sábado, 1 de abril de 2023

Domingo 02 de Abril de 2023

Domingo de Ramos

“HACER Y PADECER”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS  50,4-7

“No me tapé el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado”

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabilaba el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.  Palabra de Dios
  REFLEXIÓN
El Padre Dios le ha dado al profeta, oído de discípulo para saber escuchar, en su propio dolor, el grito angustioso de tantos hombres y mujeres que sufren en el mundo y mueren injustamente como él. Y le ha dado lengua de discípulo para saber decir una palabra de aliento a los cansados, a los tristes, los marginados y los crucificados de la historia.  Porque él mismo ha sufrido hasta lo indecible, puede ahora hablar, acompañar, consolar, animar y transformar el dolor humano para volverlo canto de vida y de victoria con su resurrección.

SALMO RESPONSORIAL: 21
R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto le quiere." R.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R.

Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
 Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel. R.

OREMOS CON EL SALMO
En medio de una gran aflicción, el salmista, perseguido injustamente, expresa su confianza en la ayuda del Señor. Este salmo lo aplica el Nuevo Testamento a Cristo en su pasión. Casi todo el puede leerse en esa perspectiva. Sin embargo, la esperanza de no morir queda transformada por la realidad de la nueva vida de Cristo resucitado. El discípulo(a) de Cristo resucitado ha de tomar la cruz y seguirlo…

SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES  2,6-11

“Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo”
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.   Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo emite este mensaje a la comunidad de Filipos para enseñar sobre la humildad y la sencillez, sobre todo a la renuncia a creerse más que los otros, superiores o con mayor dignidad. En contraste con Adán, que quiso ser más de lo que era, y también en contraste con los demás hombres que también lo pretendemos a nuestra escala, Jesucristo no se aferra a su propio ser divino, sino en cierta manera renuncia a Él. Naturalmente no deja de ser Dios, pero vive en la tierra como si no lo fuera, compartiendo toda la condición humana hasta en sus aspectos más oscuros. Es el himno de la solidaridad de Dios con los pequeños, los pobres, los débiles… no con palabras, sino con su propia vida. Se trata de un invento sólo posible a Dios, que le permite acceder a aspectos débiles que por sí mismo no le corresponden.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 22, 14-23. 56

Pasión del Señor

“Hagan esto en memoria mía”

REFLEXIÓN
Leemos hoy el relato de la Pasión del Señor según Lucas. Lucas, como es sabido, es considerado el evangelista de la misericordia, del amor infinito de Dios que se ha manifestado en Jesucristo. Ninguno de los evangelistas ha percibido como él la sensibilidad del amor del Padre, que se deja sentir de manera especial entre los pobres, entre los que sufren, entre los marginados. No es difícil constatar en el evangelio de Lucas la preocupación de Jesús por los débiles, las viudas, los huérfanos, las mujeres, los pecadores....Este mismo interés se manifiesta en la narración de los acontecimientos de la Pasión del Señor. En primer lugar, porque todo este relato está sustentado por un conocimiento del alma de Jesús, cuya intimidad nos es revelada por el evangelista cuando nos deja ver su estrecha relación con el Abba (Padre)  misericordioso, en los momentos de oración (Lc 22,42); o cuando su Padre le da valor en medio del sufrimiento (Lc 22,43).
En segundo lugar, la cruz aparece en este relato de la Pasión como un verdadero sacramento del amor divino: la revelación de la misericordia en medio del sufrimiento. Lucas no pone la atención en los aspectos negativos y crueles de esta situación. En su narración se omiten recuerdos o referencias que aparecen en los otros evangelistas como la flagelación o la coronación de espinas que sirven para inculpar a los que llevaron a Jesús a la muerte. Lucas nos quiere hacer descubrir el amor del Padre hacia su Hijo y hacia todos los seres humanos, aún en esta situación de dolor. Jesús no aparece abandonado en el Calvario: está acompañado de amigos y conocidos (Lc 23,49) y reemplaza el grito del Salmo 21 de Mateo por la manifestación ilimitada de confianza del Salmo 30,6: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
A la luz de todo esto es comprensible el papel que desempeña en este relato de la Pasión la actitud del perdón, sólo explicable desde el misterio de la misericordia. En definitiva todo el mundo queda limpio y se insiste en hechos positivos, sólo explicables desde la virtud reconciliadora del sufrimiento de Jesús o desde su actitud de perdón: el caso de Pilato (Lc 23,4.13-15.20-22); el del agresor a quien Pedro cortó una oreja y que es sanado por Jesús (Lc 22,51); el de Pedro (Lc 22,61); el de todos los judíos (Lc 23,34). Sólo en Lucas Jesús se dirige con palabras consoladoras a las mujeres que de lejos los siguen. Para Jesús, en todo el evangelio de Lucas, las mujeres hacen parte del discipulado y merecen un trato respetuoso. Ahora, camino del Calvario, la fidelidad de las mujeres a su maestro es reconocida por el Señor.
La Pasión y la muerte de Jesús son una verdadera revelación: la manifestación de la misericordia del Padre. Lucas concibió el relato de la Pasión como una contemplación de Jesús. Por eso este relato es una invitación al lector  a aproximarse a Jesús, a seguirlo, a llevar con él la cruz de cada día (9,23). En la palabra que dirige en la cruz al malhechor arrepentido, ese ‘hoy’ nos remonta a Lc 4,21 cuando en la sinagoga de Nazaret, Jesús declara que “hoy se ha cumplido” el pasaje de Is 61,1-2 que acababa de leer. El tiempo se ha cumplido y él, que ha venido para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y para proclamar el año de gracia del Señor” ha cumplido su misión, porque va a morir colgado de la cruz, pero seguirá viviendo en medio de nosotros.

ORACIÒN
Señor que al recordar la revelación de tu pasión se abran nuestros oídos para que como comunidad escuchemos la palabra que se nos dirige, haciéndonos capaces de generar vida y justicia en toda circunstancia. También para hacer del mensaje de la cruz no tanto una devoción sino un compromiso como discípulos(as) misioneros(as) en favor de los perseguidos y silenciados por causa de la justicia. Amén 

El participar del misterio de tu pasión, nos debe conducir a abrir el corazón para generar vida y justicia para nuestro semejantes


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