lunes, 1 de abril de 2019

ABRIL 2019

“PASCUA ES TIEMPO PARA VER, CREER Y HACER”

En este nuevo mes continuamos en la primera semana reflexionando en torno a la Cuaresma “tiempo de preparación, purificación y penitencia”, y  luego celebraremos la gran fiesta de la Pascua.

En sus orígenes, la Pascua era una fiesta de pastores en el Antiguo Oriente. Se celebraba cada año, por primavera, porque era el tiempo propicio para la búsqueda de frescas aguas y nuevos pastos; un tiempo donde se sacrificaba el animal más joven para pedir la fecundidad de los rebaños. Más adelante los judíos la convierten en una fiesta que celebra dos acontecimientos vitales en su historia: la liberación de la esclavitud de Egipto y la posesión de la tierra prometida.

Los cristianos celebramos en la pascua nuestra fiesta más importante:  La Resurrección de Jesús. La Pascua cristiana comienza con unas protagonistas: las mujeres, que van en un caminar hacia el sepulcro, cuando todavía está oscuro (Jn. 20.1), la oscuridad indica en medio de su alejamiento la fe de María Magdalena, quien a su vez representa a la comunidad cristiana. El amor a Jesús se mantenía, pero la fe se había perdido. Pensaban que con la muerte de Jesús todo había terminado. “La fuga de los Apóstoles” (Marc. 15, 50), “la decepción de los discípulos de Emaús” (Luc 24, 21) y “el miedo a los judíos”  (Juan 20, 19) sugiere con claridad la sensación de fracaso que invadió a los primeros creyentes. Hoy puede pasar lo mismo; la fe de muchos cristianos permanece  a oscuras no porque duden de la Resurrección de Jesús, sino porque no han tenido una experiencia de ella y de hecho no se pueden comprometer con el proyecto de vida de Jesús.

Todos habían visto lo que Jesús hizo, pero en el fondo de su corazón no terminaban de creer en la acción de su Palabra. Como en la parábola del “banquete de bodas” (Mat. 22,1-14), los discípulos estaban en la fiesta de Jesús, pero no tenían el traje apropiado. Les faltaba el vestido de la Palabra, y la fidelidad a la vida comunitaria,  la fe en camino de justicia y solidaridad. Una verdadera fe de la comunidad resucitada implica: Un ver, creer y hacer. Esto lo confirma Mateo  25, 31-4.
La Pascua cristiana es tiempo para ver creyendo y para creer haciendo. Es tiempo de hacer algo por los demás; es tiempo de reconstruir las ruinas de una humanidad que tanto necesita de amor misericordioso, justicia y solidaridad, alegría y esperanza en un presente y un futuro mejor.
Toda la alegría y el optimismo de las discípulas y discípulos tenían una razón: Jesús el Señor está vivo y se les apareció en el camino, les reunió en comunidad en torno a su Palabra y les envío a la misión. Por eso Resurrección, comunidad, Palabra y misión están unidos y son lo mismo. Esa es la gran tarea de la iglesia de todos los tiempos, para ello no está sola sino es animada por la fuerza del Espíritu Santo (Luc. 24; 48-49).

Unas felices Pascuas en el Señor. Bendiciones en este tiempo de Resurrección para ti, tu familia y tu pequeña comunidad.

Roberto Zamudio

PROMESA BIBLICA DEL MES.

Si Cristo no ha resucitado, es vana nuestra proclamación, es vana nuestra fe”
                                                                                                             1° Corintios 15,14


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