Exaltación de la Santa Cruz
“CONTEMPLAR AL
EXALTADO EN LA CRUZ”
PRIMERA LECTURA
“Si alguno era
mordido y miraba la serpiente de bronce quedaba curado”
En aquellos días, el
pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés:
"¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos
ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra
el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando
contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las
serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:
"Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de
serpiente quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce
y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la
serpiente de bronce y quedaba curado. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
primera lectura, nos recuerda aquella escena extraña, en la cual el pueblo
después de rebelarse muchas veces contra Dios, tiene que experimentar una
especie de derrota; serpientes venenosas acechan a los israelitas y no pocos
mueren, son atacados por estas serpientes, que por supuesto los muerden y así
varios de ellos fallecen; entonces el pueblo cae en cuenta de que se ha
rebelado contra Dios; y Moisés recibe de Dios, cuando intercede por el pueblo,
una instrucción muy peculiar: sucede que hay que hacer una serpiente de bronce,
de modo que los que son mordidos por las serpientes, levantan la mirada hacia
la serpiente de bronce, y así son curados.
Este
modo de obrar de Moisés indudablemente nos parece extraño, pero si lo
analizamos mejor tiene una cierta lógica, porque la serpiente es aquel animal
que tiene como gran arma obrar de modo astuto y escondido. Entonces la serpiente
de bronce en realidad está sacando a luz lo que está oculto, lo que está
escondido.
Podemos
decir de una manera alegórica que esta serpiente de bronce es algo así como la
acción de desenmascarar el mal. A través de ese gesto el mal queda a la luz, el
mal tiene que presentarse tal cual es.
Bendita
entonces la Cruz de Cristo, que para nosotros ya no es signo de derrota sino
que es signo de victoria, como lo fue también para los israelitas. Mucho más
perfecta la victoria en Jesús, por supuesto, porque se trata ahora de la
victoria sobre todo aquello que tenía poder de maldad en nuestras vidas.
SALMO RESPONSORIAL: 77
R/ No olvidéis las
acciones del Señor
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclinad el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado. R.
Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo su redentor. R.
Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R.
Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R.
SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES 2,6-11
“Cristo se humilló a sí mismo, por eso
Dios lo exaltó sobre todas las cosas”
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su
categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de
esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso
Dios lo levantó sobre todo y le concedió el
"Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla
se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Nos dice, que, "Cristo es aquel que se humilló" Y el momento más profundo de su
abajamiento, el momento más desconcertante
de su misión, fue el momento de la Cruz.
Desconcertante, porque los discípulos mismos, a pesar de haberlo
oído a Él tantas veces, a pesar de haber vivido con Él tanto tiempo, quedaron
completamente confundidos, asustados, y huyeron.
Esta es la reacción humana más natural frente al misterio de la
Cruz. Cuando vemos tanto dolor, no sabemos qué hacer. El dolor, aunque sea de
otra persona, nos enfrenta a nuestra propia impotencia.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3, 13-17
“El Hijo del hombre tiene que ser
levantado”
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
"Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno
de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por
él." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Como dice el texto de hoy: "Dios
amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único, para que tuviéramos
vida" Y por eso, la Cruz parece un
absurdo a todo el mundo, menos a los que pasamos por el dolor, por la soledad,
por la tentación, por el pecado.
Si uno lo mira desde la frialdad de un
escritorio y dice: "¿Qué es lo lógico?" Pues, lo lógico es lo que
dice el mundo: subir, subir, más poder, más dinero, más prestigio, más fama,
más aplausos, si uno lo piensa con esa lógica, eso es lo que hay que hacer.
Pero, si pertenecemos a toda esa
población que sabe reconocer que tiene dificultades, tentaciones, problemas y
pecados, si alguna vez nos hemos sentido que no va más, que casi lo único que
te queda es la muerte, o la locura, o la desesperación. Si alguna vez hemos
pasado por eso, entenderemos este lenguaje: "El Dios que yo necesito, no
es el Dios que me dice: '¡Reúna sus fuerzas! ¡Concéntrese! ¡Concéntrese!'"
¡No! Es el Dios que nos dice: "Estoy dispuesto a amarte también en ese
hoyo, también en ese abismo adonde tú mismo te has metido. Ahí estoy dispuesto
a amarte". Ese es el Dios que necesitábamos. Y por eso, ese es el amor que
vence. Por eso, lo que hoy celebramos de la Cruz, no es tanto y tanto dolor,
sino tanto y tanto amor.
ORACIÓN
Jesús,
cuando las cosas no nos salen bien y todo oscurece a nuestro alrededor, te pedimos nos ayudes a no desfallecer, a
levantar la mirada para verte en la cruz y recibir el aliento que nos anima a encontrar,
como tú, en medio del dolor, el propósito para nuestra vida. No permitas que nos
quedemos consintiendo nuestras penurias, sino ayúdanos a fijar nuestra mirada más allá
y siempre tener la certeza, que el
mañana será mucho mejor para nosotros y los que nos rodean. Amén
”Una persona espiritual al enfrentar un problema sabe separar
la parte que lo beneficia dejando de lado aquella que lo perjudica”
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