viernes, 1 de abril de 2016


CUARTO FRUTO DE LA MISERICORDIA:  LA REPARACIÓN

Miremos un momento en el pensamiento bíblico algunas ideas que nos pueden aproximar al tema un poco complicado, de la REPARACIÓN:
Se entiende desde el Antiguo Testamento, el término de reparar como remediar un daño causado, desagraviar una ofensa ante una injusticia, restablecer el ánimo y las fuerzas perdidas, dar un nuevo aliento y vigor; componer o enmendar un error cometido. Este sentimiento, deseo y pensamiento bíblico en torno a la reparación, surgen o están muy ligados  primero a la idea de un reconocimiento del error o daño que se causó a otro y que como consecuencia se le dejó en una realidad de vulnerabilidad. Por eso, en la experiencia del pueblo de Dios, vulnerabilidad, reconocimiento y reparación son como lo mismo y están sumergidos en la interpretación del dolor y sufrimiento del pueblo de Israel, tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento con las nuevas comunidades cristianas; y que luego va a asumir la Iglesia como el nuevo pueblo de Dios. Experiencia humana que vive el creyente y que siempre nacía del amor de Dios, y pasando por el perdón tiene que convertirse en una acción reparadora como verdadero fruto o enmienda del mal que se ha causado. Podríamos afirmar que la Biblia entera es el relato de cómo Dios reconociendo la debilidad de su creatura y por sola gracia, bondad y misericordia sale siempre al encuentro de todos sus hijos, que se encuentran en debilidad, exclusión para llevarlos a la plenitud, reparando lo dañado y ofreciendo la salvación. De esta manera reparación tiene que ver como lo veremos más adelante en otro fruto de la misericordia con la justicia.
Recompensar por los daños sufridos y las pérdidas ocasionadas con respecto a la relación con Dios, significa siempre recompensar el amor o alejamiento, la infidelidad y el egoísmo causado por el pecado. En el Antiguo Testamento se habla como signo de reconciliación con Dios, siempre el trabajar por reparar la causa en la casa de Dios. En el Nuevo Testamento Jesucristo es el gran reparador que vino a restaurar los daños causados por el pecado en la casa de Dios que es la comunidad, la familia o pueblo vivo donde Él habita.

Algunos textos bíblicos sobre el tema de la reparación:
-Números 21,27
-2da de Reyes 12, 5
-1ra Crónicas 11, 8
--1ra Crónicas 26,27
- Esdras 4,12
- Nehemías 3,8
- Job 4,20
-Proverbios 25,10
- Cantares 1,6
-Hechos 15,16


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