viernes, 1 de abril de 2016

Miércoles 06 de Abril de 2016


“EL HIJO DEMUESTRA EL GRAN AMOR DE DIOS POR NOSOTROS”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5,17-26

Los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido -la secta de los saduceos-, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: "Id al templo y explicadle allí al pueblo íntegramente este modo de vida."
Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: "Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro." El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando: "Los hombres que metisteis en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo." El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Seguimos el comportamiento de la primera comunidad y de los discípulos, seguimos el apostolado que está en cabeza de Pedro. Y nos encontramos hoy con que, de nuevo, han ido a parar a la cárcel los apóstoles.  Los ha mandado detener el Sanedrín, sobre todo el grupo de los saduceos. Pero el ángel del Señor les libera y les anima a seguir dando testimonio. Se repite la dinámica de la Pascua de Jesús: la muerte y la resurrección, la persecución y la liberación. Y  los apóstoles obedientes una vez más, e íntimamente convencidos de lo que hacen, -se ponen a enseñar en el templo- ya de buena mañana. La obra de Dios sigue adelante: no tiene barreras. Las autoridades tienen que volver a mandar que los detengan, aunque con miedo al pueblo.  A la fe en Cristo Jesús que predican  los apóstoles la llama el ángel: “ese modo de vida”. Y es que no se trata sólo de conocimiento, sino un estilo que revoluciona la vida entera de los seguidores de Jesús.
SALMO RESPONSORIAL: 33
R. / Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este salmo lo compuso David cuando se presentó ante el rey Abimelec y quiso hacerle creer que estaba loco. Por eso Abimelec le ordenó que saliera de su presencia. Es un Himno de alabanza al Señor por su palabra creadora y su dominio de la historia.
El plan de Dios es un plan de salvación que no pueden frustrar los planes humanos adversos; que incorpora en su realización las acciones de los hombres, conocidos por Dios. La confianza, como enlace del hombre con el plan de Dios, se convierte en factor histórico activo, para encarnarse en la historia de la salvación.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,16-21
“Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por Él”
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN

La continuación del encuentro-diálogo de Jesús y Nicodemo, nos lleva a profundizar en la piedra angular de la obra del cuarto evangelista: “el Amor Mayor de Dios al mundo” que se manifiesta, ante todo, en la entrega de su Hijo único, para la vida de todos los que creen en Él. Es un amor que ni juzga ni condena pues se funda en la gratuidad de quien lo da y que quiere comunicarnos su misma vida, la vida eterna, que es la plenitud de la vida de Él en nosotros. Acoger y vivir en ese amor es estar en la luz; rechazarlo y negarlo es estar en las tinieblas. Se es juzgado o no según se crea o no en ese amor. El sufrimiento y la marginación en que viven millones de personas, dejan en evidencia lo mucho que aún nos falta para vivir en esa luz-amor. ¿Es desde la experiencia de este Amor Mayor de Dios que se configuran todas nuestras acciones y decisiones en la vida?

ORACIÓN
Padre, en el nombre de Jesús te rogamos que, a modelo de ustedes (padre e hijo), nos  ayudes a comprender y desarrollar un amor de donación y entrega que sea tan intenso y a tal punto, que nuestra existencia sea capaz de entregarlo todo por el bien de los semejantes y de todo lo creado por ti. Por tu Cruz, Jesús haznos más como Tú que entregas tu vida por favorecer a otros. Amén

“Aprovechemos todas las circunstancias, aún las adversidades, para anunciar el Evangelio y el amor de Dios por nosotros”


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