Natividad
del Señor
“HOY NOS HA NACIDO NUESTRO LIBERADOR:
¡FELIZ NAVIDAD!”
PRIMERA
LECTURA
ISAÍAS 52,7-10
“Verán los confines de la tierra la victoria
de nuestro Dios”
¡Qué
hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que
trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: "Tu Dios es
rey"! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al
Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el
Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo
brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la
victoria de nuestro Dios. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
El Antiguo Testamento contenía una orden muy severa:
"no puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir". ¡Oh
dura prohibición! ¡Sólo él es el Dios vivo, y sin embargo no puede vérsele y
tener vida!
Hoy ese límite ha sido transpuesto, y el trasgresor no
merece castigo, porque es el mismo Dios. Isaías, cantor de la esperanza en el
Dios vivo, lo había proclamado: "tus centinelas alzan la voz y todos a una
gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor que retorna a
Sión" (Is 52,8). Para el gran profeta, "ver a Dios" era ver
restaurada la ciudadela de Sión; es más grande lo que hemos recibido: es la
humanidad entera la que ha sido restaurada y hoy se recuesta en el regazo de
María para delicia de cuantos quieran ver al Recién Nacido.
Cuando Isaías decía: "verá la tierra la
salvación" era ese un ver pasivo, era ver que Dios salía a salvar a los
suyos; es más grande lo que hemos recibido: no el reino de Judá sino cada
pueblo, cada raza y cada nación está en deuda con el Niño del pesebre; hemos
visto que es grande para salvarnos.
Las buenas noticias alegran la vida de la gente, y esa
alegría alborozada se manifiesta en palabras de cariño y gratitud para el
portador de ellas. Es lo que describe Isaías en este canto del cual sólo
tomamos dos estrofas. La alegría de los pisoteados es inmensa ante el anuncio
de las buenas noticias de la liberación; la bota opresora ha sido vencida y
ahora los desterrados podrán volver a su terruño, a su ciudad. Quien anuncia la
liberación es siempre bienvenido, bien acogido por quien aspira ser liberado.
SALMO RESPONSORIAL 97
R/Los confines de
la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un
cántico nuevo,
porque ha hecho
maravillas:
su diestra le ha
dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a
conocer su victoria,
revela a las
naciones su justicia:
se acordó de su
misericordia y su fidelidad
en favor de la casa
de Israel. R.
Los confines de la
tierra han contemplado
la victoria de
nuestro Dios.
Aclama al Señor,
tierra entera;
gritad, vitoread,
tocad. R.
Tañed la cítara
para el Señor
suenen los
instrumentos:
con clarines y al
son de trompetas,
aclamad al Rey y
Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
HEBREOS 1,1-6
“Dios nos ha hablado por su Hijo”
En
distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros
padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el
Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido
realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su
ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la
purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las
alturas; tanto más encumbrado que los ángeles, cuanto más sublime es el nombre
que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: "Hijo mío eres tú, hoy te
he engendrado", o: "Yo seré para él un padre, y él será para mí un
hijo"? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice:
"Adórenlo todos los ángeles de Dios." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Un decreto de amor nos cobija, una palabra de gracia nos protege, un designio de misericordia ha sido pronunciado a favor de nosotros. Es Cristo, es él, en la humildad de Belén, quien nos invita a aprender el lenguaje siempre antiguo y siempre nuevo del amor. Junto al pesebre la humanidad recomienza, en el seno de María todo tiene una nueva oportunidad, un nuevo principio.
El lenguaje que triunfa no es el de los hombres. Las
palabras humanas desfallecen persiguiéndose unas a otras. Son como las olas,
que en su vaivén viajan sin llegar y se mueven sin cambiar. La Palabra Divina
es distinta, porque tiene una fuente y un término, a saber, el misterio de
Dios, misterio que no se esconde al revelarse pero que en su revelación nos
desborda con su riqueza, profundidad y hermosura
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,1-18
“ La Palabra se hizo
hombre y habitó entre nosotros”
En principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por
medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha
hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz
brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado
por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de
la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo
de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo
vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no
la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron,
les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido
de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la
Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria:
gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da
testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que
viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo." Pues de su plenitud todos hemos recibido,
gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios
Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Este evangelio de Navidad nos
presenta dos elementos importantes para la vida del cristiano: la Palabra y la
Luz. La Palabra que nos viene de Dios se encarnó en Jesús hace más de dos mil
años y vino a traernos un mensaje esperanzador. Sus palabras de vida eterna,
como las describió Pedro, promueven vida digna para todos los seres humanos.
Esa Palabra que existía desde la eternidad se manifestó humanamente en la
persona de Jesús, quien habitó entre nosotros y vive hoy presente en medio de
la humanidad sufriente y necesitada. Por medio de la Palabra somos iluminados y
enviados a anunciar el Evangelio a todos los pueblos del planeta. Jesús es esa
Luz verdadera que ilumina a toda persona. El vino al mundo, pero fue rechazado
por los suyos y sigue siendo rechazado hoy por los que no comparten su proyecto
de vida. Nuestra misión como seguidores de Cristo es la de ser testigos de esa
Palabra y luz del mundo. Por eso, acoger la Navidad que hoy celebramos con gozo
y esperanza requiere acoger de verdad el mensaje que vino a traernos el
Redentor: “Ámense unos a otros como
los he amado Yo”.
Celebramos el misterio de Jesús hecho hombre. Dios asume la condición
humana en Jesús
de Nazaret. Los evangelios
enfatizan las condición humilde de su nacimiento y señalan como condición para
ese nacimiento la aceptación profunda y consciente por parte de José y de
María, la lógica del actuar de Dios sucediendo en un pueblo pobre y sencillo. Hermanos
y hermanas, ser seguidor de Jesús es asumir su mismo camino, el camino de la
encarnación en los retos y desafíos de una cultura y de una época; una
obediencia incondicional a Dios hasta la muerte. Por eso celebrar la Navidad no
es solo un recuerdo, es luchar dentro de nuestros pueblos y nuestras
circunstancias para que la dignidad de hombres y mujeres sea respetada, para
que tengamos condiciones dignas de vida,
y por hacer de nuestros países lugares más acordes al sueño de Dios, el Reino. En
este espíritu, esencia del cristianismo, ¡Feliz Navidad para todos!
ORACIÓN
Señor, hoy celebramos con infinita alegría el
que hayas llegado al mundo para ayudarnos a entender de dónde venimos, cuál es
la razón de ser en este paso por la tierra y cómo podemos volver a amistarnos
con el Padre Creador. Que a partir de esta Navidad continuemos viviendo, con
esa misma alegría, el caminar contigo; aprendiendo a conocerte cada vez más, a
través de Tu Palabra, la oración y el verdadero encuentro comunitario y
recibiendo tu Espíritu de amor y liberación, que nos ayuda a ser y hacer más
como Tú. Amén
“Y que el Dios de la vida, de la paz y del perdón,
se haga presente en nuestros corazones, nuestras familias, nuestras
instituciones y en nuestro país”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: