viernes, 1 de abril de 2016

Sábado 09 de Abril de 2016


“JESÚS DA LA PAZ EN MEDIO DE LAS TORMENTAS DE LA VIDA”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 6,1-7

“Eligieron a siete hombres llenos de Espíritu”
En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: "No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra." La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.  Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Los cristianos no somos gente perfecta, esto hay que tenerlo muy claro, hasta ahora solamente vamos en camino de santidad, pero no de perfección; aunque intentamos serlo, no hemos acabado nuestro proceso de conversión, aunque algunos ya llevemos  nuestro tiempo andando por ese camino. Esto no es algo novedoso, siempre la humanidad ha pasado por estas situaciones. Por muy buena que sea una comunidad, no es perfecta, tampoco es extraño que en el camino haya habido momentos de crisis y tensión.
La primera comunidad de Jerusalén en los Hechos de los Apóstoles también paso por dificultades internas y externas; no era una comunidad ideal. Los diferentes grupos con sus diversas lenguas, aramea y griega, tenían problemas en la convivencia. La lengua no es sólo una gramática y un vocabulario: es el reflejo de una cultura y de una formación. La fe en Cristo une a todos los grupos pero la sensibilidad no cambia fácilmente y puede dar lugar a roces y tensiones como la que encontramos hoy en esta primera lectura. Es admirable la serenidad con que se resolvió el conflicto, con un oportuno diálogo entre los apóstoles y la comunidad. Así se llegó al nombramiento y ordenación a partir de la propuesta de nombres por parte de todos, de esos siete diáconos del grupo helénico, y luego, a una razonable descentralización y división de funciones entre los apóstoles y los diáconos. Tradicionalmente se ha considerado este pasaje como la institución del diaconado en la iglesia, con la oración y la imposición de las manos por parte de los apóstoles y sus sucesores. Quedan así asociados como colaboradores del ministerio de los presbíteros y los obispos. Aunque aquí parecía que los diáconos se iban a dedicar a la administración y organización de los bienes de la comunidad, mientras los apóstoles de tiempo completo a la predicación de la Palabra y la oración. Así lo veremos en los días sucesivos con Esteban y Felipe.

SALMO RESPONSORIAL: 32
R. / Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la citara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO:
Este himno es una invitación a celebrar la omnipotencia de la Palabra de Dios, puesta de manifiesto en la creación del mundo (vs. 1-9), y a reconocer el designio divino que dirige todos los acontecimientos, en especial el destino del Pueblo elegido (vs. 10-12). La frustración de los planes de las naciones (v. 10) no es más que el reverso de esa solicitud universal de Dios, siempre dispuesto a eliminar los obstáculos que se oponen a los designios de su Providencia. Pero Dios no está presente únicamente en los grandes acontecimientos de la historia, sino que penetra en el corazón de cada hombre y vela sobre los detalles más pequeños de la vida cotidiana (vs. 13-15, 18-19).

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,16-21

“Vieron a Jesús caminando sobre el lago”
Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron. Pero él les dijo: "Soy yo, no temáis." Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
El texto que leímos ayer hacía patente la falsa comprensión que los discípulos tenían frente al poder de Jesús. Ellos querían hacerlo rey, pues veían en él a un hombre capaz de hacer verdadera justicia. Este propósito nacionalista era contrario a la actitud de servicio que Jesús había asumido en la multiplicación de los panes. Los discípulos se han alejado de la luz, han embarcado sin Jesús, y sin él la barca-comunidad comienza a ser atacada por las olas, pues han perdido su horizonte, han optado por permanecer en la ideología propia del sistema opresor, son partidarios del poder y desean que Jesús también lo sea; pero es imposible, pues el poder, cualquiera que sea, somete la libertad del ser humano y se hace enemigo del amor. Sólo la presencia de Jesús puede erradicar el miedo de los discípulos; basta con escuchar su palabra para que los atemorizados discípulos lo reconozcan y lleguen a tierra firme. – En muchas ocasiones, como Iglesia, hemos optado ciegamente por el poder y el reconocimiento, alejándonos así del amor a Dios y a los hermanos; preferimos vender nuestra libertad al sistema por temor de ser juzgados; es necesario vencer el miedo, porque el miedo es la ausencia de libertad y de fe en el Señor.

ORACIÓN
Amado Jesús ayúdanos a no temer, a confiar en que tú nos sostienes y caminas con nosotros aunque por nuestra condición no te veamos claramente. Gracias porque en medio de las dificultades nos das la certeza de tu apoyo y tu presencia, por eso no podemos dejar de comunicarnos contigo. Amén.

“Pide al Señor te infunda paz, serenidad y sabiduría en momentos de crisis y dificultad”


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