alianza; la reconciliación y la unidad, la victoria sobre la idolatría, el fin de la tiranía del pecado, una nueva pureza, estado de amistad y amor con Dios, dulzura en una paz estable y duradera, gloria entre todos los pueblos. Si examinamos estos bienes maravillosos notamos que comprenden dos momentos básicos: la sanación de las heridas del mal y la consolidación en la obra del bien. Y eso es la Pascua, eso es lo que el Señor ha querido darnos con la muerte de Cristo, en la que nuestros males han muerto y con la Resurrección de Cristo, en donde ha encontrado cimiento y fuerza toda bendición.

SALMO RESPONSORIAL: JEREMÍAS 31
R. / El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
"El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño." R.

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R.

OREMOS CON EL SALMO

Este es un Salmo de instrucción. Eso quiere decir que en este Salmo David estaba dándonos instrucciones. Lo segundo que destacamos es que en este Salmo está el registro de su confesión, del perdón recibido, y de la bendición de su completa restauración. Aquí destacamos la mención de la Palabra de Dios y las obras de Dios, que constituyen una referencia a Sus obras creativas. Dios utilizó Su voz, no para destruir, sino para crear. Y por la Palabra de Dios fue creado este universo en el cual nos encontramos.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 11,45-57

“Para reunir a los hijos de Dios dispersos”

En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: "¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación." Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: "Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera." Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: "¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?" Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Jesús va llegando a la plenitud de la misión. La tensión con sus adversarios, las autoridades religiosas judías, va aumentando. Sus innumerables signos se hacen insoportables. Jesús, consiente del inminente peligro que corre permaneciendo en la ciudad, se retira a un lugar apartado. Las autoridades comienzan a maquinar la manera de detenerlo. Ponen precio a su cabeza. Es mejor que muera un hombre por el pueblo a que perezca toda la nación en manos de los romanos. La sentencia está dictada. Jesús debe morir. La cuestión es encontrar la estrategia para detenerlo sin alborotar al pueblo. Entonces buscan la forma de prenderlo. ¡Cuántas veces, en nuestros contextos sociales y eclesiales, se prefiere acallar a una persona o a una comunidad por conveniencia, aunque se tenga que sacrificar la justicia y la verdad! Pero Jesús se mantiene firme, coherente, radical hasta el final. Apostar por la verdad, la justicia, la paz y el amor, como valores supremos del Reino, tiene su propio valor: ratificar el compromiso con la propia vida, asumir el sacrificio o incluso la muerte para que brillen la justicia y la verdad. – He aquí el desafío para los seguidores de Jesús en el mundo de hoy, que reclama y necesita gente coherente.

ORACIÓN
Amado Dios Gracias, porque Tú eres el Rey de nuestra vida y de nuestras pequeñas comunidades. Aunque es tan difícil en nuestra realidad  juntarse y unirse para hacer el bien, luchar  por la justicia y denunciar la injusticia, mantenerse firme y radical con los principios de Reino, compartir el pan y la vida, queremos comprometernos a hacerlo como tú lo hiciste;  ayúdanos a actuar coherentemente, a ser  fermento en este difícil y consternado mundo y que nunca nos apartemos  de Tu camino y verdad. Amén.

En nuestras familias debe reinar la paz, las buenas relaciones, el amor y nunca el rencor


Domingo 05 de Abril de 2020

Domingo de Ramos

“HACER Y PADECER”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS  50,4-7

“No me tapé el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado”

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabilaba el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.  Palabra de Dios
  REFLEXIÓN
El Padre Dios le ha dado al profeta, oído de discípulo para saber escuchar, en su propio dolor, el grito angustioso de tantos hombres y mujeres que sufren en el mundo y mueren injustamente como él. Y le ha dado lengua de discípulo para saber decir una palabra de aliento a los cansados, a los tristes, los marginados y los crucificados de la historia.  Porque él mismo ha sufrido hasta lo indecible, puede ahora hablar, acompañar, consolar, animar y transformar el dolor humano para volverlo canto de vida y de victoria con su resurrección.

SALMO RESPONSORIAL: 21
R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto le quiere." R.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R.

Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
 Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel. R.

OREMOS CON EL SALMO
En medio de una gran aflicción, el salmista, perseguido injustamente, expresa su confianza en la ayuda del Señor. Este salmo lo aplica el Nuevo Testamento a Cristo en su pasión. Casi todo el salmo puede leerse en esa perspectiva. Sin embargo, la esperanza de no morir queda transformada por la realidad de la nueva vida de Cristo resucitado. El discípulo(a) de Cristo resucitado ha de tomar la cruz y seguirlo…

SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES  2,6-11

“Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo”
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.   Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo emite este mensaje a la comunidad de Filipos para enseñar sobre la humildad y la sencillez, sobre todo a la renuncia a creerse más que los otros, superiores o con mayor dignidad. En contraste con Adán, que quiso ser más de lo que era, y también en contraste con los demás hombres que también lo pretendemos a nuestra escala, Jesucristo no se aferra a su propio ser divino, sino en cierta manera renuncia a Él. Naturalmente no deja de ser Dios, pero vive en la tierra como si no lo fuera, compartiendo toda la condición humana hasta en sus aspectos más oscuros. Es el himno de la solidaridad de Dios con los pequeños, los pobres, los débiles… no con palabras, sino con su propia vida. Se trata de un invento sólo posible a Dios, que le permite acceder a aspectos débiles que por sí mismo no le corresponden.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 26,14-27,66

“La Pasión del Señor”

C. En aquel tiempo uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
S. "¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?"
C. Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
S. "¿Donde quieres que te preparemos la cena de Pascua?"
C. Él contestó:
+ "Id a casa de Fulano y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos"".
C. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
+ "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar".
C. Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
S. "¿Soy yo acaso, Señor?"
C. Él respondió:
+ "El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!, más le valdría no haber nacido".
C. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S. "¿Soy yo acaso, Maestro?".
C. Él respondió:
+ "Así es".
C. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a los discípulos diciendo:
+ "Tomad, comed: esto es mi cuerpo".
C. Y cogiendo un cáliz pronunció la acción de gracias y se lo pasó diciendo:
+ "Bebed todos; porque ésta es mi sangre, sangre de la alianza derramada por todos para el perdón de los pecados. Y os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el Reino de mi Padre"
C. Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo:
+ "Esta noche vais a caer todos por mi causa, porque está escrito: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño". Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea".
C. Pedro replicó:
S. "Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré".
C. Jesús les dijo:
+ "Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante tres veces, me negarás".
C. Pedro le replicó:
S. "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré".
C. Y lo mismo decían los demás discípulos. Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
+ "Sentaos aquí mientras voy allá a orar".
C. Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse. Entonces dijo:
+ "Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad conmigo".
C. Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
+ "Padre mío, si es posible, que pase y se aleje d mí ese cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres".
C. Y se acercó a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro:
+ "¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil".
C. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
+ "Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad".
C. Y viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque estaban muertos de sueño. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras. Luego se acercó a sus discípulos y les dijo:
+ "Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega".
C. Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
S. "Al que yo bese, ése es: detenedlo".
C. Después se acercó a Jesús y le dijo:
S. "¡Salve, Maestro!"
C. Y lo besó. Pero Jesús le contestó:
+ "Amigo, ¿a qué vienes?"
C. Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús le dijo:
+ "Envaina la espada: quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura que dice que esto tiene que pasar".
C. Entonces dijo Jesús a la gente:
+ "Habéis salido a prenderme con espadas y palos como a un bandido? A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis".
C. Todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. Los que detuvieron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los letrados y los senadores. Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello. Los sumos sacerdotes y el consejo en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos que declararon:
S."Este ha dicho: "Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días".
C. El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo:
S. "¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?"
C. Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
S. "Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios".
C. Jesús respondió:
+ "Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo."
C. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo:
S. "Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?"
C. Y ellos contestaron:
S. "Es reo de muerte".
C. Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon diciendo:
S. "Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado".
S. Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo:
S. "También tú andabas con Jesús el Galileo".
C. Él lo negó delante de todos diciendo:
C. "No sé qué quieres decir".
C. Y al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
S. "Este andaba con Jesús el Nazareno".
C. Otra vez negó él con juramento:
S. "No conozco a ese hombre".
C. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron: "Seguro; tú también eres de ellos, se te nota en el acento".
C. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo:
S. "No conozco a ese hombre".
C. Y en seguida cantó el gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: "Antes de que cante el gallo me negarás tres veces". Y saliendo afuera, lloró amargamente.
Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y atándolo lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador. Entonces el traidor sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de palta a los sumos sacerdotes y senadores diciendo:
S. "He pecado, he entregado a la muerte a un inocente".
C. Pero ellos dijeron:
S. "¿A nosotros qué? ¡Allá tú!"
C. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
S. "No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas porque son precio de sangre".
C. Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía "Campo de Sangre". Así se cumplió lo escrito por Jeremías el profeta: "Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor".
Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:
S. "¿Eres tú el rey de los judíos?"
C. Jesús respondió:
+ "Tú lo dices".
C. Y mientras la acusaban los sumos sacerdotes y los senadores no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:
S. "¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?"
C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, dijo Pilato:
S. "¿A quien queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman Mesías?"
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:
S. "No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él"
C. Pero los sumos sacerdotes y los senadores convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús. El gobernador preguntó:
S. "¿A cuál de los dos queréis que os suelte?"
C. Ellos dijeron:
S. "A Barrabás".
C. Pilato les preguntó:
S. "¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?"
C. Contestaron todos:
S. "¡Que lo crucifiquen!"
C. Pilato insistió:
S. "Pues ¿qué mal ha hecho?"
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
S. "¡Que lo crucifiquen!"
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia del pueblo, diciendo:
S. "Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!"
C. Y el pueblo contestó:
S. "¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!"
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotado, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo:
S. "¡Salve, rey de los judíos"!
C. Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar. Al salir, encontraron un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz.
C. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir "La Calavera"), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo, probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: "Este es el Rey de los Judíos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza:
S. "Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz".
C. Los sumos sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo:
S. "A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?".
C. Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó:
+ "Elí, Elí, lamá sabaktaní"
C. (Es decir:
+ "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?")
C. Al oírlo algunos de los que estaban allí dijeron:
S. "A Elías llama éste".
C. Uno de ellos fue corriendo; en seguida cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían:
S. "Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo".
C. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.
Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rasgaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que él resucitó salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados:
S. "Realmente éste era Hijo de Dios"
C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.
Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.
A la mañana siguiente, pasada el día de la preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. "Señor, nos hemos acordado que aquel impostor estando en vida anunció: "A los tres días resucitaré". Por eso da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos". La última impostura sería peor que la primera. Pilato contestó:
S. "Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis".
C. Ellos fueron, sellaron la pierda y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.
Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN
Jesús no aceptó la aclamación de las multitudes que pretendían hacerlo rey después de ver sus asombrosos milagros, no quiso una corona cuando todos exclamaban: "¡todo lo hace bien!" (Mc 7,37). Huyó a la montaña muchas veces y a menudo se refugió en la oración y la intimidad con Dios, su Padre y en todas esas ocasiones, cuando hubiera sido sencillísimo y casi natural proclamarse Hijo de David y sucesor del trono para liberar a Israel, guardó silencio, se ocultó discreto, oró en lo escondido, se apartó de las aclamaciones y los vítores. Pero hubo un día en que aceptó el aplauso y no huyó de la ovación de su pueblo, un día aceptó ser rey, y selló su destino, cambió la historia y abrió un futuro para el universo entero con el gesto humilde y noble que hoy contemplamos: miremos todos, asómbrese el mundo, cante Judá y no calle Israel: Jesús, el Nazareno, es el Rey, y manso entra en la ciudad de David rodeado de humilde corte.¿Por qué lo hizo?
 Es que bien sabía Jesús qué le esperaba después de esos aplausos y cuánto cambiarían esas voces en cuestión de horas. Percibía su corazón el odio exacerbado de aquellos poderosos que veían en él un peligro para sus intereses. Y en cuanto a sus discípulos, entendía cuán frágil era su amor, así le juraran lo contrario. Sabía que ser rey, en medio de semejante torbellino de pasiones y venganzas, más que un honor era un acto de compasión, una obra de misericordia, una manifestación, la última y más perfecta, de su amor inextinguible.
Y por eso la Iglesia, después de invitarnos a cantar aclamaciones al Mesías Pacífico y verdadero Rey, nos invita a mirar en un solo y maravilloso conjunto qué fue lo que entonces sucedió, en la Pasión del Señor. Es bueno oír así de una sola vez la Pasión para entender que fue Uno solo el que todo sufrió y Uno solo el que todo venció. Fue Uno solo el que cargó con nuestras culpas y Uno solo el que las arrojó a lo hondo del mar. Uno solo venció a nuestro enemigo, Uno solo triunfó sobre la muerte, Uno solo nos amó hasta el extremo, Uno solo nos dio el perdón, la paz, la gracia y la vida que no acaba. Uno solo: Jesucristo, el Hijo del Dios vivo.
Miremos, pues, con ojos de gratitud y escuchemos con oídos de discípulo el sublime testimonio de este relato. Nada hay semejante en las páginas o escritos de esta tierra. Nada se compara a la altura de ese perdón que, como en cascada, cae desde la Cruz para hacer un nuevo diluvio, no de venganza y castigo, sino de misericordia y de gracia. Nada tan útil y saludable como esta historia de redención, la única que será de nuestro interés cuando nuestros ojos se cierren a las vanidades de esta tierra y tengan que abrirse, para gloria en la eternidad

ORACIÓN
Señor que al recordar la revelación de tu pasión se abran nuestros oídos para que como comunidad escuchemos la palabra que se nos dirige, haciéndonos capaces de generar vida y justicia en toda circunstancia. También para hacer del mensaje de la cruz no tanto una devoción sino un compromiso como discípulos(as) misioneros(as) en favor de los perseguidos y silenciados por causa de la justicia. Amén 


El participar del misterio de tu pasión, nos debe conducir a abrir el corazón para generar vida y justicia para nuestro semejantes